Derrota previsible contra el Bidasoa de un exahusto Rebi Cuenca que llegó con opciones a los minutos finales (35-31)

Los conquenses incluso mandaron en el marcador en el primer tramo de la primera parte, pero el cansancio y el desigual rendimiento de la portería decantaron la balanza a favor de los locales

El Rebi Cuenca llegó este martes al pabellón Artaleku de Irún para terminar la primera vuelta de la Liga Asobal en unas circunstancias arquetípicas de lo que ha sido esta parte inicial de la temporada: exhausto por la acumulación de partidos y mermado por la acumulación de bajas. Con esas limitaciones no se antojaba sencillo puntuar en casa de un Bidasoa en estado de gracia, segundo clasificado tras el Barça. Y, efectivamente, no lo pudo conseguir. Se cumplió lo previsto y el equipo vasco se impuso por 35-31 pero al menos los conquenses no se lo pusieron fácil al rival y llegaron con opciones hasta los minutos finales.

De hecho, el dominio de los minutos iniciales fue para los castellanos. Con Fede Pizarro inventándose maravillosos goles, Espinha parando  y Hackbarth eficacísimo desde los 7 metros, los verdes lograron poner una ventaja de 7-10 en el minuto 15. Una brecha de tres goles que se mantendría hasta el 20, con el 11-14 firmado por Arnau.

Pero en la escuadra guipuzcoana Skrzyniarz empezó a parar y los Cavero y Nieto a anotar y, consiguiendo aumentar las revoluciones del partido y elevar la exigencia física, terreno en el que llevaban clara ventaja, darle la vuelta al marcador. 15-14 en el minuto 24 en un parcial que determinó el rumbo del partido.

El Cuenca intentó despertar y lo hizo ya a trompicones. Una exclusión a Pozzer complicó la reacción y se llegaba al descanso con 18-16.

Tras el descanso la tendencia no viró, al contrario. No habían pasado ni cinco minutos de la reanudación y el Bidasoa ya mandaba por 21-17. Lidio Jiménez tuvo que tirar pronto de tiempo muerto y la charla y pausa permitieron a los de Cuenca meterse otra vez en el partido, acercándose hasta el 22-21. Si había que perder que no fuera por haberlo intentado.

Pero Irún supo otra vez redirigir el partido a sus intereses. Conforme avanzaba el cronómetro más se notaba la diferencia de fondo de armario entre ambos equipos y más al aire quedaban las odiosas comparaciones. Buen tiro exterior y excelente portería en los locales, precisamente los talones de Aquiles de los visitantes. Así que no es raro que en el minuto 56 al encuentro se le pusiera tono de sentenciado con un 27-21.

El Rebi tiró de recursos para no ser desahuciado tan pronto y con una defensa 6-0, otrora feliz seña de identidad, consiguió recortar hasta 31-29 en el minuto 26, aprovechando también la bajada de rendimiento en portería. Pozzer y Sergio Mach aprovecharon la oportunidad.

Un poste de Arnau tras una buena asistencia de Sergio López en tan decisivo momento esfumó las últimas opciones y un Bidasoa más seguro logró asegurarse los dos puntos. 

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