Ignacio Casillas – Secretario general de Juventudes Socialistas de la provincia de Cuenca
El pasado mes de abril, una generación de jóvenes procedentes de distintos puntos de la provincia tomábamos las riendas de una organización juvenil histórica: las Juventudes Socialistas de la Provincia de Cuenca. Lo hacíamos desde distintos recorridos, diferentes miradas y biografías pero también desde una misma convicción: en política, o tienes sitio en la mesa, o formas parte del menú.
Durante décadas, los problemas de la juventud no han formado parte de la agenda gubernamental de algunos partidos en nuestro país y rara vez han formado parte de la agenda pública o mediática: una especie de muro invisible traducido en una sangrante brecha generacional hacía que los jóvenes ocuparan malos trabajos, ganaran salarios de miseria y tuvieran serias dificultades para poder acceder a una vivienda. Problemas estructurales y disfunciones de nuestro mercado de trabajo y Estado del Bienestar que se vieron agravados por la receta neoliberal de los gobiernos de derechas del Partido Popular en la pasada década, que apostaron por una serie de medidas que situaban a la juventud en la periferia de las prioridades políticas ofreciéndoles únicamente dos opciones: aceptar que tocaba asumir la precariedad establecida por el mercado y permitida por sus gobiernos o exiliarse a otro país en busca de las oportunidades que el suyo les negaba. Fueron años en los que indicadores como la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social o el índice de Gini (que mide la desigualdad entre quienes más tienen y quienes menos tienen) se disparaban al tiempo que gobiernos como el de Cospedal (2011-2015) recortaba uno de los mecanismos (entre otros) de los que se provén las democracias para atajar precisamente estas desigualdades entre los y las jóvenes: la educación pública.
Desde nuestra organización nos oponemos a la idea que Francis Fukyama en 1992 relataba en su obra “El Fin de la Historia” en la que defendía que el siglo XX finalizó a la vez que lo hicieron las ideologías. La última década ha puesto de manifiesto (de forma, además, muy especial para nuestra generación) que la izquierda y la derecha siguen teniendo nociones distintas de palabras como “libertad” e “igualdad” y que esto implica también políticas públicas diferentes y de forma muy evidente, diferencias nucleares en la política educativa.
Durante su gobierno, Cospedal expulsó a más de 5000 interinos, paralizó el Plan de Inversiones Educativas, eliminó las ayudas a comedores de alumnos, suprimió las líneas de ayuda a bibliotecas pública y dañó profundamente una de las políticas que se han demostrado más eficaces en la reducción de las desigualdades sociales y económicas: la educación 0-3 años. Del mismo modo, recortó un 38% la financiación de nuestra universidad regional (la UCLM), incrementó un 20% las tasas y recortó un 30% las becas universitarias. Como explica el sociólogo César Rendueles en su último libro no es que el fracaso del modelo económico y social de la derecha produzca desigualdad, sino que, para la derecha, la desigualdad es el modelo.
Con la llegada de los socialistas y del Presidente Emiliano García-Page al Gobierno de Castilla-La Mancha se congelaron las tasas universitarias, se redujeron los precios de los máster y se equipararon con los de los grados, se redujeron 100 euros en la matrícula a los jóvenes que estudiaban en provincias distintas a las de residencia, se aumentaron los grados de Formación Profesional en un 26%, se apostó por la Formación Dual (y, por tanto, por el empleo) y la semana pasada se anunciaba un acuerdo marco con la Universidad de Castilla-La Mancha por valor de 1000 millones de euros que recoge (entre otras cosas) que el Campus de Cuenca vaya a contar con una formación universitaria pionera y de futuro como el Grado de Ingeniería Biomédica. A estas medidas en materia de educación superior hay que sumar el giro de 180 grados en materia de educación 0-3 años de un Gobierno que asume esta competencia como un elemento fundamental para producir justicia social. Así, a través de la Estrategia de Escolarización 0-3 años se prevé generar hasta 5000 puestos de trabajo en los próximos años, extendiendo la red pública de guarderías para garantizar la gratuidad y universalización del derecho a la educación cuando más puede mejorar las vidas de las personas: desde el principio. Desde las Juventudes Socialistas de la Provincia de Cuenca apostamos por una sociedad más justa y entendemos que la educación es un instrumento imprescindible para lograrlo. Por eso apoyamos todas estas medidas y seguiremos reivindicando muchas más que atajen la desigualdad en nuestra provincia en un mundo en el que solo el 20% de lo que ingresas depende de tu talento. Si eres joven y quieres ayudarnos a seguir haciendo de la sociedad que compone esta provincia una sociedad con más igualdad, libertad y justicia social, las Juventudes Socialistas de la Provincia de Cuenca, son tu sitio.