Épica remontada la del Rebi Cuenca este martes frente al esloveno RK Gorenje Velenje (28-27) que permite al conjunto conquense estrenar su casillero de puntos y seguir vivo en la EHF European League, aunque sea con respiración artificial. El equipo de Lidio Jiménez, mermado por la amplia colección de bajas y asfixiado por el cansancio, consiguió conjurar la fatiga y los fantasmas de los errores para regalar otra noche de gesta a la particular historia del club. «Quítense las caras de derrotados», había espetado a sus compañeros Pablo Simonet en un tiempo muerto que resultó más que eficaz. Vaya si se las quitaron. Del 20-26 a poco menos de quince minutos del final al 28-27 definitivo. Un parcial espectacular cimentado de garra, confianza y aciertos estratégicos. Todo un regalo para los no muy numerosos espectadores de El Sargal, que registró una entrada pobre pero también puso lo suyo para que a falta de dos segundos Pozzer hiciera el gol de la victoria. Fue, por cierto, tras una asistencia de Sergio López, el mejor del equipo español.
Jiménez optó otra vez por el ataque a siete desde el mismo inicio del partido. La apuesta salió bien coyunturalmente porque era más lo que se ganaba por arriba que lo que se perdía en defensa, faceta del juego más gris en esos primeros compases, con un Espinha además poco acertado. Con un 8-5 el balance compensaba y una prudente confianza se adueñaba de la afición conquense.
Pero empezaron los errores de lanzamiento, la descoordinación en los posicionamientos de los relevos ataque-defensa y bajó aún más la intensidad defensiva y los eslovenos dieron la vuelta a la desventaja: 11-12 en el minuto 25 y 13-15 al descanso.
La reanudación no sentó nada bien a los locales, que agudizaron la trayectoria descendente y entraron en un estado próximo al noqueo, con un arrollador Gorenje Velenje que rápidamente colocaba un 14-19 en el los luminosos y obligaba a Lidio a tratar de cauterizar la hermorragia con un temprano tiempo muerto, en torno al minuto 34.
El Cuenca volvió al ataque de siete pero esta vez la fórmula resultó menos eficaz. En el minuto 40 la brecha ya era de seis goles (20-26) y la resignación o desesperación se adueñaba de plantilla y seguidores. Hubo algún conato de acercamiento pero no con suficiente énfasis.
El punto de inflexión llegó con la entrada de David Mach en la portería (46,13% de acierto) cuyos aciertos maridaron con potentes tantos de Tavares, Pozzer y Rudolph… El Sargal se lo empezó a creer. Los errores visitantes con faltas en ataque y decisiones arbitrales como una concatenación de exclusiones de los eslovenos también contibuyeron, es de justicia decirlo. Y a cinco minutos del final se llegó con un 26-27 que exigía frotarse los ojos.
Tras desperdiciar dos ocasiones de empate a la tercera llegó la vencida y el Cuenca ponía tablas a 27. Pronto hubo ocasión de ponerse arriba pero un precipitado Juanjo Fernández erró la ocasión. El fallo no tuvo más trascendencia porque la defensa sí que hizo honor a tal nombre en el tramo final y, con superioridad numérica, el Rebi remató la faena.