Reducción de jornada: argumentos a favor y en contra de la patronal y los sindicatos conquenses

UGT y CSIF celebran esta primer paso que "beneficiará a todas las partes". Los empresarios conquenses ven "con preocupación" la supervivencia de los negocios.

Este martes, el Consejo de Ministros ha aprobado la medida que reduce la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin recorte de salario y que supone un «hecho histórico». Se trata del primer paso hasta su debate definitivo en el Congreso de los Diputados, algo que, de momento, está en conversaciones entre los socios de Gobierno.

Se modificará el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores para recoger que la jornada laboral se pactará en los convenios colectivos o contratos de trabajo con una duración máxima semanal de 37,5 horas. Las horas realizadas por encima de esa jornada se considerarán extraordinarias. Asimismo, esta medida incluye otros factores como un nuevo registro de jornada y reforzar el derecho a la desconexión.

Esta rebaja era una reforma que el Ministerio de Trabajo, liderado por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, llevaba trabajándose tiempo con los sindicatos e incluso con la patronal de empresarios, que han sido los únicos que no se han unido al pacto.

Sectores «clave» en la provincia de Cuenca

Para el sindicato UGT, uno de los que firma el acuerdo con la ministra de Trabajo, se trata de una reivindicación «histórica», pues su ADN es «trabajar por los trabajadores, y estamos satisfechos de este primer paso dado». Así lo asegura el secretario general de UGT en Cuenca, Vicente Martínez.

Martínez asegura que en la provincia de Cuenca, los sectores que se verán afectados principalmente con esta actualización serán el de la hostelería y turismo, «que es bastante grande en este territorio», el comercio, la construcción, y la agricultura, en el que «siempre hemos intentado prestar vigilancia especial para el mantenimiento y el tratamiento de las condiciones de los trabajadores del campo». Aun así, el secretario general afirma que en muchos convenios de otras actividades laborales «ya mejoran estas condicionar de trabajo gracias a la negociación colectiva, que por suerte funciona en este país y también en esta región».

Según UGT, esta rebaja se traducirá en desprenderse de unas 100 horas mensuales, es decir, un par a la semana, que dependerá de cada convenio. Martínez sostiene que los empleados valoran «muy positivamente» esta medida, pues son muchos colectivos «los que se acercan a la sede a preguntar cómo va y cuándo se va a aplicar» desde que se comenzó a hablar del asunto a nivel nacional.

Un fundamento en el que coincide también CSIF. El responsable de Empresa Privada en este sindicato en Cuenca, Jorge Rodríguez, afirma que ven esta nueva medida como «un condicionante para mejorar la productividad al verse beneficiada la calidad de vida de los trabajadores».

¿Menos horas de trabajo = menor productividad?

Uno de los grandes «miedos» por parte de los trabajadores es que se reduzca además el salario si trabajan menos horas. Sin embargo, una de las premisas fundamentales del acuerdo es que eso «no se toque y se mantenga», manifiesta Martínez. «Los trabajadores saben que al final eso les va a beneficiar, porque supone un bienestar tanto en el ámbito laboral como en el familiar», dice el secretario general, que además aclara que, para ellos, la productividad no va ligada a las horas de permanencia o de presencia en un puesto de trabajo. «No por estar más tiempo, eres más eficiente. Muchas veces consigue el efecto contrario. Por eso entendemos que va a beneficiar a muchas empresas que seguramente vean aumentar su productividad».

Por su parte, desde CSIF consideran que si los empleados «tienen una mejor calidad de vida, le rendimiento se va a ver reflejado en el trabajo», dice Fernández, que pone de ejemplo la productividad de países como Francia a raíz de una reducción de la jornada laboral.

Para UGT, esa rebaja de horas de trabajo incidirá en otros factores para la empresa como un aumento del personal para cubrir esas necesidades. «Esto también es una manera de incentivar la contratación a las propias empresas», asegura Martínez. Asimismo, desde CSIF destacan que también velan por la calidad del empresario «y el crecimiento integral de todas las partes». «Cuando nosotros buscamos el beneficio para los trabajadores, también se verán beneficiados el pequeño comercio, la hostelería, la industria que está empezando en la provincia, porque el hecho de que una persona tenga ese enriquecimiento, una desconexión digital, un apoyo moral por parte de la conciliación laboral, va a repercutir también en su forma de trabajo, y se espera que haya una mejora en el ambiente laboral», manifiesta Fernández.

Los sindicatos insisten en que se tratan de «pequeños pasos» que, aunque visto de manera particular «puede que no se un cambio sustancial» para los trabajadores, la medida en su conjunto lleva aparejada otros factores como la desconexión digital. «El móvil, por ejemplo, es una herramienta muy útil para el trabajo, pero también un arma de doble filo. No desconectar, llevártelo a casa, estar pendiente del WhatsApp, del correo electrónico, de llamadas… Eso no deja de ser actividad productiva y laboral fuera de tu horario», considera Martínez.

La patronal, «preocupados» por la supervivencia de las empresas

La Confederación de Empresarios de Cuenca, por su parte, resalta que reciben la aprobación del anteproyecto de ley «con preocupación por lo que pueda suponer para un tejido empresarial compuesto principalmente por pymes y autónomos como es el de la provincia de Cuenca, ya que podría dificultar la organización interna de las empresas y su supervivencia». Los empresarios conquenses consideran que la forma más efectiva para reducir la jornada laboral es hacerlo «mediante la negociación colectiva» y aprobar esta normativa sin acuerdo de todas las partes «debilita el diálogo social que ha sido fundamental para establecer acuerdos y mantener la paz social en los últimos 40 años».

Opinan que adoptar este tipo de medidas con carácter general «sin establecer las correspondientes diferenciaciones, no tiene mucho sentido y sería conveniente analizar punto por punto tanto los diversos sectores económicos como también los diferentes territorios».

Asimismo, la patronal considera que se echa en falta en el proyecto de ley la introducción de algunas reglas de transitoriedad para la implantación de la reducción de jornada aprobada, «o la posibilidad de que sean los agentes sociales quien las puedan negociar en los distintos convenios colectivos, precisamente para atender de manera diferencial a los distintos sectores y territorios con acuerdos vigentes de jornadas máximas muy distintos».

El responsable de Empresa Privada de CSIF en Cuenca recuerda a los empresarios que brindan su apoyo para para introducir las actualizaciones y confiar en que estas nuevas adaptaciones a la jornada de trabajo «puedan traerles beneficios y mejoren sus rendimientos».

Fernández advierte a las compañías que «los convenios tienen que actualizarse, porque son leyes a nivel nacional». Confirma el «miedo» que se tiene desde las empresas y los trabajadores en unas nuevas condiciones laborales, «porque piensan que se van a ver perjudicadas». Sin embargo, sostiene que todas las decisiones son beneficiosas para ambas partes en el futuro, porque nosotros pensamos que debemos enriquecernos los unos a los otros, ya que comemos de la misma mesa. Es importante que estos líderes y jefes también tengan su momento de desconexión y vinculación familiar», concluye Fernández.