Cayetano J. Solana, Presidente del Grupo Popular de la Diputación de Cuenca y Vicesecretario de Política Territorial del Partido Popular de Cuenca
En un pleno ordinario de la Diputación de Cuenca pueden suceder cosas insólitas, como que el presidente Martínez Chana sume 4 más 4 y el resultado sea 6. Él mismo afirmó de forma explícita, este pasado miércoles, que son muy escrupulosos en el cumplimiento de las restricciones vigentes y que solo se habían reunido 6 personas en una cita en Mota del Cuervo cuando, paradójicamente, el propio perfil institucional de la Diputación en una red social había publicado una foto del momento de esa reunión con 8 participantes. Recordemos también que en noviembre ya denunciamos otro “truco matemático” de Chana, que publicitó una inversión extraordinaria de 9 millones de euros “para combatir el covid” cuando, en realidad, eran 2 millones de euros.
El problema de fondo, evidentemente, va mucho más allá del número de asistentes a una reunión o de un titular de prensa tendencioso, y radica en la desfachatez y soberbia de ser capaz de engañar con descaro en una nimiedad tan fácilmente demostrable. Porque si alguien miente en un detalle así, ¿qué podemos pensar, o creer, en otros asuntos de mayor relevancia?
No nos escandalizan como debieran las mentiras manifiestas que jalonan la actualidad política, como si la verdad se hubiese convertido en un concepto “líquido” y, en ese cambio de estado, hubiera dejado de ser fundamental y, por supuesto, exigible. Y por eso Pedro Sánchez afirma que un comité de expertos coordina la gestión de la pandemia, María Jesús Montero insiste en que la Unión Europea no permite la reducción del IVA de las mascarillas, Page presume de que Iberopinar contratará a doscientos empleados y Chana anuncia a principios de noviembre que se inician las obras del parque de bomberos de Cañete pero, tres meses después, el único indicio de la construcción es la caseta de obra.
En un pleno ordinario de la Diputación de Cuenca pueden suceder otras cosas insólitas, como que los propios integrantes del equipo de gobierno defiendan posiciones antagónicas de forma pública. Así, mientras Chana insiste en que tienen “una sola voz” y Valero defiende inversiones en el patrimonio provincial, los vicepresidentes López y González repiten como un mantra el lema “menos piedras” a fin de menospreciar las intervenciones en conservación de patrimonio, e insisten en que su gestión tiene otras prioridades; decisión, por otra parte, legítima. Y en ese pulso es evidente que ganan los vicepresidentes porque una de las primeras medidas que ejecutaron al formar gobierno consistió en suprimir 4 millones de euros destinados a rehabilitación de patrimonio histórico, a lo que meses después se sumó la anulación del ambicioso proyecto “Serranía en Vía”.
A estas alturas de legislatura van aflorando las incoherencias del grupo socialista. Chana defiende que “el turismo va a ser uno de los motores del cambio” pero desdota un puesto de trabajo de jefe de sección de turismo. También apuesta por reforzar el servicio de prevención y extinción de incendios mediante la construcción de dos parques de bomberos pero, sin embargo, suprime seis plazas de bomberos. Chana anuncia que invertirá en caminos rurales pero presupuesta una cantidad claramente insuficiente para una provincia de gran extensión. También promociona la creación de un parque científico tecnológico mientras sufrimos que empresas solventes como Siemens Gamesa abandonen Cuenca. Chana insiste en las bondades de la economía circular pero alberga en su municipio un macrovertedero de más de 50 hectáreas. Y se enorgullece de defender el tejido industrial de la provincia pero suprime medio millón de euros destinados al “plan de instalaciones municipales vinculadas a la economía local” y elimina, sin propuesta alternativa, el programa Lanzadera de ayuda a los emprendedores conquenses.
Y así, entre mentiras palpables e incoherencias desnortadas, se va perdiendo una legislatura que se presuponía idílica por el alineamiento político en todas las administraciones y por la inmejorable situación financiera heredada en la institución provincial.