El titular de la noticia difundida por el Ministerio el día que acuerda el Consejo de Ministros eliminar el tramo de ferrocarril Tarancón – Utiel, es: “El Gobierno da vía libre para avanzar en Cuenca en la integración urbana de los terrenos ferroviarios”. Así lo reproducen los diferentes medios de comunicación: “La integración urbana de los terrenos ferroviarios ya tienen vía libre”; “El Consejo de Ministros da luz verde a la “integración urbana” de los terrenos ferroviarios en Cuenca”; “Luz verde para la integración urbana de los terrenos de ADIF de Cuenca”, etc.
Esto es, simplemente, una mentira para enmascarar una grave decisión para Cuenca. Cuando se habla de integración del ferrocarril en la ciudad, es porque el ferrocarril no desaparece, sino que se integra en la trama urbana, eliminando en la medida de lo posible los efectos de la barrera urbanística que pueda suponer. Eso se podía haber hecho en Cuenca. Y es mentira porque lo que proponen es actuar sobre un suelo que deja de ser suelo ferroviario, ya no habrá ferrocarril. Son expertos en la manipulación del lenguaje.
En todos los documentos oficiales y en todas partes, la apuesta es integrar el ferrocarril en las ciudades. En Cuenca, como es única, no. La estación del AVE en el quinto pino y el ferrocarril normal se cierra porque a juicio de los “lumbreras” y caciques de esta ciudad, es un estorbo.
Desde el año 1998 está aprobado que, en los terrenos ferroviarios excedentes en el centro de Cuenca, se elaborara un Plan Especial de Reforma Interior, (PERI), para urbanizar 14 hectáreas, dejando la estación de ferrocarril en su ubicación, en el centro de la ciudad. Entre los objetivos de ese PERI figura el “resolver la comunicación viaria y peatonal de las partes de la ciudad tradicionalmente divididas”.
Es decir, en los 25 años transcurridos, ha sido posible acabar con el abandono y el deterioro de esa franja de terreno, dejando la estación en el centro urbano. Si no se ha hecho nada es responsabilidad de los que han gobernado el Ayuntamiento desde entonces y no de la existencia del tren.
Pero no sólo eso. El PSOE gobernando la ciudad de Cuenca, se dedicó a recalificar suelo rústico, lo que beneficiaba a determinados promotores, olvidándose de ir “cosiendo” la ciudad, dando prioridad a la urbanización de los suelos calificados como urbanos en el Plan General de Ordenación Urbana, como esos suelos conocidos como el “PERI 9 de Renfe”.
Además, cuando se aprobó por el Ministerio de Fomento que el AVE Madrid Valencia pasara por Cuenca, la propuesta del Estudio Informativo era que la estación estuviera en el centro de la ciudad en los terrenos ferroviarios, construyendo el propio Ministerio un by pass para que los trenes entraran al centro, con una inversión de 19.000 millones de las antiguas pesetas, (unos 114 millones de euros), que financiaba el Ministerio y que los “caciques” de esta ciudad despreciaron.
Si ese ramal de acceso al centro no se construyó y la estación del AVE está donde está, fue porque así lo quisieron la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Cuenca, con los apoyos de la CEOE, del PSOE y del PP, despreciando la opinión mayoritaria de la ciudadanía.
Ahora Cuenca podría tener el mismo modelo que Zaragoza y Lérida, una estación en el centro de la ciudad a la que accederían los trenes de alta velocidad con parada en Cuenca y los regionales. Y se podrían haber urbanizado y revitalizado esas 14 hectáreas, hoy abandonadas.
Así que es indecente que los responsables de que eso no fuera así utilicen ahora el abandono de los terrenos ferroviarios excedentes, que han provocado ellos, para justificar el cierre de la línea convencional.