Pedro Antonio Fuentes
Resulta incomprensible apreciar como determinados lugares de la vía pública de la ciudad de Cuenca resultan desagradables ante el deterioro que tales espacios sufren desde hace tiempo convertidos en basureros y rincones de malos olores que antaño, a pesar de tener ahora tantos contenedores repartidos a lo largo y lo ancho de la urbe y millonarios contratos para la limpieza municipal, no estuvieron nunca así. ( Ya saldrán los oficialistas de turno y los concesionarios beneficiarios del montante millonario a defender lo indefendible).
De esto no se puede eximir ni mucho menos al vecindarios de cada barrio de la capital conquense, sin entrar en disquisiciones sociales ni en tipos de segmentos de la población. El comportamiento cívico en esta materia deja mucho que desear y nos causa un gran estupor al ver la suciedad, los malos olores y la falta de higiene que nos rodea. Acérquense si quieren a esos desafortunados enclaves llenos de contenedores malolientes por los orines y deposiciones que unos y otros llevan a efecto por ejemplo en la Plaza de los Carros ( o si usted quiere en la Plaza del Mercado).
Seguramente a nadie gusta que le llamen poco cuidadoso con su ciudad y en ello no podemos entrar en distinciones porque lo que importa son los malos resultados de las tareas de la limpieza en las calles, plazas y algunos jardines en los que resulta evidente que el plan de los responsables de la empresa concesionaria no logra los resultados deseados. Pero lo decepcionante no es eso sino que aquellos que tienen la responsabilidad de velar por el decoro público de Cuenca ni siquiera reúnan a nadie para valorar la gestión que se realiza en esta materia y replantearse algunas actuaciones para mejorar la estrategia. Ya me gustaría constatar otra realidad distinta a la que tenemos para que nadie pueda sentirse aludido y empiecen a tirar de la estadística echando balones fuera sin asumir la autocrítica oportuna, quitándose la venda de los ojos, y reconsiderar lo que sea menester. Aunque sólo sea por curiosidad me gustaría saber cuántas veces se han reunido los directivos de la concesionaria con los técnicos municipales y los representantes del consistorio desde que se firmó el contrato de la limpieza municipal, porque los conquenses nos dejamos un buen puñado de euros en financiar este servicio.
Y para colmo de males si esto no era bastante para tomar cartas en el asunto, desde hace muchísimo tiempo que no atinaría a calcular, en algunas zonas de la ciudad nos hemos acostumbrado a convivir con colonias de “animalitos” de ojos azules o verdes , que son alimentados en donde han encontrado su refugio preferido, sin reparar en la desagradable olisca que emana a la vía pública. (Sobre esto el consistorio no dice esta boca es mía por si acaso ecologistas y animalistas pudieran echársele encima, a pocos meses de la cita electoral del mes de mayo próximo).
De momento, entre malos olores, basuras y colonias de gastos, ya nos estamos acostumbrando a convivir con ello a la espera de que las temperaturas del otoño y el invierno erradiquen del ambiente esta irrespirable situación.