José María Saiz, alcalde de Villar de Cañas
Hace ya 13 años que en el municipio de Villar de Cañas dijimos Sí al ATC. A todos estos políticos y ecologistas que hablan en nuestro nombre e intentando decidir por mi pueblo quiero aclararles, o recordarles más bien, que el municipio del que soy alcalde se presentó voluntariamente para que el Almacén Temporal Centralizado se construyera aquí. En 2011 fuimos elegidos y la alegría fue inmensa porque nos impusimos a otros 13 pueblos que también querían ser las sedes del ATC, a otros 13 alcaldes que, como yo, querían lo mejor para sus vecinos. ¿A quién se le puede pasar por la cabeza que quienes defendemos este almacén queramos poner en peligro a nadie? Cuando desde Villar de Cañas pedimos el ATC, también quiero recordarlo porque parece que tiende a olvidarse, también dijimos sí a una inversión de 1.000 millones de euros, a la construcción de un Vivero de Empresas y al de un Centro Tecnológico. Dijimos sí a las oportunidades, a convertirnos en un lugar de referencia para este sector y a dinamizar la economía local a través de los negocios y el trabajo que pudiera venir aparejado y relacionado con el ATC.
Villar de Cañas es la sede del ATC español. En la versión inicial del Séptimo Plan de Residuos Radioactivos se puede leer: “Al objeto de llevar a cabo el proceso de selección del emplazamiento de esta instalación, se aprobó el Real Decreto 775/2006, de 23 de junio, mediante el que se constituyó una Comisión Interministerial para el establecimiento de los criterios que debería cumplir el emplazamiento del ATC, lo que dio lugar a un procedimiento de selección, como resultado del cual, mediante Acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de diciembre de 2011, se aprobó la designación de Villar de Cañas (Cuenca) como emplazamiento de esta instalación y de su Centro Tecnológico Asociado”. Más claro, imposible. En base a lo anterior, en enero de 2014, Enresa presentó ante el entonces Ministerio de Industria, Energía y Turismo la solicitud de autorización previa y de autorización de construcción de esta instalación, emitiendo el Consejo de Seguridad Nuclear su informe favorable el 27 de julio de 2015.
En las últimas semanas, ha rayado el insulto el triunfalismo que desde instituciones como la Junta de Comunidades y la Diputación han exhibido en sus redes sociales confundiendo deliberadamente a la opinión pública al afirmar que Villar de Cañas había sido descartado para albergar el ATC. Quiero aclarar que esto no es así y que si el nombre de Villar de Cañas no aparece en el Séptimo Plan de Residuos es porque es una instalación en proceso de licenciamiento y necesita, para ello, tres autorizaciones. El emplazamiento de Villar de Cañas tiene el informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear, no existe ninguna discusión técnica sobre ello. Su procedimiento de selección fue ejemplar y se inició en 2004, con un acuerdo adoptado por unanimidad en la Comisión de Energía del Congresos de los Diputados. A partir de entonces, se ha ido desarrollando todo el proceso allí definido para su construcción. El concurso para elegir la ubicación del ATC lo lanzó el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009, un proceso competitivo, transparente y ejemplar, y lo ganó Villar de Cañas.
ENRESA, a cuyos excelentes técnicos agradezco todo el trabajo que han realizado, ha invertido en el diseño del proyecto más de un millón de horas de ingeniería. En julio de 2015 el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informó favorablemente la autorización previa o autorización del emplazamiento. El CSN ha dedicado ya más de cuarenta y siete mil horas de trabajo de sus técnicos para su evaluación. En julio de 2018, cuando solo faltaban unas ochocientas horas (unos 15 días) para terminar su evaluación y conceder el permiso de construcción, se suspendió temporalmente la evaluación. Cuando se apruebe definitivamente el Séptimo Plan de Residuos Radioactivos y se reanude la evaluación, se construya el ATC y obtenga el informe favorable del CSN para su operación, ya con las tres autorizaciones, previa, de construcción y operación, el ATC se denominará “ATC de Villar de Cañas” en los sucesivos Planes.
No podemos aceptar que se prive a Cuenca, una vez más, de una oportunidad única para tener en nuestra comarca un Centro de Investigación que impulsaría notablemente la I+D+i sobre el combustible irradiado. Un centro que desarrollará programas de investigación básica sobre combustible gastado, comportamiento de materiales, prototipos industriales y robótica y restauración ambiental. También dará apoyo a otros programas de investigación locales y autonómicos y podría continuar funcionando una vez se haya desmantelado el ATC, al cabo de 60 años. Este centro tecnológico hará de la zona un referente industrial y tecnológico y un foco de interés para la comunidad científica de todo el mundo, ya que contribuirá al desarrollo nacional de infraestructuras científicas y tecnológicas clave. ¿Por qué los que se oponen al ATC omiten este aspecto tan importante?
El ATC traerá empleo de calidad, una inversión, como ya he dicho, de casi mil millones de euros, asignaciones económicas, anuales, de seis millones de euros para los municipios situados en el entorno de 20 km de distancia a su alrededor en una provincia como Cuenca que sufre, como pocas, la despoblación. Tampoco los detractores del ATC hablan de este aspecto tan esencial
¿Qué va a pasar en Castilla–La Mancha si se opta por siete Almacenes Temporales Descentralizados (ATD), en lugar de nuestro ATC?. Pues que en Guadalajara se quedarán los dos ATD en Trillo y Zorita, eso sí, sin Centro de Investigación, sin Parque Empresarial, con dos séptimas partes de las asignaciones económicas y probablemente con la celda caliente. Teniendo en cuenta que, de Tarancón a Trillo en línea recta hay 85 km, de Tarancón a Almonacid de Zorita 38 km y a Villar de Cañas 46 km; y que de Cuenca capital a Trillo hay 81,71 km, a Zorita 69,25 km y a Villar de Cañas 60, podría decirse que, pase lo que pase, algunos, con su oposición al ATC que todos queremos en Villar de Cañas, como se dice popularmente han hecho un pan como unas tortas y, desde luego, ningún favor a la provincia de Cuenca. Reiteramos nuestro SI, al ATC de Villar de Cañas.