La segunda ola de COVID-19 y sus consecuentes medidas especiales e incomunicación de Castilla-La Mancha con el resto de regiones por el bloqueo de su perímetro han condenado a algunos establecimientos que tienen como una de sus fuentes de ingresos el turismo a echar el cierre temporal. Y es que la ausencia de visitantes este puente de Todos los Santos, festivo en comunidades autónomas limítrofes como Madrid, Aragón o Andalucía, ha supuesto que muchos de los negocios sean directamente inviables.
Es el caso de la Taberna Jovi, situada en pleno Casco Antiguo de la capital conquense y que este lunes anunciaba en sus redes sociales que a partir de hoy va a estar cerrada «por imposibilidad de trabajar con estas medidas».
Otro de los establecimientos que ha tomado la decisión de cerrar temporalmente ha sido La Ponderosa de Cuenca. El 30 de octubre, un día después de la declaración de las medidas especiales de Nivel 3 en la capital, informaban a sus clientes de que el establecimiento va a permanecer cerrado mientras estén vigentes las medidas.
Este domingo otro de los establecimientos situados en el Casco Antiguo de Cuenca, la Posada de San José, también anunciaba el cierre temporal. Según recordaba, «las últimas medidas para la contención de la COVID-19 que afectan a Castilla-La Mancha en materia de movilidad y las que afectan a la ciudad de Cuenca, nos sitúan en Nivel III, con límites de aforo, horarios, y comensales por mesa, entre otros».
Así que se han visto obligados a tomar la decisión de cerrar «por responsabilidad con la salud de nuestros clientes, de nuestro equipo y de la propia casa». La reapertura de este establecimiento no se realizará «hasta que el nivel de seguridad sanitaria sea suficiente para que se levanten las medidas que ahora rigen». El equipo que forma la Posada San José agradece a sus clientes «toda la confianza que habéis depositado desde que abrimos el 18 de junio».
Antes incluso, el pasado viernes, el Hostal Restaurante La Noguera tomó la decisión de adelantar sus vacaciones de Navidad, y en lugar de marcharse las fechas navideñas han anunciado el cierre hasta finales de noviembre. Una decisión, que afirman haber tomado «con el fin de contribuir en lo que está en nuestras manos a la contención del COVID-19».
El pasado miércoles el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, anunció el cierre perimetral de la región hasta el próximo 9 de noviembre, impidiendo a los ciudadanos entrar o salir de la comunidad autónoma salvo por causas justificadas como actividades laborales o desplazamientos a centros educativos.
A esta noticia se unió el pasado jueves el endurecimiento de las medidas especiales a Nivel 3 en Cuenca capital ante el avance del coronavirus. Se trata de la categoría inmediatamente anterior al confinamiento municipal dentro de las medidas especiales que aplica la Junta de Comunidades para tratar de frenar los contagios y estarán vigentes al menos 14 días.