El presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo, José Manuel Abascal, ha trasladado la profunda decepción con la que el sector ha recibido la ampliación al Nivel 3 de las restricciones para la ciudad de Cuenca decretadas en la tarde de este lunes. Con la nueva normativa, entre otras consideraciones, se establece el cierre del interior de bares y restaurantes, que únicamente podrán servir en exteriores y con un aforo del 50%.
«Nos sentimos otra vez ultrajados, manipulados. Ayer nos decían por la mañana que Cuenca era un ejemplo porque iban las cosas muy bien y a las tres horas pasamos de un Nivel 2 a un Nivel 3, sin pasar por un intermedio de un tercio en el interior de los locales sino cerrados», ha señalado Abascal.
El representante de los hosteleros conquenses lamenta que «seguimos pagando el pato sin recibir ayudas, pagando impuestos… Nos tienen cogidos de una manera que pasa de castaño oscuro. Algo tienen que hacer con nosotros porque me asomo a la ventana o salgo a la calle y veo movimiento, tráfico, supermercados llenos, todo funcionando…y el único que no está trabajando es nuestro sector. Algo no nos cuadra. Los contagios, gracias a Dios, han sido suaves; no hay gente en la UCI y poca gente en el hospital. Eso es una buena señal pero entre unos y otros la hostelería es la que está pagando los platos rotos y estamos ya cansados porque nos está afectando demasiado».
No es proporcional el castigo que le cae a la hostelería con los contagios que genera
La hostelería conquense echa en falta ayudas que ayuden a sobrellevar unas dificultades que se están prolongando demasiado en el tiempo así como una planificación más acertada que no ponga tantos obstáculos a la supervivencia de las empresas. «Queremos las compensaciones necesarias para poder sobrevivir y que por favor, se aceleren las vacunaciones de una vez por todas. La gente está ya al límite, muy disgustada y necesitamos una solución para nuestro sector, una organización y una gestión apropiada. No podemos estar sí. Cada vez que nos pasa esto nos hacen un roto. Normalmente los pedidos se hacen los lunes, tienes unas reservas…lo que no pueden hacer es venir por la tarde con que ya no. ¿Ahora qué hacemos? ¿Devolvemos los pedidos, nos peleamos con los proveedores…? Así no se pude estar funcionando. Estamos haciendo un gran esfuerzo pero tenemos que ser ayudados, entre otras cosas económicamente. No podemos estar pagando impuestos y no poder funcionar», señala Abascal.
Estas mismas fuentes destacan que «estamos en un país democrático y somos unas personas más, no somos el deshecho de la sociedad. No es proporcional el castigo que le cae a la hostelería con los contagios que genera. Nosotros estamos trabajando bien y cuidando las medidas que existe. La gente se está contagiando no por estar en la hostelería sino por hacer un mal uso de su responsabilidad individual en cualquier sitio y eso está afectando a las familias, gente que ni siquiera sale…y volvemos a pagarlo los de siempre».