Sublime tarde de rejones

Diego Ventura y Guillermo Hermoso, sobresalientes en Cuenca

(Foto: Esteban de Dios)

Cavila

Corrida de rejones para la segunda de feria con un casi tres cuartos de entrada en los tendidos.

Abrió plaza un bonito toro con el hierro de Benítez Cubero que fue abanto en el primer tercio al que Rui Fernandes le propinó dos rejones de castigo y desarrolló una faena de menos a más premiada con una oreja.

Salió el segundo al que Diego Ventura recibe con un espectacular caballo de capa alazana y al que paró en una peseta dando casi medias vueltas sobre las piernas. Midió en todo momento el termómetro de la faena, pisó terrenos que sólo las figuras pisan. Tremendo el nivel y locura en los tendidos. Quitó la cabezada para poner el último palo. Estocada en todo lo alto que hizo merecedor de un rabo en toda regla, concedido por el nuevo presidente Don Javier Canales.

Tercero de la tarde al que recibió a puerta gayola, con un rejonazo en todo lo alto. Cambió el tercio y apostó por dejar al de Pallarés crudo para las banderillas. Arreado este joven rejoneador pero con el Don del temple, de la tranquilidad de lo que puede ser una gran figura en honor a su nombre. Espectacular clavó en todo lo alto. Cambió la grupa con el toro cosido a la cola de un gran caballo negro. Pinchazo en todo lo alto y una estocada de frente, dejándose al toro venir y batiendo como si de un rejón de salida se tratase dándole todas las ventajas al toro. Dos orejas de mucho peso que pudieron ser un rabo si no es por el fallo con el rejón de muerte.

Salió el cuarto un toro con trapío que se movió con facilidad y al que el portugués realizó una faena de temple y gusto cortando un apéndice

El quito fue un toro grande y fuerte que se vino a menos y Ventura dio una lección magistral de toreo. Más venido a menos por lo grande que era pero al que el rejoneador de la Puebla del Río realizó una gran faena. Una oreja que sumaban tres y un rabo.

Recibió Guillermo Hermoso de Mendoza al sexto que con un rejón cambió el tercio. Sacó un caballo de nombre extraño para banderillas. Caló rápido en los tendidos el de Pamplona. Pinchazo y rejonazo en todo lo alto. Dos orejas.