El tramo de la Cañada Real de Cuenca no solo será un espacio protegido por ley por su valor económico y etnográfico, sino también por su valor ecológico. De hecho, hace cinco años hubo un proyecto del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) llamado “LIFE Cañadas” que ya pretendía recuperar esos valores de las cañadas reales.
Son espacios que circulan entre paisajes de cultivo degradados y en medio tienen mucha vegetación que actúa como un corredor ecológico. Se traduce en una vereda de plantas y refugios para todo tipo de animales, sobre todo, insectos invertebrados.
La convocatoria parte de la ONG ambiental, SEO/BirdLife y la organización Ecoembes, que impulsa el reciclaje de los envases domésticos. El proyecto se llama «LIBERA, unidos contra la basuraleza» y apadrina seis entidades castellanomanchegas, entre las que se encuentra Iberozoa.
Vertidos ilegales de obras
En algunos tramos se da la problemática de que existen muchos vertidos ilegales, no solo de basura, sino de obras de baños y cocinas, en espacios naturales donde se arrojan azulejos y demás objetos de desecho. Hay varias especies animales que usan la Cañada de Cuenca y esa basura acumulada actúa de refugio para ellos, pero “no es lo ideal porque es contaminación”, según ha señalado para Voces de Cuenca el coordinador del proyecto por la parte de Iberozoa, Antonio Martín.
La clave del proyecto es localizar varios puntos de vertidos y sustituirlos por un refugio natural diseñado ad hoc, que consiste en una acumulación estratégica de palos y piedras.
Iberozoa cuenta con la experiencia de haber realizado ya este tipo de proyectos en otras ciudades y ha funcionado bien para reptiles y otros animales, por lo que aquí también buscan de la misma manera sustituir los vertidos por refugios naturales.
Un voluntariado con ciudadanía conquense
Antonio Martín ha celebrado la octava edición de la iniciativa «Apadrinamientos de espacios naturales» y el hecho de que se seleccione un espacio con valor real como el tramo concreto de la Cañada Real conquense. Ha explicado que usarán esta pequeña ayuda económica para realizar diligentemente este proyecto que «es, básicamente, un voluntariado con ciudadanía». Son tres acciones muy sencillas que se traducen en trabajar unos pocos días en el campo: “Tan solo se tardarán tres jornadas en retirar la basura y colocar los refugios”, aclaró.
Todavía está pendiente fijar una fecha concreta y las acciones exactas, ya que “una cosa es tener la memoria, una descripción, y otra lo que se puede hacer con el presupuesto delante”. En todo caso, las actuaciones están previstas a partir de enero, pues la Cañada necesita todavía obtener ciertos permisos de movilización de vehículos. «El proyecto se realizará en un solo mes, ya sea en febrero o en marzo», concluyó.