Hay tradiciones…y tradiciones. Unas vienen revestidas de solemnidad y rigor…y otras no. Estas otras tienen entre sus señas de identidad el ‘buen rollo’, la diversión, la camaradería…entre estas últimas se encuentra Jueves Lardero. Un día, unas horas…para pasarlo bien con amigos y familia haga frío, nieve, las nubes amenacen lluvia o venga con temperaturas más elevadas de los normal para esta época de año.
Este año Jueves Lardero ha sido madrugador y ha llegado apenas iniciado el mes de febrero. La previsión meteorológica apuntaba la posibilidad de una lluvia que ha amenazado pero no se ha dejado ver. Así, la jornada ha quedado agradable para pasarla en el campo acompañados del menú tradicional, bocata incluido y zurra, mucha zurra sobre todo por los más jóvenes. Un año más el punto principal de reunión ha sido la falda del Cerro Socorro, entre los depósitos de agua y la calle Francisco Suay. Pasadas las tres de la tarde era habitual ver grupos de jóvenes por el centro de la ciudad encaminados a su tradicionales puntos de encuentro.
La citada zona de Villa Román ha acogido de nuevo a cientos de jóvenes conquenses…y foráneos. Así, un grupo de estudiantes de Erasmus de diferentes nacionalidades (colombianos, mejicanos, turcos…) han podido disfrutar y dejarse sorprender por esta costumbre conquense que precede al Carnaval. También han realizado la ‘excursión’ dos chicas de Valdepeñas y La Solana así como un grupo de Quintanar del Rey dispuesto a vivir emociones nuevas fuera de sus límites municipales.
Un año más, la ciudad de Cuenca ha celebrado Jueves Lardero y va quedan más patente que el campo y el exterior va quedando reservado para los más jóvenes mientras que los conquenses de más edad prefieren celebrarlo en establecimientos hosteleros o en su propia casa con las viandas adecuadas a la celebración.