Arantza Toledo es una de nuestras deportistas de élite más destacadas. A pesar de contar con tan sólo 21 años de edad, esta piragüista del Club Cuenca con Carácter atesora ya un importantísimo palmarés en el que brillan con luz propia la medalla de bronce en la categoría maratón de los mundiales de de 2019 celebrados en China o la victoria en el célebre Descenso del Sella, la prueba piragüística más mediática de cuantas se celebran en España. Tras un año de parón por culpa de la pandemia Arantza ha finalizado 2020 con una buena noticia, la concesión de la Medalla de Plata Regional al Mérito Deportivo y afronta una nueva temporada con ilusión y confianza en repetir o incluso superar los éxitos de años pasados.
– Has recibido recientemente la Medalla de Plata al Mérito Deportivo otorgada por el gobierno de Castilla-La Mancha. ¿Qué es lo que supone para ti este nuevo reconocimiento?
Algo podía intuir porque sabía que estaba nominada para la medalla de oro y al final ha sido la de plata. Para mí es un orgullo, ya conseguí hace dos años la de bronce y haber subido este escalón me enorgullece mucho.
– A la próxima seguro que va la de oro.
Eso espero porque la verdad es que es muy difícil, el año pasado tuve unos resultados muy buenos y aun así no ha bastado para la de oro, pero lo seguiremos intentando.
– El 2019 fue un año muy bueno para ti, con medalla incluida en el campeonato del mundo. ¿Cómo fue ese 2019?
La verdad es que fue un año progresivo, empecé un proyecto a largo plazo con mi compañera Irati para cuando tuviéramos 24 años y fuéramos absolutas buscando una medalla en un mundial pero lo conseguimos en los primeros años de sub-23, así que fue un año impecable en el que disfruté un montón de la piragua.
– Justo lo contrario, me imagino, que el pasado 2020. ¿De qué manera te ha afectado todo el contexto de la pandemia que estamos viviendo desde marzo?
Ha sido un año entero sin competir y la motivación se pierde un poco, vas entrenando, tienes objetivos y de repente te los quitan todos así que ha sido un año de mantenimiento, de seguir entrenando e intentar disfrutar de la piragua. Por suerte he tenido a mi hermana al lado y eso me ha ayudado mucho porque nos hemos apoyado la una a la otra.
“Cuando cumplí ocho años me apunté y desde entonces no he parado, el tiempo máximo que he estado sin entrenar fue durante el confinamiento porque no quedaba otra que quedarse en casa”
– Tú llevas haciendo piragua toda tu vida, cuéntame cómo llegaste al mundo del piragüismo.
Empecé en piragüismo con ocho años por mi hermano y ahora tengo 21. Yo practicaba muchos deportes y mi hermano y mi hermana igual, los tres somos muy deportistas. Mi hermano empezó a hacer piragüismo un verano por probar y le gustó mucho y yo estaba deseando cumplir ocho años porque es la edad a la que se puede empezar a practicar este deporte, así que cuando los cumplí me apunté y desde entonces no he parado, el tiempo máximo que he estado sin entrenar fue durante el confinamiento porque no quedaba otra que quedarse en casa.
– ¿Cómo entrenas, cuál es tu rutina?
Los entrenamientos varían mucho de una época a otra, si estamos preparando un mundial podemos llegar a hacer cuatro o cinco sesiones al día, intentando sacar dos sesiones en el agua, una en el gimnasio y una de correr, son entrenamientos muy intensos y de mucha calidad, sí que es verdad que cuando estamos, como ahora, en pretemporada entrenamos bastante pero no llega ni a la mitad de lo que llega para un mundial.
“La medalla del mundial la conseguí en K-2 absoluto, que una embarcación doble, con mi compañera Irati, que es de Zumaia, en el País Vasco, y en esa prueba hacemos unos 27 kilómetros”
– Cuéntanos en qué disciplinas compites, porque dentro del piragüismo hay distintas pruebas y distancias
Yo desde pequeña he hecho tanto pista como maratón pero cuando llegué a sub-23 me especialicé en maratón, que es lo que hago a día de hoy tanto en absoluto como en sub-23. La medalla del mundial la conseguí en K-2 absoluto, que una embarcación doble, con mi compañera Irati, que es de Zumaia, en el País Vasco, y en esa prueba hacemos unos 27 kilómetros. En la categoría sub-23, que es en la que compito individualmente, hago 24 kilómetros porque es una categoría para más jóvenes. En pista he competido otras veces internacionalmente y sobre todo hacía las distancias más largas, 1.000 metros, porque para 200 y 500 metros hay que tener otro tipo de cuerpo, otra preparación y otra rutina totalmente diferente.
– Me hablas de que las pruebas tienen una longitud de casi 30 kilómetros. ¿Dónde competís? Porque el piragüismo que estamos acostumbrados a ver en la televisión en mundiales o juegos olímpicos es en distancias mucho más cortas.
Nuestra modalidad se puede hacer tanto en un pantano como en un río, lo que pasa es que se hace en otro tipo de circuitos de cuatro kilómetros con un total de siete vueltas y en cada vuelta tienes que hacer un porteo, que es salir de la piragua, cogerla, salir corriendo unos doscientos metros con ella a cuestas, volverla a dejar en el agua y empezar a remar otra vez. Ahí es donde se rompe la carrera, donde está la estrategia. La competición se hace en un circuito con varias vueltas y no hace falta un río súper largo, aunque sí que es verdad que si son largos es más ameno.
– Por lo que me cuentas, aunque no es lo mismo, es casi un biatlón, porque tenéis que combinar el remo con la carrera, porque 200 metros con la canoa a cuestas seis o siete veces es un esfuerzo muy importante y romper el ritmo de paleo.
Sí, es de las partes más duras de la competición porque estás concentrada sobre todo en trabajar el tren superior y de repente tienes que salir de la piragua, ser muy hábil para no caerte y que de repente tus piernas corran, es bastante duro y hay que estar muy preparadas. Entrenamos un montón, Javi Morillas, nuestro entrenador, nos ayuda mcuhísimo, nos prepara súper bien y mejor acompañadas no podemos estar.
“Entrenamos un montón, Javi Morillas, nuestro entrenador, nos ayuda muchísimo, nos prepara súper bien y mejor acompañadas no podemos estar”
– Compites en individual y en K-2, en esta modalidad lo haces con una chica que vive en el País Vasco, muy lejos de aquí. ¿Cómo trabajáis y como os compagináis en pruebas que tienen una duración muy larga?
Las pruebas duran aproximadamente dos horas. Nuestro proyecto porque el seleccionador nacional de maratón vio que éramos las dos sub-23 y que andábamos un montón así que nos propuso probar a hacer un K-2, así sin más, para probar. Probamos sin haber entrenado nada, conseguimos quedar segundas y pensamos que si habíamos obtenido ese resultado sin haber entrenado y en una prueba en la que todo tiene que ir muy coordinado teníamos que seguir entrenando juntos. Ese verano fui yo a Zumaia, luego vino ella a Cuenca, sufragándolo todo nosotras, y desde entonces seguimos juntas. La federación ha hecho alguna concentración en algunos sitios y también hemos podido entrenar juntas, pero las veces que yo voy allí o ella viene aquí lo pagamos nosotras.
– Te quería preguntar precisamente por eso, ¿tienes algún tipo de ayuda a nivel nacional o regional? ¿Cómo te organizas para combinar tu vida normal con la práctica de un deporte que requiere mucha dedicación?
Las ayudas son mínimas y como soy consciente de eso yo compagino el deporte con mis estudios universitarios, estoy en 4º de enfermería y acabo este año, porque además de que me gusta mucho el mundo de la salud soy consciente de que del piragüismo no se puede vivir o al menos por ahora. Intento compaginar como puedo los meses que estoy entrenando para un mundial, que es cuando se hace más duro, pero si te organizas da tiempo a todo y no he tenido problema durante estos cuatro años de carrera.
– ¿Más adelante vas a poder compaginar una vida profesional con determinadas obligaciones con la práctica deportiva de élite?
Esa es mi intención pero es complicado dependiendo de donde tenga trabajo, si me voy a un sitio donde no hay río lo tendré mal. Mi compañero Víctor Pardo ha terminado sus estudios y está ya trabajando en Guadalajara y como allí no hay río no puede entrenar así que temporalmente lo ha dejado de lado y volverá cuando pueda. Depende de muchas cosas, si tienes suerte donde te manden, si tienes río, si no, de ciertos factores que te permitan o no seguir entrenando como hasta ahora.
– Y eso que estamos hablando de un deporte que ha dado a España muchas medallas olímpicas y mundiales desde aquella plata mítica en K-4 en Montreal con Herminio Menéndez o Ramos Misioné y pasando por ilustres como David Cal, Maialen Chourraut o Saúl Craviotto.
Sí, la verdad es que a nivel mundial estamos muy arriba. En maratón Hungría es un país muy fuerte pero España ha subido un montón y en pista somos uno de los países más reconocidos. En el norte de España el piragüismo está mucho reconocido que por aquí, en Cuenca no nos reconocen tanto. Cuando vas al descenso del Sella, por ejemplo, no hay quien no conozca nuestro deporte, hay mucha más afición. Yo diría que el piragüismo más que un deporte minoritario es un deporte poco mediático, porque el número de licencias ha aumentado un montón y somos un país muy fuerte.
– Me has hablado de una prueba como el descenso del Sella que es sin duda conocida por todos. ¿Has competido allí?
Sí, de hecho hace dos años gané la categoría absoluta y hace un año fui segunda, así que conozco bien la prueba. En río soy bastante hábil y es una modalidad que se me da bien, es larga como maratón pero además hay corrientes y la complicación es que hay muchísima gente y hay que ser hábil con la piragua.
“Yo diría que el piragüismo más que un deporte minoritario es un deporte poco mediático, porque el número de licencias ha aumentado un montón y somos un país muy fuerte”
– Aquello es una auténtica fiesta en todo el tramo que va de Arriondas a Ribadesella con muchísimos aficionados. ¿Cómo es esa prueba para una deportista que normalmente compite sin tanta presencia de público?
Sí, es fantástica, a mí se me ponían los pelos de punta, una sensación increíble. Me encantó ese descenso y poder ganar la prueba como yo hice es el sueño de todo piragüista.
– Hablemos de futuro. ¿De manera inmediata cuáles son tus planes y qué tienes en mente?
Ahora estamos a la espera de ver las competiciones que va a haber este año. Yo sigo entrenando, aunque no tan a tope como otros años porque estamos yendo con cautela, pero estoy en manos de mi entrenador, en el que confío ciegamente, y a ver qué pasa, qué competiciones hay, afrontarlas de la mejor manera posible y ver cómo va evolucionando la situación.
– ¿En algún momento te has planteado bajar a las disciplinas olímpicas o tú ya eres una palista de maratón y esa va a ser tu distancia para siempre?
Desde muy pequeña lo que mejor se me ha dado es la maratón porque yo soy más chiquitita y mi complexión física es más de maratón, más resistente. Cambiar a pista es como cambiar a otro deporte, rápida no soy y tendría que aumentar mucha masa muscular, yo soy más resistente y lo que me va bien y con lo que disfruto es con maratón. Quién sabe si dentro de unos años la categoría maratón se hace olímpica, porque eso va cambiando, lo mismo dentro de unos años estoy compitiendo en unas olimpiadas.
– Para terminar, Arantza. ¿Qué le pides al 2021?
Pues le pediría salud, ánimo y esperanza para todo el mundo y para mí que pueda volver a competir y a sentir lo que sentía cuando competía porque lo echo muchísimo de menos.