Francisco Tierraseca Galdón.
Delegado del Gobierno de España en Castilla-La Mancha.
Hoy, día del Pilar, patrona de la Guardia Civil, celebramos nuestra fiesta nacional, aunque, por motivos de precaución ante el riesgo del Covid-19, hemos tenido que renunciar a un acto público tan entrañable y querido por toda la ciudadanía como es compartir con oficiales, suboficiales, cabos y guardias civiles en las ciudades y pueblos de toda España este día de fiesta.
No quiero dejar pasar la ocasión, como delegado del Gobierno de España en Castilla-La Mancha, para felicitarla en esta fecha tan señalada y agradecer públicamente la protección y seguridad prestada a los ciudadanos de la región y el amparo que ofrece al ejercicio de nuestros derechos y libertades.
El honor, como máxima divisa del Cuerpo desde la fecha de su creación, es un valor inestimable, como su carácter benemérito, y es por esta razón que los hombres y mujeres que a él pertenecen, prestándose a un servicio tan abnegado como exigente, son dignos de nuestro afecto y admiración.
Durante estos ocho meses desde que se inició la pandemia, la Guardia Civil ha contribuido de forma ejemplar en nuestro mundo rural a informar, proteger y garantizar el cumplimiento de todas aquellas medidas aprobadas por las autoridades sanitarias en beneficio de la ciudadanía.
En esta crisis sanitaria, una vez más la versatilidad de la Guardia Civil ha dado en el desempeño de sus funciones, ejemplo de profesionalidad, y espíritu de servicio, valores que la acreditan como una de las instituciones más respetadas en el seno de la sociedad española.
La seguridad ciudadana es un bien público que el Estado debe garantizar asignando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad capacidades, recursos, formación y unas condiciones laborales y retributivas dignas para el correcto desempeño de sus funciones.
Del mismo modo, el Estado también debe ser capaz de ofrecer constante especialización a sus efectivos para hacer frente de forma eficaz a los nuevos restos que nos plantea las seguridad del siglo XXI, como son la ciberdelicuencia, la protección del medio ambiente o las nuevas formas delictivas de odio y dominación hacia los colectivos más vulnerables.
Respecto a los recursos humanos y materiales el compromiso de este Gobierno es firme. Hemos realizado la oferta pública de empleo más ambiciosa de las acometidas hasta ahora en la Guardia Civil, convocando en estos tres últimos años 6.429 plazas; la inversión en infraestructuras hasta el año 2025 contará con una a dotación de 600 millones de euros y seguimos avanzando en el acuerdo alcanzadopara la equiparación salarial de la Guardia Civil con otros cuerpos de policía autonómicos.
La Guardia Civil, como Cuerpo de Seguridad del Estado que dispone del mayor número de efectivos desplegados en España, está llamada a desempeñar un papel fundamental por su valor vertebrador del territorio nacional, en el “Modelo de Seguridad 2030” y en sus dos objetivos fundamentales: mantener la capacidad de reacción frente al delito y avanzar sobre la cultura de la prevención desde el principio fundamental de la cooperación institucional con comunidades autónomas, ayuntamientos y sociedad civil.
Por esta razón vamos a apostar por un aumento de los efectivos en materia de prevención e investigación en el medio rural, reforzando a los equipos ROCA, que, desde su creación en el 2013, han dado prueba de su efectividad y de su estrecha relación con los habitantes de nuestros pueblos, lo que es un motivo más de orgullo para la Guardia Civil y de reconocimiento por la ciudadanía.
Enmarcado en este papel vertebrador del territorio, el reto demográfico se va a incorporar al nuevo Modelo de Seguridad, donde la Guardia Civil tiene una labor fundamental porque, al igual que otros servicios públicos que contribuyen a fijar la población, la seguridad encarna un valor esencial para la convivencia y para el progreso social y económico en nuestro medio rural.
No quiero olvidarme en esta felicitación de trasladar mi agradecimiento a los agentes que integran los Equipos Mujer-Menor (EMUME), desplegados a nivel comarcal y encuadrados en las Unidades Orgánicas de Policía Judicial, que, con su implicación personal, vocacional y profesional, protegen a las víctimas de violencia de género y combaten esta lacra social; así como a las Agrupaciones de Tráfico, cuya vigilancia y asistencia en carretera hacen de la seguridad vial un entorno más seguro para la ciudadanía.
Por último, quiero subrayar que es un momento también para tener un recuerdo, con respeto y afecto, para todos aquellos que durante el último año nos han abandonado, para expresar a sus familias y amigos nuestra solidaridad por su pérdida.
Un año más, gracias a la Guardia Civil, por contribuir a garantizar nuestra convivencia, nuestros derechos y libertades y por su vocación abnegada y fiel de servicio público.