Emiliano García-Page Sánchez – Presidente de Castilla-La Mancha
Hace ya prácticamente ocho años que Castilla-La Mancha está presidida por un Gobierno feminista cuyo máximo objetivo ha sido, es y será alcanzar las máximas cuotas de igualdad.
La igualdad es un principio jurídico universal reconocido en todos los textos internacionales sobre derechos humanos, también en la Constitución Española, sin el cual una sociedad democrática no es posible: si las personas no somos iguales, no podemos tener los mismos derechos y oportunidades, la misma libertad y hasta la misma dignidad.
Por eso hoy, 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la palabra igualdad se redimensiona, ensancha sus límites y hasta aumenta la belleza de su significado porque la usamos para hablar de la igualdad entre mujeres y hombres.
En estos ocho años hemos pasado de los escombros en políticas de igualdad, a ser la Comunidad Autónoma que más invierte por habitante en relación a nuestra población; solo en esta legislatura habremos invertido 165 millones de euros en estas políticas -más del doble de lo que el Gobierno del Partido Popular invirtió entre 2011 y 2015- y este año, con más de 47 millones, estamos gestionando el presupuesto más elevado de nuestra historia en materia de igualdad.
Esta decisión nos ha permitido poner en marcha medidas que no existían hace ocho años; luchar contra todo tipo de violencia de género -la que se da en el ámbito de la pareja o expareja, pero también la violencia sexual, la mutilación genital femenina o la trata y la explotación sexual-; impulsar de la mano de las entidades del Tercer Sector Social, de los ayuntamientos y de las empresas planes de igualdad; promover el asociacionismo femenino tejiendo redes de apoyo beneficiosas para las mujeres, para sus municipios y su entorno; o dar un empujón a la investigación feminista para avanzar también desde el conocimiento.
Ya en esta legislatura, me gustaría mencionar tres medidas por su calado e importancia. La primera de ellas es la puesta en marcha del Plan Corresponsables, que tan buenos resultados está dando y que, además de impulsar la conciliación y la corresponsabilidad, está contribuyendo a poner en valor el trabajo de los cuidados, ¡tan necesario para el sostenimiento de la vida y de la sociedad, y tan poco valorado porque tradicionalmente lo han hecho las mujeres!
Quiero citar, en segundo lugar, los centros de atención integral a víctimas de violencia sexual que estamos promoviendo en todas las provincias. Y finalmente, tengo que recordar el esfuerzo hecho esta legislatura, y en particular este año, al destinar más de 25 millones de euros a combatir cualquier forma de violencia machista porque es la máxima expresión de desigualdad entre hombres y mujeres, y es sencillamente intolerable.
Pero no solo estamos trabajando desde la Consejería de Igualdad y el Instituto de la Mujer, desde la transversalidad hemos puesto en marcha medidas de acción positiva, que, por ejemplo, en el ámbito económico desde 2015 han hecho posible reducir el desempleo femenino en 14,5 puntos y conseguir que haya 80.000 mujeres más ocupadas; o que la nuestra sea la segunda región con menor brecha salarial entre mujeres y hombres.
En la UCLM, las jóvenes representan el 56 por ciento de las matriculaciones; el número de mujeres que se dedican a la investigación se ha incrementado en 350 (un 30,6 por ciento) desde el año 2015, y el número de proyectos de investigación, financiados por el Gobierno regional, que están liderados por mujeres es del 37,5 por ciento, lo que supone más del doble de la media nacional.
Si seguimos en el ámbito agropecuario, además de haber aprobado el Estatuto de las Mujeres Rurales, que vamos a mejorar, desde 2015 la presencia de mujeres ha aumentado en la base social, en los consejos rectores y en las plantillas de las cooperativas; desde 2016 se han incorporado más de 1.300 mujeres a la agricultura y la ganadería; y una cuarta parte de todas las titularidades compartidas que hay en España están en Castilla-La Mancha.
Y este es el camino por el que debemos seguir avanzando, con programas como el de capacitación digital, que ya tenemos en marcha en todas las provincias, y con el que queremos llegar a casi 13.000 mujeres. Me alegra especialmente contar con esta iniciativa porque acabar con la brecha digital de género es esencial para el avance de la sociedad y para luchar contra la violencia que se da contra mujeres y niñas en entornos digitales. De hecho, Naciones Unidas ha elegido precisamente para este 8M el lema ‘Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género’.
Para el diseño de todas estas políticas hemos contado, y lo seguiremos haciendo, con las asociaciones de mujeres, el Tercer Sector, entidades locales, sindicatos y, por supuesto, con el movimiento feminista.
Por todas estas razones, este Gobierno que tanto trabaja por la igualdad es, como decía al principio, esencialmente feminista. No puede ser de otra manera.
Aspiramos a que las mujeres ocupen los espacios y lugares que se merecen. Trabajamos para que tengan el reconocimiento que tradicionalmente se les ha negado como la única vía de alcanzar la igualdad real y efectiva, que más allá del papel y las leyes, aún no hemos conquistado. Y, naturalmente, perseguimos esa igualdad como la mejor forma de seguir avanzando, de vivir y de estar en este mundo de igual a igual.