El Rebi Cuenca ha sucumbido ante el Frigoríficos Morrazo por 34-31 en el mítico pabellón de O Gatañal de Cangas. El conjunto de Lidio Jiménez desperdició una renta de hasta cuatro goles que mantuvo en varios tramos de la primera parte y, tras una errática segunda mitad en la que prácticamente solamente se salvó Fede Pizarro, entregó un partido que era decisivo para su futuro más inmediato. Tras esta derrota, el conjunto conquense se mantiene en el puesto 13º, pero su ventaja sobre el 14º -que marca la promoción de descenso o play-out y que ocupa precisamente su rival de este domingo- se reduce a tan solamente dos puntos. El colchón cada vez es menos confortable y augura noches de insomnio. Al menos, eso sí, se pudo salvar el golaverage particular con los pontevedreses, ya que en la ida vencieron los conquenses por 33-28.
El equipo de Cuenca sabía lo que se jugaba y empezó bien concentrado y metido en el partido. En un arranque que fue en ambos lados de la pista más de atacantes que de defensores y porteros, los visitantes iban alternando ventajas de uno o dos goles hasta que rozando el minuto 10, y tras una exclusión de Nacho Pizarro y una falta en ataque de Tchitombi Aurelien-Morgan, los locales consiguieron empatar precisamente a eso, a 7.
La igualdad no desvió de sus planes a los castellanos, que mostraron su mejor cara defensiva -con algunas intervenciones de Espinha- y un acierto coral en ataque para retomar y agrandar la brecha que habían venido marcando. Un parcial de 0-4 en casi siete minutos invitaba a pensar un desarrollo muy distinto del partido.
Pero no era fácil, no iba a ser sencillo. Jorge Pérez empezó a parar, los de Cuenca a estar menos finos en ataque y algunas decisiones arbitrales que obligaban a bajar la intensidad se alinearon para acortar a 13-15 la distancia a dos minutos del intermedio. No sirvió de mucho un tiempo de muerto solicitado entonces porque al descanso se llegó incluso con algo menos de renta 14-15 tras un último fallo de Rubén Río.
El empate prácticamente coincidió con el reinicio y, a partir de ahí, se entró en una dinámica de mucha igualdad con tablas o ligeras ventajas que esta vez sí que caían del lado gallego. El Frigorífico Morrazo estaba sabiendo marcar mejor el tempo del partido. La portería visitante no aportaba ni cambiaba, Aurelien-Morgan era expulsado y entre errores técnicos y de otro tipo, el fiel de la balanza se iba inclinando sutilmente hacia el lado local.
Con un 22-20 en el 49, Jiménez pidió otro tiempo para tratar de recomponer. También jugó con varios tipos de defensa para evitar que no se fuera el partido. El objetivo se consiguió solamente parcialmente. Se consiguió empatar a 27 a falta de diez minutos del final. En ello tuvo que ver mucho también un Fede Pizarro que tras un tiempo desaparecido retomó su faceta más valiente y goleador: sumó 12 tanto de 17 en el global.
Pero, con los inspiradísimos Mads Thymann Hansen y Moises Simes del cuadro local echando el resto, el Cuenca no supo contener el factor cancha ni evitar pérdidas o imprecisiones en los momentos decisivos. Fueron detalles, 7 metros, pases equivocados, balones que se fueron… y que acabaron condenando las opciones visitantes. Al Rebi Cuenca le toca ahora sentir al aliento en la nuca de un pujante Cangas emergiendo hacia la permanencia.