Cristina Elena Fuentes. Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cuenca
Con sus grandes y cuadradas gafas de pasta, alto y con una figura que hacía juego con su grave voz, porque imponía un gran respeto, nos recibió cuatro días a la semana los cuatro años que nos llevaron de 5º a 8º de EGB, con el recital completo del listado de los Reyes Godos: Alarico, Ataúlfo, Sigérico, Walia, Teodorico, Turismundo, Eurico, Alarico, … Ahí es donde ya, perdíamos el hilo y nos fugábamos embelesadas a soñar las batallas que habían ganado y perdido aquellos reyes durante el medievo, hasta que llegaba al último, Rodrigo, momento en que lo recuperábamos, para dar por terminada la rutina.
Ese profesor de historia de la Aneja, era para nosotras, sus alumnas: “El Hueso”.
Su bien apodada dureza, nos llevó durante la infancia y sin apenas darnos cuenta, no solo a aprender, sino a vivir con pasión su asignatura. Y a su vez, a grabar en nuestra memoria lo que, ya pasadas casi cinco décadas recordamos como repetía como un mantra todos los días, mientras elevaba su voz de tono y sus brazos de alto, de forma sorprendentemente sincronizada, para explicarnos la tierra en la que vivíamos: B. “una tierra en la que hacían los pucheros sin culo y tiraban piedras a su tejado”.
Hoy de nuevo, como tantas otras a lo largo de mi vida, inserta en diferentes lecturas relacionadas con el más grave problema con que se ha encontrado en un siglo nuestra tierra, he recordado su enseñanza. Que, si bien tenía la seña de identidad de la pedagogía de otros tiempos, no por ello carecía de valor ontológico.
Llevamos meses luchando, contra aquellos que, en su propia tierra, tiran piedras a su tejado.
Lo malo es que su tierra, es también la nuestra y a la vez, cuando tiran sus piedras, también las tiran al nuestro, al tejado de todos los conquenses.
Y así, leyendo la avalancha de bonanzas que nos va anunciando en los medios la Junta de Castilla La Mancha y sus regidores y que van a hacer de Cuenca una ciudad gloriosa, justo en el tercer día en que, filtrándolo como lluvia fina y metiéndolo en nuestra piel, nos hablan del plan XCUENCA, y de la forma en que solapadamente Ministerio y Junta quieren salirse con la suya, levantando la vía por la que puede llegar riqueza a esta tierra, recuerdo las enseñanzas de Don Francisco Alonso, que siempre nos persuadía de aquel país, el país en que hacían los pucheros sin culo.
Porque eso, es precisamente lo que hacen la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y sus mandamases, cuando aprueban leyes para acabar contra la despoblación y a la vez, imponen el plan XCUENCA.
Y eso es lo que hacen el gobierno y sus asesores, cuando se quieren colgar las banderas de la España Vaciada y levantan las vías, cuyo menor beneficio es vertebrar territorios y atraer población.
Y eso es lo que hacen los demás subalternos cuando sin ninguna oposición, se someten a los designios de aquellos.
Tanto regente de Babia, ha llevado a nuestra tierra y a nuestros ciudadanos a tener que luchar por salvar nuestro tren convencional, cuando ellos, los regentes de Babia, deberían, porque así se lo ha ordenado el pueblo, traer futuro y riquezas, aquellas que prometieron para ganarse el reinado.
Tanto regente de Babia, ha hecho de la ciudad un erial que añora el coraje y el brío de quien ganó su conquista.
Nuestra tierra, se ha forjado con mucha gloria, pero fue en otros siglos.
Hoy, rebuscando en la historia, la que nos enseñó Don Francisco, he recordado también que quien no lucha, no gana y que nosotros, gracias a él, aprendimos a luchar con los godos y sin ellos, a luchar para no llegar, para no llegar a Babia.