El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha crecido durante el mes de octubre un 0,7% en la provincia de Cuenca, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. La subida ha sido impulsada especialmente por el encarecimiento de vestidos y calzados durante el último mes (5,7%) y la alimentación y bebidas no alcohólicas (1,9%).
En el último año, la inflación ha crecido un 1,3% en territorio conquense, motivado sobre todo por el aumento del coste en restaurantes y hoteles (5%), Enseñanza (5,2%) y las bebidas alcohólicas y el tabaco (3,6%), aunque durante este periodo se ha abaratado el transporte, asociado a los combustibles, un 3,5%. En este caso, al ser la provincia de Cuenca un territorio con escaso tejido productivo, y algo parecido puede ocurrir con la región, la incidencia de la rebaja de estos últimos precios es más intensa, y lo mismo ocurre cuando esta cantidad crece.
El incremento de precios a nivel regional en el último año se sitúa en un 1,4%, y medio punto por debajo de lo registrado en el total del país (1,8%). Durante el mes de octubre, en Castilla-La Mancha ha aumentado la inflación un 0,8% y dos décimas por debajo de lo calculado en el conjunto de España (0,6%).
En lo que va de año los precios en la provincia de Cuenca se sitúan en un crecimiento del 1,7%, el mismo que en la región y cuatro décimas por debajo del total del país, lo que apunta a un cierre de año controlado, alrededor del 2,1% interanual.
La Confederación de Empresarios de la provincia destaca una inflación «controlada» con varios meses en los que la tasa interanual se ha situado por debajo del 2%, pese a que todavía permanecen algunos factores que pueden resultar inflacionistas. Esperan que se siga con la dinámica empezada de rebajar los tipos de interés y por lo tanto reducir el precio del dinero, «lo que dejaría más margen económico a empresas y familias».
Sin embargo, desde CEOE CEPYME Cuenca avisan de factores que «pueden revertir esta tendencia» con distintos conflictos internacionales, sobre todo el de Oriente Medio que puede virar al alza el precio de los combustibles, y también la política arancelaria que puede establecer Estados Unidos a partir de enero y que puede elevar los precios, si se toman decisiones proteccionistas.