El Gobierno aprobó este lunes un paquete de medidas de ahorro energético que afectan a los edificios públicos y a los espacios comerciales. La norma entrará en vigor el próximo 9 de agosto y estará vigente hasta noviembre de 2023. El decreto incluye algunas obligaciones como una temperatura máxima y mínima de la calefacción y del aire acondicionado además del apagado de luces de escaparates. Los sectores del comercio y la hostelería en Cuenca coinciden en señalar que han recibido este anuncio “con dudas”, que no se ha aprobado con el consenso de las partes afectadas y que podría entrar en conflicto con la normativa de riesgos laborales y de prevención del Covid.
Diego López, secretario de la Agrupación de Hostelería y Turismo de Cuenca, destaca que no se ha tenido en cuenta que en los locales “la temperatura tiene que estar como máximo a 25 grados”, ya que es la máxima “adecuada para trabajar” y que todavía “hay muchos cabos sueltos”. En este sentido, José Miguel Bermejo, presidente de la Asociación Provincial del Comercio, señala que “se nos ha metido a todo el mundo en el mismo saco”, puesto que establecimientos como carnicerías y pescaderías tienen una idiosincrasia particular y necesitan una temperatura adecuada para mantener sus productos.
Respecto a la aplicación de esta nueva normativa, el secretario de la Agrupación de Hostelería indica que “hay una contradicción con el tema de riesgos laborales y con el tema del Covid”, aludiendo al control de las puertas y la renovación del aire. Y añade que cuando se implementa una nueva norma “siempre es un coste”. El presidente de la Asociación del Comercio asume que la inversión irá a cargo del comerciante y que “las ayudas llegan cuando llegan, si llegan”. Y lamenta que “se nos pone al comercio en el punto de mira otra vez”.
Bermejo también hace énfasis en cómo pueden afectar estas medidas al consumo en comercios locales, en detrimento de estos y a favor de las grandes plataformas de venta online. Pone el foco en que los envíos a domicilio también suponen un gasto de energía y “eso no está regulado”. En cuanto a campañas como la de Navidad, manifiesta: “Unas Navidades que a las diez de la noche esté todo apagado, imagínate esa tristeza”.
López, por su parte, afirma que “cuando esto empiece a andar nos daremos cuenta de los problemas”, y concluye que “la opinión que importa es la opinión de los clientes”. En lo tocante a posibles negociaciones con el Gobierno para matizar la norma, ambas asociaciones emplazan esta decisión a un acuerdo del sector a nivel estatal.