El montañero conquense Pedro Cifuentes viaja a la Patagonia para llevar a cabo la ascensión que le convertirá en la primera persona que haga cumbre en las cinco cimas míticas de esa zona. Y lo hará ascendiendo a una de las montañas más duras del mundo, el Cerro Torre, una aguja que corta el cielo y que supone un reto de primerísima magnitud para cualquier alpinista. Antes de volar a América, Cifuentes visitó la redacción de Voces de Cuenca para hablar sobre esta expedición y sus experiencias recientes en la zona, donde el año pasado por fin pudo hacer cumbre en el Fitz Roy, otra cima mítica patagónica.
¿Cuándo te vas?
Me voy el día 25 de diciembre. Parto para Chile porque el año pasado tuve un pequeño problema con el billete. En Chile el año pasado iba a hacer una expedición en una zona que está virgen todavía y luego irme a la Patagonia. Ese billete, cuando fui al aeropuerto para subir al avión, me dijeron que no podía utilizarlo, aunque yo había enviado mis vacunas. Yo estoy vacunado porque soy bombero, me habían puesto todas las vacunas, que el año pasado no todo el mundo tenía las tres en diciembre, pero me dijeron que no me las convalidaban. Así que me dijeron que ese billete me lo podían guardar un año, y por eso este año tengo que volver otra vez a Chile. Hago Madrid-Santiago, Santiago-Punta Arenas, en la Patagonia, y allí tengo que coger un autobús hasta El Calafate, que eso ya es Argentina, y de El Calafate a El Chaltén otro autobús, donde montaré el campo base.
Vas a subir el Cerro Torre. Yo de esto entiendo lo mínimo, pero me he documentado un poco y es una montaña que cuando la ves impresiona mucho porque es un pico muy puntiagudo y descarnado. Cuéntanos un cómo es esta montaña.
El Cerro Torre la catalogan como la montaña más bonita y más peligrosa de todo el mundo. ¿Por qué? Porque la parte de abajo es roca, o sea, tiene una técnica de escalada que es con los pies, con las manos, vas por la roca, digamos por la fisura, vas metiendo unos aparatos, que son los friends y los stoppers, para poder asegurarte. ¿Cuál es la dificultad del Cerro Torre? Que arriba tiene un hongo de hielo y eso ya es otra técnica. El hielo se escala con los piolets, que son los pinchitos, y los crampones, que son unos hierros que se clavan en el hielo, unas piezas hexagonales que se meten en la fisura.
“Una cosa es escalar en la roca, y otra cosa es escalar con hielo, con hielo es otra técnica. El hielo es mucho más peligroso, porque un cambio de temperatura te modifica mucho el peligro”
¿Tienes que llevar materiales distintos para escalar dos montañas diferentes en una?
Sí, claro. Una cosa es escalar en la roca, y otra cosa es escalar con hielo, con hielo es otra técnica. El hielo es mucho más peligroso, porque un cambio de temperatura te modifica mucho el peligro. Más baja, el hielo está más duro, pica mejor, más calor, el hielo se deshace, se cae.
Te vas ahora, que allí es verano austral, porque en invierno subir eso será literalmente imposible
Bueno, no es imposible subirlo en invierno, pero claro, estaríamos hablando de 30 grados bajo cero, y eso cuidado. Y la cosa curiosa del Cerro Torre es que es la primera pared que te encuentras cuando vienes del campo de hielo, porque por una parte está el campo de hielo y por otra está la parte que da el pueblo de El Chaltén. La parte que da el pueblo es como más roca, la parte de atrás es más hielo. ¿Por qué? Porque todo el viento que viene predominante de ahí, del campo de hielo, choca ahí, y todas esas paredes están heladas.
Me has dicho que dependiendo de las condiciones que haya puede ser más o menos complicado.
Sí, incluso que si hace un poco más de frío es mejor porque tienes más agarre.
¿Cuáles son las condiciones ideales en las que a ti te gustaría enfrentarte a esa montaña?
Pues mira, como abajo es roca, lo mejor sería que hubiese 20 grados, pero eso es imposible. De hecho, si hay 20 grados, se caería todo el hielo, ahí estaría el peligro. Entonces en la parte de abajo, que es roca, estaría bien que fuese en unas condiciones que fueran un poquito menos hostiles, por ejemplo 0 grados sería lo perfecto. Para la parte de arriba, si estuviera a -5 ó -10, sería también perfecto. ¿Para qué? Para que el hielo tenga consistencia y cuando claves el piolet, el hielo se quede y no se desprenda todo. Si se desprende, te vas para abajo con todo. El hielo es muy difícil de asegurar, hay que llevar unos tornillos de hielo especiales, hay que llevar unas piquetas, unas estacas, es complicado.
¿Qué altura tiene ese pico?
En la parte de arriba tiene 3.200, 3.300 metros.
O sea que más que la altitud del pico, la dificultad está en las características que tiene la pared.
Y la pared vertical, que son 1.500 metros.
¿Es muy distinto escalar una montaña de este tipo a escalar, por ejemplo, un 8.000 del Himalaya o de otras cordilleras?
Cambia completamente la preparación, el material y todo lo que tienes que preparar, porque una montaña de 8.000 metros, al fin y al cabo, es andar, la mayoría de las veces es andar. Cuando vas a un 8.000 de estos, está todo ya metido en esas empresas que se dedican a esto, que suben, ponen las cuerdas y tú solo tienes que subir por la cuerda. ¿Es peligroso? Sí, porque son montañas de 8.000 metros, pero al fin y al cabo es andar, subir, andar, subir. Eso es un 8.000 realmente, pero no escalas, no escalas en hielo, normalmente muy poquitas veces tienes que hacer algún paso de hielo, ya te digo que todo está ya marcado con cuerdas.
En alguna otra entrevista, me acuerdo que distinguías entre lo que era el montañismo y el alpinismo. ¿Esta ascensión es montañismo o es alpinismo?
Alpinismo total. El montañismo es más como más andar, más subir una montaña, el alpinismo es un mixto entre una aproximación, una pequeña subida y luego ya empiezas a escalar. Eso es alpinismo, cuando está la mezcla de ambas. Y la escalada sería solo escalada en roca.
¿O sea que esta es prácticamente escalada en roca? ¿O tienes alguna parte también complicada hasta que llegas allí?
Tiene varios alicientes esta pared. Una es que es una pared que tienes que hacer en varios largos, incluso habrá que dormir varios días en la pared, tienes que tener una aproximación para dejar el material, tienes que llevar un saco de dormir, con una esterilla, con un hornillo, con comida, o sea, es una expedición en toda regla. Toda esa mezcla es lo que lleva a definir esta actividad como alpinismo puro y duro.
“Voy solo, así ha sido durante muchos años y así es, me encuentro cómodo haciéndolo solo”
Tú sueles ir solo a estas escaladas. ¿Vas también solo esta vez?
Sí, voy solo, así ha sido durante muchos años y así es, me encuentro cómodo haciéndolo solo. El año pasado, cuando el Fitz, también iba solo, pero subiendo me encontré a una gente que había tenido un accidente.
¿Cuánto tiempo, si las cosas se dan bien, vas a estar por allí?
Allí voy a estar dos meses, pero no voy a estar dos meses en la pared, hay que estar allí y esperar una ventana de buen tiempo que te permita subir y bajar, porque casi siempre hay mal tiempo, así que cuando vienen dos o tres días de sol hay que aprovechar.
¿Cómo trabajas tú una vez que llegas allí y que te decides hacer una ascensión tan peligrosa como esta?
El año pasado de hecho, yo estaba en otro lado, hay tres montañas que componen el Cordón Torre, Cerro Torre, Torre Hegger y Standhart, que son tres montañas que están juntas. Yo estaba en la Standhart, estaba escalando y me llamaron porque había un accidente en el Cerro Torre, había dos chicos, uno argentino y otro italiano. Al argentino lo pudimos bajar, pero el italiano murió. El Cerro Torre tiene eso, estaban durmiendo, cayó un desprendimiento arriba con hielo y roca, y adiós. Es muy peligroso, pero bueno.
Es que lo cuentas con una naturalidad, Pedro. Cuando me cuentas estas cosas se me ponen los pelos de punta, porque para qué nos vamos a engañar, tú vas allí a jugarte la vida.
De alguna manera, sí. El que va a la Patagonia, igual que a otras montañas, tiene que tener claro que eso es muy peligroso, muy peligroso, desde el momento que sales tú ya sabes que te estás enfrentando a un clima hostil, no hay ayuda, no hay ningún tipo de ayuda. A lo que te vayas a enfrentar, ya sólo el hecho de ir andando, eso ya, cuidado, en cualquier momento puedes caer en un accidente, es un sitio donde no hay senderos, es la naturaleza en su máximo esplendor, estás combinando bosques, ríos, lagos, glaciares, montañas, el campo de hielo. Porque, no te olvides, un campo de hielo es un campo de hielo, ¿sabes? Y es el tercero más grande del mundo, después de la Antártida y de Groenlandia.
¿Tienes que atravesar un campo de hielo para llegar a esa montaña?
Vamos, de hecho, desde el campo base hasta la base del Cerro Torre, yo voy por el campo de hielo, hay como 45 kilómetros aproximadamente. Y ahí ya hay que cargar con todo y desde allí ya se escala. Eso está dentro del campo de hielo, y está dentro de una zona que le llaman el Círculo de los Altares, que es de los sitios más espectaculares del mundo. Círculo se le llama en montaña cuando hay una explanada y está rodeada de montañas, hay muchos Círculos, el de Gredos, el de Chamonix, etc…
En alguna otra ocasión me has contado que es muy importante saber cuándo tienes que parar.
Claro, hay que tener la suficiente frialdad y experiencia para darte la vuelta a tiempo. Pero hay mucha gente que se obsesiona y una vez que están allí dicen que sí, que sí, que sí, y no saben que realmente cuando el tiempo cambia tú ahí no pintas nada, nunca vas a ganar a la naturaleza, siempre vas a tener las de perder. Y cuando tú tienes las de perder te vas a morir. Es muy importante tener la suficiente frialdad para decir, oye, está cambiando el tiempo, no va bien la cosa o el tiempo estimado, yo llevo un día de retraso, me bajo de ahí. Porque si no te vas a morir o vas a tener un accidente.
¿Hay puntos de no retorno, momentos en los que si tú vas más allá de lo razonable, ya te puedes poner como te pongas, que ahí te quedas fijo?
Efectivamente, cuando tú pasas una línea de no retorno significa que ya estás jodido, estás muy jodido. Y si vas solo, olvídate, ya estás muerto. Si te encuentras con alguien te puedes salvar, como el año pasado, pues salvamos a Tomás, al argentino, con un poquito de fentanilo porque tenía lesiones muy graves. Tuvimos suerte, pudimos sacarlo de allí, pero nos la jugamos mucho porque el tiempo cambió. Menos mal que tuvimos la suerte de que la ventana, que iba a ser de tres días se alargó a tres días y medio, y ese mediodía fue lo que nos salvó, si eso no llega a haber ocurrido, de ahí nos salimos. También depende un poco de tener suerte, de que no te pille un desprendimiento, de que todo vaya bien. Pero, ya te digo, la montaña es muy difícil.
La pregunta de los que no hemos experimentado esto nunca en la vida es: ¿Y por qué hacéis estas cosas? ¿Por qué vais allí a jugaros la vida?
Yo creo que es que la montaña nos llama a los montañeros. No lo sabes explicar.
“Cuando el tiempo cambia tú ahí no pintas nada, nunca vas a ganar a la naturaleza, siempre vas a tener las de perder. Y cuando tú tienes las de perder te vas a morir”
¿Este es el deporte más peligroso que hay en el mundo?
Yo creo que sí, es una de las actividades más peligrosas, ya no deporte, de las actividades más peligrosas que existen. La diferencia del montanismo o del alpinismo con otros deportes es que no tienes un equipo que esté a tu lado. Tú vas a escalar y vas a escalar solo, o con otro, en todo caso. Entonces, tú ayudas al compañero, los compañeros te ayudan a ti, pero tú no tienes un equipo detrás. Vamos, de hecho, el año pasado, cuando el accidente de Tomás, tuvieron suerte de que llamaron a las fuerzas armadas argentinas y vinieron, eso hacía que no se daba un montón de años, los helicópteros allí no entran, el último que había entrado estaba allí estrellado.
Aparte del Cerro Torre, ¿vas a hacer algo más por allí en esos dos meses que vas a estar o es simplemente estar centrado en eso?
Yo quiero estar centrado en esto. Además, en los últimos 15 días de febrero va a venir Rubén Crespo, que es el director de un documental que estamos grabando ahora sobre mi vida. Ese documental lo tenemos casi ya terminado. Lo que ocurre es que para mejorar ese documental falta tener algunas imágenes y vamos a aprovechar para rodarlas.
Las últimas veces que te he entrevistado siempre estaba la Patagonia en el centro de la actividad. Por fin pudiste subir al Fitz Roy, que es una montaña que se te había resistido en alguna ocasión. ¿Cómo fue aquella experiencia de la que hablamos en otra ocasión?
Fue uno de los momentos más felices que tuve, estar en la cumbre del Fitz fue un momento maravilloso. Además, tuvimos la satisfacción de ayudar a dos chicos, para mí fue una doble recompensa, llegar a la cumbre, haber podido salvar a dos chicos, luego bajar y llegar sanos abajo al campo base.
¿Cuánto tienes estimado que vas a tardar en ascender al Cerro Torre?
A mí me gustaría hacerlo en cuatro días. Cuatro días y tres noches, porque si estás más ya empiezan a entrar otros factores, puede haber cambios de tiempo, historias que te compliquen la vida
¿Y estás todo el tiempo escalando?
Sí, casi todo el tiempo estoy escalando, lo único que cuando es de noche, paras un poquito, te pones en alguna repisa en la que haya sitio, te sientas y ahí te echas a dormir un par de horas, lo que te permita la actividad, me pongo un saco de dormir que tengo muy ligero por encima y con eso voy aguantando.
Claro, hay que llegar a la cima, pero luego hay que bajar.
Yo siempre he dicho que cuando llegas a la cima sólo es la mitad de la actividad, te queda bajar y tú puedes decir que has terminado la actividad cuando estás abajo. De hecho, nosotros llegamos a la cumbre, bajamos, y en el pueblo ya se empezó a montar un equipo de rescate a sabiendas de que nosotros estábamos ahí metidos, cambiaba el tiempo, iba a pasar algo. O sea, tampoco lo teníamos claro. De hecho, subieron como 20 personas a ponerse en la base de la montaña para estar pendientes de nosotros.
¿Estáis comunicados?
Bueno, normalmente la gente no suele llevar walkies, pero los que somos un poquito más profesionales sí los llevamos, y esos walkies lo que nos permiten es estar en comunicación en caso de que haya un siniestro o que haya algo, o también si necesitan ponerse en comunicación con nosotros.
Tú me comentaste en otra entrevista que si hay que dejar una escalada para ayudar a otro montañero eso es lo primero.
Lo tengo claro, esa es mi filosofía, así es como yo afronto la montaña, si estoy escalando y hay un señor que tiene un accidente, tengo que ayudar a rescatarlo, y ya está, es más importante la vida de una persona que todo lo demás. De hecho, estos chicos que salvé me están llamando todos los días, esos lazos que tú haces ahí no los vas a hacer en otros sitios, por mucho que quieras. Ellos lo recordarán y me imagino que tienen muy claro lo que pasó en la montaña y cómo lo afrontamos, que alguien se quede contigo cuando estás jodido y que arriesgue su vida por ti.
“Si estoy escalando y hay un señor que tiene un accidente, tengo que ayudar a rescatarlo, y ya está, es más importante la vida de una persona que todo lo demás”
¿Eso es habitual?
Allí en la Patagonia la mayoría de la gente se entrega mucho, hay gente que está súper entregada con este tema del rescate, de ayudar a los demás.
¿Te refieres a los que viven allí, a la gente de allí?
Sí, y eso que no tienen muchos conocimientos sobre cómo hacerlo bien. En las montañas de más de 8.000 metros es otra cosa, ahí nadie ayuda a nadie porque van todos muy jodidos. Hay una línea que se llama la línea de la muerte, que está por encima de los 7.500, a partir de ahí lo que te pase, o te lo salvas tú o no te lo salva nadie porque es muy complicado, ahí el compañerismo desaparece.
Hemos hablado otras veces de que esto tú te lo sufragas. ¿Cómo afrontas esta expedición? ¿Qué ayudas estás teniendo o cómo estás pudiendo salir adelante?
Este año para mí ha sido toda una sorpresa que me esté ayudando la Diputación, la Junta de Comunidad de Castilla de la Mancha y la Federación de Montaña de Castilla de la Mancha. Estos organismos me están ayudando, se están implicando bastante. También creo que es derivado de lo que ocurrió el año pasado, que me dieron la medalla al mérito deportivo de Castilla de la Mancha con mención especial, que eso no se le han dado a casi nadie. Y también me dieron otra medalla en el Ayuntamiento de Madrid por el rescate. Esos dos premios creo que han generado que las administraciones hayan visto que tenemos aquí en Cuenca una persona que está haciendo cosas importantes y está llevando el nombre de la ciudad de Cuenca, por todo el mundo.
Pero estoy un poco triste por el Ayuntamiento de Cuenca, en lo que respecta a lo que yo hago no existe, de verdad, cuando yo voy haciendo publicidad de la ciudad por todo el mundo. Otras corporaciones por lo menos me han llamado, pero esta nada. He hecho reportajes, yo creo, muy interesantes. Por ejemplo, cuando rapelé las Casas Colgadas, y fue a petición del alcalde. Entiendo que el alcalde no esté en estas cosas, pero el concejal de deportes, ¿dónde está el concejal de deportes? No sé quién es, no lo conozco. No hablo de política, hablo de deporte.
¿Después del Cerro Torre qué tienes en mente?
En el mes de julio me voy a Pakistán.
A los 8.000, ¿o qué?
Pues no sé si a los 8.000 o a ver qué pasa por allí, ¿sabes? Porque ahora, en Patagonia lo que va a pasar, espero que pase, es que hay cinco montañas emblemáticas allí, que son las tres Torres del Paine, el Fitz Roy y el Cerro Torre. Yo ya he hecho las Torres del Paine, he hecho el Fitz y me queda el Cerro Torre. Si lo consigo, sería la primera persona del mundo que las haga.
¿Las cinco?
Las cinco cumbres, sí. El primero del mundo, así que ya sería el momento de explorar otros proyectos y otros lugares. Ya he estado en Pakistán en cuatro ocasiones. He estado en las Torres del Trango, he estado en el campo hacia el K2 y en otros lugares de la zona. Lo que quiero decir con todo esto es que ya hay que cambiar un poco de registro.
Pedro, encantado de hablar contigo, que vaya todo muy bien y hablamos a la vuelta.
Muchas gracias.