Unicaja Banco, la entidad que recientemente ha absorbido a Liberbank, ha informado a los sindicatos de sus planes para acometer un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que suponga la salida de 1.513 trabajadores: 508 de los servicios centrales y 1.005 de la red de oficinas.
Se plante asimismo el cierre de 395 sucursales, un 27% de las actuales, y movilidad geográfica derivada de estas clausuras y supresión de puestos. El banco ha trasladado también a los representantes sindicales su intención de armonizar las condiciones de trabajo de todo el personal, los originarios de Unicaja y los de Liberbank, pero «sin incurrir en más costes que los actuales».
El sindicato CCOO ha explicado que para justificar estas medidas la empresa ha incidido principalmente «en la negativa situación del sector con márgenes, tipos de interés, digitalización, concentración y solapamientos». En el mismo sentido, UGT relata que la reunión celebrada este martes la entidad incidió en que los tipos a los que se conceden los préstamos ahora son más bajos que hace dos años «y cae el margen bruto mientras que los gastos aumentan».
Según el avance del informe técnico de Unicaja se aluden a «causas económicas, organizativas y de producción» para estos recortes. La empresa ha comunicado que las salidas se realizarán «bajo el criterio prioritario de la voluntariedad y con el mayor de los consensos». Asimismo se aseguró que en este proceso no se contemplan externalizaciones.
«Este proceso responde a la consecución los objetivos estratégicos de la entidad previstos en el proyecto de fusión, y se enmarca dentro de las tendencias sectoriales dentro de un entorno complejo y sujeto a múltiples retos. Dicho proceso va orientado, entre otros factores, a mejorar la rentabilidad y eficiencia del banco (a través de la eliminación de solapamientos y el aprovechamiento de economías de escala), adaptar su estructura al contexto actual, caracterizado por una transformación generalizada del sistema financiero, de cara a la consecución de las sinergias previstas en el proyecto de fusión, así como para preservar una posición competitiva en el mercado», señala Unicaja en un comunicado.
Todo ello teniendo en cuenta la situación actual «en la cual la rentabilidad y la eficiencia del negocio siguen deterioradas en el sector por el entorno de bajos tipos de interés, la necesidad de acometer mayores provisiones, la mayor presión regulatoria, las cuantiosas inversiones en tecnología requeridas ante la transformación digital del sector, y la necesidad de mantener y mejorar el atractivo de la entidad para captar inversores y capital necesarios para aumentar la financiación crediticia a empresas y familias, y apoyar el desarrollo económico de la sociedad».
Sin facilitar más datos, como la distribución geográfica de salidas y cierres de oficinas, la empresa emplazó a los sindicatos a las reuniones de los días 14 y 15 de octubre en Madrid.
CCOO confía en que durante la negociación «se recupere el espíritu de consenso que siempre prevaleció en Unicaja» y se pueda alcanzar un acuerdo que favorezca a todas las partes y que permita: «mantener la calidad del empleo y disminuir el número de afectados, la absoluta voluntariedad de las salidas y la renuncia al uso de medidas traumáticas y la homologación de las condiciones laborales sin merma para ningún colectivo».
Desde UGT se oponen a cualquier proceso que conlleve salidas no voluntarias y exigen que los empleados en excedencia pactada compensada procedentes de Liberbank sean incluidos en estos números, para que el volumen se aminore.