Una guía reúne 182 testimonios del arte románico en la provincia de Cuenca

Publicada por la Fundación Santa María la Real, se abre con sendos estudios sobre las tierras de Cuenca en los siglos del románico y en las características y singularidades de este arte en la provincia

La Fundación Santa María la Real ha publicado la guía “Cuenca. Todo el románico” de José Arturo Salgado Pantoja. El libro recoge en 235 páginas los 182 testimonios románicos que se conservan en la provincia de Cuenca, ilustrados y documentados.

“Con la colección de guías, queremos acercar, el conocimiento sobre el románico que, en su día, volcamos en la Enciclopedia, a un púbico cada vez más amplio. De ahí, que su tono sea, en este caso, más divulgativo que científico, aunque, por supuesto, sin perder un ápice del rigor que caracteriza a todas nuestras obras”, explica Pedro Luis Huerta, coordinador de publicaciones de la Fundación Santa María la Real.

Para la guía de Cuenca, se ha confiado en la experiencia del historiador José Arturo Salgado Pantoja, quien, en su día, también se ocupó de dar forma a la guía de la provincia de Guadalajara. La de Cuenca recoge un total de 182 testimonios románicos, distribuidos en 128 localidades. “Si bien los espacios de mayor concentración se hallan en los contornos de la capital, el Campichuelo y determinadas áreas de la Alcarria y la Serranía Media”, aclara el autor.

Se trata, principalmente de edificios religiosos como iglesias o ermitas, pero también algunos exponentes de arquitectura civil como castillos, puentes, viviendas, torres o la muralla de la capital. Junto a ellos, núcleos hoy despoblados inéditos hasta la fecha, como los de Albornoz, Belmontejo y Cañada del Manzano, u otros escasamente divulgados como Amasatrigo, Fuente el Pez, Hortizuela, Tomellosa, Uterviejo o la deshabitada Caracena del Valle, donde se conserva una de las cabeceras románicas más interesantes de la provincia, dotada incluso de un arco triunfal apuntado sobre columnas con capiteles.

El libro se abre con sendos estudios introductorios que nos adentran en las tierras de Cuenca en los siglos del románico y en las características y singularidades de este arte en la provincia. Gracias a ellos sabemos que “el románico conquense es tardío en su cronología y humilde en su factura”. De hecho, según explica el autor, “el románico que se distribuye por estas tierras, con muy escasas excepciones, se cimentó cuando las obras de la seo de la capital ya se hallaban muy avanzadas, o quizá concluidas”. Lo que nos lleva a los siglos XII y XIII, “haciéndolo genuino y distinto al de otras zonas”.

Aclara también Salgado Pantoja que, como sucede en otros muchos territorios, “son pocas las iglesias que mantienen su estructura románica casi intacta, y menos todavía las que conservan en su interior vestigios relevantes de su apariencia medieval, dado que la mayoría presentan transformaciones posmedievales destinadas a la ampliación de su capacidad y altura”.