Carta a las autoridades, corporaciones, empresas, ciudadanos y ciudadanas de Cuenca
Estamos cansados. Muy cansados.
Cansados de ser objetos de titiriteros con motivaciones económicas a los que el precio de nuestra salud y la de los que nos rodean resulte un coste barato en comparación a los beneficios que podamos proporcionar, aun no siendo nuestra labor de primera necesidad.
Cansados de negociaciones sin resultados y pulsos económicos, que finalmente acaban pagando mis compañeros y compañeras y por supuesto, el ciudadano.
Cansados de ser números para líderes y gente sin alma para el ciudadano por desempeñar nuestro oficio.
Cansados de burlas, pitidos, insultos y agravios emocionales tan solo por hacer nuestro trabajo dictado desde las autoridades competentes, que a lo largo de la jornada y horas en la vía publica pasa más factura que una sanción económica.
Cansados de miradas de odio desde coches y balcones, de fotografías y videograbaciones que solo hacen que nuestra dignidad y moral caiga y se desintegre hacia una potencia de cero.
Cansados de que nuestro cuerpo y mente experimente una absoluta impotencia en nuestro recorrido por las vías públicas de Cuenca, buscando e intentando el fallido entendimiento por parte de la población.
Cansados de jugar no solo con nuestra salud y la de los nuestros, sino también con la de todo ciudadano y ciudadana que por motivos varios y seguramente de necesidad, tenga que utilizar el estacionamiento regulado municipal.
Cansados de acabar exhaustos nuestra difícil jornada en estos momentos, y al llegar a nuestro hogar pagarlo directa o indirectamente con nuestros seres queridos, exponiéndolos sin la más mínima necesidad.
Pero, ¿Sabéis de lo que estamos más cansados?
Pues de que en la situación y el estado de alarma en el que nos encontramos, no se establezca el más mínimo ápice de solidaridad y puede que solo exista la cosa más terrible en este momento: LA MENTIRA.
Difamaciones y falacias por parte de las autoridades y corporaciones competentes que solo hacen pases de campo mientras se aviva la llama de odio hacia nuestra labor.
Ayer algunos de nosotros fuimos denunciados por parte del Cuerpo Nacional de Policía, solo por desempeñar nuestro trabajo y cumplir órdenes de arriba, hoy volvemos a salir a la calle sin acuso de recibo, sin ninguna reprimenda más del mismo, bajo la tormenta y sin cobijo alguno mal que nos pese a nosotros y a los ciudadanos y ciudadanas de Cuenca.
Solo queríamos expresar los exhaustos y cansados que estamos de toda esta situación y que la ciudadanía de Cuenca, única ciudad de Castilla-La Mancha en la que nuestra empresa y labor está activa y no ha sido suspendida por su Ayuntamiento, conozca nuestra verdadera intención, ya que tan solo un porcentaje mínimo de la población presta ánimos y hasta nos conceden mascarillas y guantes, un agradecido pero efímero alivio.
Por nuestra parte, ayudaremos en la medida de lo posible a que estos tragos pasen lo mejor posible y si has llegado hasta aquí, gracias por el mínimo grado de compresión hacia lo dictado. Pues nuestra intención no es otra que cesar nuestra actividad lo antes posible por el bien común.
Tan solo una cosa más, cuando os asoméis hacia el balcón y abajo nos veáis a nosotros, pensad que estamos en ese grado de la cadena. Si miráis unos niveles por encima y forzáis la vista, veréis quienes son los culpables de que en un estado de alarma hagamos un estacionamiento regulado en la Ciudad de Cuenca.
Por algo dicen que somos únicos.
FDO: Empleados y Empleadas de Estacionamiento Regulado y Ordenanza Reguladora de Aparcamiento de la Ciudad de Cuenca