Hoy me he decidido a escribirle a usted , como representante de este espacio para que sea mi voz , prometo seré breve…
En tiempos de pandemia, donde lo único real es el manto turbio que cubre este, sin duda un hito histórico grabado a fuego en todos nosotros , donde en lugar de ser humanos, porque lo somos y no lo olvidemos nunca, actuamos como tiranos casi siempre con el que menos culpa tiene. Intentamos salir a flote, y digo a flote si, porque es una realidad señores, no estamos tocados , estamos hundidos , y para conseguir subsistir engañamos al de al lado que está igual o peor que nosotros en lugar de tenderle la mano. Qué error tan grande cometemos. Ojalá nos demos cuenta a tiempo y aún tenga arreglo…
Pero este revuelo no es noticia, ni tampoco el motivo de esta carta. Lo que me ha movido a mí hoy a dirigirme a usted es dar las gracias porque en medio de la desesperación, en mitad de la confusión, esperando grandes ayudas que no llegan … aún hay personas, aún existen colectivos humanos que sin ser mediáticos, sin buscar palmeros, se preocupan y se ocupan de las personas , en la medida de lo que pueden. Y eso es lo mas grande. ¿Porque hay mayor utopía que levantarte un día como hoy y que te suene el teléfono para ofrecerte ayuda? Sin pedirlo, alguien se ha acordado de ti.
Esto es real y es por eso que creo que hoy es el día de reconocer y agradecer su labor públicamente al equipo humano que hay detrás del Banco de Alimentos de Cuenca, con su presidente a la cabeza (y qué cabeza más bien gestionada) pues es él mismo el que se ocupa de llamar para brindar su ayuda , sin galones ni estatus. Es el el que hace esta labor ejemplar y digna de admirar.
Muchas gracias porque estas acciones son las que nos hacen recordar que seguir y luchar merece la pena.
De una madre de una familia muy numerosa