La luz volvió a la capital conquense a las 00:00 horas de este martes 29 de abril tras casi doce horas de apagón. La subdelegada del Gobierno en Cuenca, María Luz Fernández, ha asegurado que «la vuelta del suministro fue gradual desde la Carretera de Valencia y en unos 30 minutos toda la capital tenía luz». Las instalaciones críticas funcionaron sin incidencias a pesar de la situación de emergencia. De este modo y, según ha señalado Fernández, el centro penitenciario, el hospital Virgen de la Luz y la comisaría estuvieron a pleno rendimiento.
Desde las 14:00 horas hasta «altas horas de la madrugada» las diferentes instituciones estuvieron reunidas con el objetivo común de «restablecer el servicio lo antes posible» y «atender las diferentes situaciones que se dieran en la emergencia de modo coordinado», según ha apuntado la subdelegada. María Luz Fernández ha destacado que «ha sido muy fácil trabajar cuando todos tenemos el mismo objetivo, que era que las cosas salieran de la mejor forma posible».
Fernández ha señalado también que la Diputación provincial se ha puesto en contacto esta mañana con los 238 municipios de la provincia, señalando que «no había habido ninguna incidencia en relación con el corte de luz en ninguno de ellos». La Diputación de Cuenca tenía garantizado el suministro eléctrico en la Residencia Provincial Sagrado Corazón de Jesús para varios días y el presidente de la institución provincial, Álvaro Martínez Chana, se desplazó personalmente para constatar la puesta en marcha de los generadores eléctricos y que los residentes tuvieran garantizada la asistencia.
Por su parte, el Centro de Coordinación Operativa (CECOB), desde donde se dirigió el plan de emergencia y que actuó como órgano de coordinación, control y seguimiento de todas las operaciones, estuvo colaborando y trabajando conjuntamente en todo momento con el 112. La intervención de bomberos fue necesaria únicamente para intervenir en tres ascensores en Tarancón y otro en Motilla del Palancar, aunque estuvieron prevenidos en todo momento para cualquier movilización que fuera necesaria. Además, la Diputación de Cuenca tenía preparadas las cisternas de agua para asistir tanto a los ayuntamientos de la provincia como al Gobierno regional si hubiera sido necesario.