Pedro Antonio Fuentes- Periodista
La abstención del grupo parlamentario de Vox el jueves de esta semana en el Congreso de los Diputados para aprobar la convalidación del decreto ley que permitirá al presidente del Gobierno gestionar como él considere los fondos europeos que deberá recibir España en las próximas semanas para afrontar las consecuencias que está dejando la crisis sanitaria del Covid-19, no es fruto de la casualidad ni muchísimo menos ni tampoco de una ocurrencia del líder de la extrema derecha, Santiago Abascal.
No hay más que seguir la actuación de los integrantes de esta formación política en temas decisivos para el futuro del país, sería prolijo ahora enumerarlos, para concluir como de forma incoherente dan una bomba de oxigeno al Partido Socialista sin importarles otra cosa más que así aparecerán en las cabeceras de los medios de comunicación como los salvadores ‘in extremis’ del Gobierno haciéndose hueco ante la opinión pública con gran relieve y pretendiendo con ello erosionar al Partido Popular como la primera formación de la oposición.
Eso no es tan fácil como parece a pesar de este tipo de maniobras que dicen bien a las claras las constantes contradicciones respecto a su ideario y el papel que juegan en el Estado de las Autonomías dando el apoyo al PP y a Ciudadanos en una clara alternativa de gobierno que represente al Centro-Derecha. Resulta irresponsable a todas luces que el voto en contra de los populares sólo respondía a demorar la llegada del dinero comunitario a nuestro país. Nada más lejos de la realidad y de las verdaderas pretensiones de Pablo Casado que se ha venido mostrando en todo momento como un líder responsable y exigente para que Pedro Sánchez no haga de su capa un sayo y destine los recursos europeos que van a llegar a poner soluciones a la maltrecha economía que ya nos está azotando. El discurso fácil de algunos sectores de la izquierda española acusando a los populares de antipatriotas suele ser muy recurrente cuando no se tienen otros argumentos para salir airosos de un panorama que resulta evidente no juega a su favor.
Las cifras del paro de los últimos días y el cierre de empresas que presumiblemente no volverán abrir sus puertas dejando desolación y desesperanza. Sin embargo hemos de confiar en la energía de las nuevas generaciones de profesionales y empresarios que están demostrando su capacidad de innovación con una clara visión de futuro para reconstruir la situación a la que estamos llegando.