La Policía Nacional y los directores y responsables de seguridad de las entidades bancarias que operan en la ciudad de Cuenca mantuvieron el pasado viernes una reunión de trabajo para establecer unas pautas de colaboración y actuación conjunta con el objetivo de evitar las estafas a personas mayores producidas en la vía pública y en el entorno de los bancos y entidades financieras”.
Desde la Policía Nacional se ha recalcado la necesidad de una colaboración estrecha con las entidades bancarias para la prevención de
este tipo de estafas a mayores y con ello poder ofrecer un entorno mas seguro a este colectivo. Además, se trata de una de las medidas contempladas en el “Plan Mayor Seguridad” de la Secretaría de Estado de Seguridad, dirigido a la prevención y mejora de la seguridad de los mayores y se establece con el fin de activar medidas tendentes a mejorar la información que reciben tanto las personas mayores como su entorno, en relación con los riesgos de seguridad que les más les afectan. El objetivo principal es identificar situaciones de riesgo e infracciones más frecuentes y con ello poder prevenir las amenazas tanto en la vía pública como en el domicilio.
Los timos clásicos siguen vigentes
Los autores de este tipo de delitos forman parte de grupos itinerantes muy especializados que aprovechan la vulnerabilidad de las personas de avanzada edad para realizar este tipo de estafas en la vía pública. En el caso del timo del tocomocho, bajo la apariencia de una persona desvalida o necesitada, el delincuente -un varón o una mujer- aborda a la persona mayor para llamar su atención y ofrecerle un boleto o un cupón de lotería premiado a cambio de dinero, logrando conseguir que la víctima llegue a extraer grandes cantidades de dinero en los bancos.
Un modus operandi similar se sigue en el caso del timo de la estampita, en el que igualmente, una persona con apariencia de desvalida o necesitada se acerca a la víctima diciéndole que tiene muchas «estampitas», a la par que le muestra un billete de curso legal de elevado valor, y le indica que se las cambia por algo que le guste, pidiendo normalmente a cambio joyas o aceptando dinero, aunque sea de menor valor. Después de que la víctima acceda a realizar el intercambio, y se queda a solas, comprueba que los supuestos billetes no son más que recortes de papeles. En estas dos modalidades, además de la persona que se hace pasar por desvalida, suele intervenir otro estafador o estafadora, que alienta a la víctima a caer en el timo.
En cuanto al timo de la mancha, suele ocurrir cuando la víctima abandona la entidad bancaria después de haber extraído dinero en efectivo. Los delincuentes, que le han observado realizar la operación, conocen el lugar en el que ha guardado el dinero, por lo que se acercan a la víctima y le manchan la ropa accidentalmente, ofreciéndose a limpiársela. Durante el tiempo que dura esta maniobra de distracción, le hurtan el dinero, normalmente sin que la víctima se percate hasta que llega a su domicilio.