El mundo del alpinismo vuelve a ponerse de luto. La Comisión de Auxilio que coordinaba el rescate de los alpinistas vascos Amaia Agirre e Iker Bilbao, sepultados en el monte patagónico Fitz Roy, ha dado por finalizado el operativo ante la nula posibilidad de dar con ellos con vida y el gran riesgo que supone para los rescatadores voluntarios. De este equipo ha formado parte el alpinista conquense Pedro Cifuentes, un habitual de este tipo de operativos de rescate en la montaña.
En declaraciones a Voces de Cuenca, el montañero alude al estado de la nieve en la zona, muy húmeda y pesada, y que a partir de las 48 horas “se dan por fallecidos». Más teniendo en cuenta lo complejo de este suceso. Según informó La Comisión de Auxilio del Centro Andino El Chalten al decretar el final del rescate, “la grieta en la cual se encuentran enterrados éstos escaladores mide 100 metros de largo por 8 metros de ancho y 15 metros de profundidad hasta el tapón de nieve, desconociendo el fondo real que tiene”.
Cifuentes relata que los escaladores habían bajado del Fitz Roy por la vía franco-argentina y que en el último tramo para bajar hay una brecha conocida como la ‘Brecha de los Italianos, donde se produjo la avalancha. Solo pudo esquivarla Josu Linanza, el otro alpinista que les acompañaba en la expedición. “Cuando se habían montado en el glaciar y ya iban a andar por ese glaciar para bajar a otro punto, que se llama El Paso Superior, ahí justo les cogió la avalancha de nieve húmeda y de ahí arrastró a dos de ellos hacia la brecha. Josu pudo salvarse, se fue a la derecha y se pudo salvar”, explica Cifuentes.
Este pequeño pueblo del sur de la Patagonia cuenta para su dispositivo de rescates con un grupo de voluntarios del pueblo, que suelen ser guías, y una doctora. Además de diferentes escaladores de todo el mundo, explica Cifuentes. Para organizarse, añade, “solemos tener una reunión y ahí decidimos cuál es la estrategia que se va a seguir para, dependiendo de la zona del rescate, hacer unas actuaciones u otras”. E indica que “en caso de que sea una zona bastante lejana”, cuentan con el apoyo de un helicóptero militar para evacuar a los accidentados.
El alpinista ya ha participado en varios rescates en los últimos años y manifiesta que “algunos han sido bastante complejos”. Pone como ejemplo el efectuado el año pasado en el Cerro Torre, con el que se pudo salvar la vida del argentino Tomás Aguiló. Un suceso que recuerda lo duro e implacable de estos parajes, pues no fue posible rescatar a su compañero de cordada Korra Pesce “debido a las heridas tan graves que había sufrido por otro desprendimiento también de hielo y roca”.
La expedición de Cifuentes, “en standby”
El montañero conquense se encuentra en la Patagonia para escalar en solitario esta misma montaña, el Cerro Torre. Aunque las malas condiciones climatológicas, que “dificultan mucho la escalada en hielo” debido a las altas temperaturas, le han obligado a dejar sus planes “un poquito en standby”.
“Las condiciones pueden cambiar en un corto plazo, pero si por ejemplo ha habido grandes desprendimientos de hielo, para escalar esa pared de hielo habría que esperar a que nevase, a que hiciese frío, a que cogiese cuerpo. Aquí es verano, yo creo que eso va a ser un poco difícil. Hay que esperar un poco de cara al próximo invierno y plantear otra estrategia”, concluye.