Presumía Isabel Díaz Ayuso de que uno de los grandes atractivos de la Comunidad de Madrid es que no puedes encontrarte con tu ex. Está claro que Puente Genil, en tierras de Córdoba, queda lejos de la jurisdicción de la presidenta popular porque el Rebi Cuenca no solo se ha encontrado con sus ex, sino que los ha padecido hasta la extenuación este 11 de noviembre. Han sido dos antiguos integrantes del cuadro conquense, los guardametas Ben Tekaya y Álvaro Hita, los que han cuajado una actuación extraordinaria de 19 paradas en total que ha agostado cualquier opción de victoria para los visitantes, cuyos porteros actuales, para colmo, han tenido un día aciago. Un 30-25 como resultado, inapelable e inapelado a pesar de que en algunos tramos de la primera parte los de Lidio Jiménez fueron mandando en el marcador. A quien alguna vez no le han amargado una tarde o noche de sábado los ex.
Más allá de méritos ajenos y errores propios, la suerte tampoco acompañó al Cuenca desde el primer momento. A las bajas -Teixeira y Rubén Río- o semibajas -Simonet- con las que llegaba se sumó pronto la de Sergi Mach, dejando un boquete en la dirección del juego que se haría notar.
Con el tunecino Tekaya motivado para reivindicarse frente a su exequipo parando desde el primer momento y una suma de exclusiones conquenses, los locales conseguían colocarse con un 5-2 en el minuto 7 que no invitaba al optimismo. Sin ponerse nervioso, el Cuenca logró enmendar y encontrar su camino, que vino principalmente con el acierto de Sergio López y Neves, una ligera mejoría de Espinha y los errores de los cordobeses, a los que les tocó en ese tramo sufrir el excesivo celo de los árbitros. El empate a 7 llegaba cuatro minutos después, inaugurando un tiempo de igualdad en el marcador en la pista.
Las tablas y las ventajas por la mínima se fueron sucediendo, aunque la sensación es que el Cuenca estaba un nivel por encima de su rival. En los últimos diez minutos de la primera mitad hubo incluso algún momento en el que el cuadro castellano se puso dos goles por arriba con oportunidad para ponerse de tres, pero esas ocasiones se desperdiciaron y la reacción local permitió llegar al ecuador del enfrentamiento con 14-13.
En la segunda mitad se agravó la tendencia ascendente del Puente Genil y la descendente del Cuenca, que se reencontró con uno de sus peores fantasmas: los errores no forzados y las pérdidas de balón. Fallos a los que sin duda contribuyó el cansancio de una plantilla mermada y la incapacidad de los porteros -lo mismo dio Espinha que Mach- para retener abajo lo que no se lograba encima.
Sin excesivos méritos más allá de la concentración y la constancia, los locales colocaban un 17-13 ya en minuto 33 y 19-16 en el 38.
Hay varios reproches que se pueden plantear al Cuenca pero entre ellos no está que se dejara llevar. A pesar del escenario poco halagüeño no cejaron y consiguieron ponerse a uno (20-19) con un tanto de Pozzer, de los mejores en la segunda mitad junto a Hackbarth, en el 41.
En ello influyó que Ben Tekaya estuviera menos inspirado que en el primer acto, pero cuando su estrella se fue apagando se encendió la del veterano De Hita, que ya había parado un penalti en la primera mitad. Atajó otros dos siete metros y emergió como el otro gran héroe del partido para los suyos (64% de efectividad), donde también sobresalió en ataque Tincho Jung .con 9 goles y mucha eficacia.
Así iba a ser muy difícil. Y lo fue, con un Cuenca cada vez más desconcertado al que no le salía nada de lo que pensaba ni en la pizarra ni en la pista. Con un 24-20 en el 46 hubo más intentonas que intentos de acercarse con alarde de resistencia elegante.