Uno de los sectores económicos más afectados por la pandemia y las restricciones sanitarias fue el de la Hostelería. Los confinamientos y los toques de queda afectaron a los hábitos de consumo y provocaron el cierre de multitud de negocios. Pero también hicieron mella en los trabajadores y asalariados, haciendo que empezaran a buscar otras salidas profesionales. Ahora, con la paulatina reapertura de los negocios se está haciendo visible uno de los principales problemas de los establecimientos, que es la dificultad para encontrar trabajadores.
El presidente de la Agrupación de Hostelería de Cuenca, José Manuel Abascal, relativiza estas dificultades, atribuyéndolos a negocios concretos de la provincia: “Hay muchos negocios que no tienen ningún tipo de problemas porque llevan con sus camareros desde hace años, y en otros casos en los que habría que analizar las causas concretas de por qué no se encuentran trabajadores”.
Apunta a que a su juicio este problema para encontrar trabajadores tiene varias patas, dado que “hay empresas que quieren empleados para dos horas o dos días a la semana, y es lógico que las personas que quieren entrar a trabajar ocho horas al día los rechazan. Por el contrario, muchos de los que sí quieren trabajar en esas condiciones no quieren hacerlo cotizando para no perder subvenciones, y las empresas serias no están dispuestas a contratar si no es como dictan las normas”.
En este sentido, Abascal indica que “las subvenicones tienen que estar pagadas con trabajo, y es peligroso cuando se subvenciona el no trabajar, porque es una de las causas que a la gente no le interese trabajar, sino que prefiera hacer extras sin cotizar y acogerse a subvenciones. Esas cosas son malas para la economía no sólo de Cuenca, sino nacional”.
El presidente de los hosteleros conquenses también apunta que el sector tradicionalmente ha sido receptor de trabajadores estudiantes que una vez obtenían su titulación se iban a buscar otra salida laboral. “ Son transiciones que siempre han pasado y que continuarán pasando”, señala Abascal, recordando que lo que ha sucedido tras la pandemia no se trata de un problema nuevo.
Las condiciones de empleo del sector hostelero han ido ganando mala fama en cuanto a bajos salarios y largas y estresantes jornadas laborales, una visión que también está influyendo a la hora de firmar nuevos contratos. Sobre este asunto, el presidente de la patronal hostelera conquense niega que los salarios sean bajos, dado que a su juicio “la economía es una ciencia exacta, hay unos convenios y unos mínimos que se cumplen. Además, hay que sumar las propinas y la comida y bebida gratis todos los días, y eso que también hay que valorar. Creo que los empresarios que pagan poco no son una realidad, son más bien la excepción que confirma la regla”; y respecto al estrés en el trabajo señala que “es relativo, porque el punto de máximo estrés se concentra en tres horas a mediodía y tres horas a la hora de la cena”.
CCOO pide mayores conciliaciones para recuperar el interés en el sector
Por su parte, Santiago Zafrilla, secretario de Acción Sinidical de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras, considera que “no creemos que sea tan cierto que hay escasez de trabajadores en el sector, más cuando aún quedan 1.300 personas en Castilla-La Mancha en situación de ERTE”.
Eso sí, apunta que si en alguna situación se da este fenómeno “es por las condiciones de la Hostelería. No sólo hay que pagar más en salario, también en condiciones laborales, porque la hostelería ha vivido mucho tiempo en lo que yo llamo 4-8-12: cotizando por cuatro horas, pagando por ocho y trabajando por doce. Y hay muchos trabajadores que se han dado cuenta cuando han ido a ERTE y han tenido que cobrar prestación por desempleo que estaban trabajando, cobraban más o menos bien, pero una vez que van al desempleo les han tirado su economía al suelo”.
“En la hostelería se estaba dando mucho el cobrar parte del salario en B y esas condiciones son las que, unidas a los problemas de desempleo temporal que ha habido, muchos de ellos se hayan dado cuenta del problema de la Hostelería”, sentencia. “Pero no sólo hay cuestiones ilegales, también hay situaciones legales que impiden que mucha gente quiera trabajar en la Hostelería, porque se trabaja cuando los demás descansan y eso impide conciliar y hacer que puedan verlo como futuro profesional. Hay que dar facilidades en la conciliación y más compensaciones, también de salarios, para motivarlo”.
Acepta en este punto Zafrilla que “en Castilla-La Mancha los salarios del sector no están mal, por debajo de la media pero con los que se puede vivir, pero sí es cierto que luego las condiciones son malas porque hay que trabajar todos los fines de semana y no sólo ocho horas al día, sino muchas horas más”.
Respecto a que este problema de falta de trabajadores puede darse más en la contratación de extras y fines de semana que apunta Abascal, Zafrilla contesta que “se produce porque estas contrataciones no reflejan lo que se trabaja en realidad, a muchos empleados no les compensa recibir un alta de dos horas cuando van a trabajar 20”.
Por último, Zafrilla ha concluido recordando que “este 31 de diciembre terminan los convenios colectivos de Hostelería en las cinco provincias de Castilla-La Mancha y es un buen momento para, entendiendo las condiciones del sector, que en la negociación de los convenios se regulen mucho más las condiciones”, apuntando a “incrementar los salarios y que haya mejores medidas de compensación, sobre todo con descansos y volver a hacer del sector de la Hostelería un sector atractivo para hacer una carrera profesional, porque ahora mismo lo que se da es que hay mucha gente que está de paso porque no es un sector atractivo para trabajar en él”.
“No se puede entender que alguien esté contento trabajando todos los fines de semana de su vida. A lo mejor hay que regular una serie de descansos cada algún número de fines de semana para poder estar con su familia, y así probablente el sector podría ser más atractivo”, concluye el responsable de CCOO.