La casa de subastas Alcalá, situada en el madrileño barrio de Salamanca, vendió en una sesión celebrada el pasado 21 de diciembre una pintura religiosa del pintor genovés Bartolomé de Matarana, que estuvo activo en Cuenca a finales del siglo XVI. La obra en cuestión se trata de un óleo sobre tabla de 87 centímetros de alto x 67 de ancho que representa el Descendimiento y que fue adjudicado por el precio de salida: 10.000 euros más comisiones e impuestos.
El lote ya había sido incluido en el catálogo de una subasta de este verano otra casa, Segre, con un precio inicial de 15.000 euros, aunque posteriormente fue retirado.
En el catálogo de Alcalá se destaca que la tabla recientemente vendida está relacionada con el retablo de la Trinidad en la Colegiata de San Bartolomé en Belmonte y que está datada en 1595. «nos revela la maestría del pintor. Con una fina ejecución y un colorido vibrante, Matarana nos sitúa el Descendimiento de la Cruz sobre un paisaje. En la parte superior un santo varón y Nicodemo en actitud de descender las escaleras, sosteniendo el cuerpo de Cristo. A los pies de Cristo, María Magdalena y la Santísima Virgen sumida en su dolor, acompañada de una de las Marías. San Juan, sujetando el cuerpo de Cristo», se indica, agradeciendo a Isabel Mateo su ayuda en la catalogación.
El pintor
Fue cuando Matarana fuera contratado en el puerto de Génova por Fernando Carrillo de Mendoza y Villarreal, conde de Priego, comprometiéndose así a servir bien y puntualmente con su arte, en aquellos lugares y en aquellas pinturas que D. Fernando le indicara, por doce escudos de oro al mes. El primer destino, del pintor fue la villa de Priego, señorío de Fernando Carrillo, quien a su regreso de la batalla de Lepanto aspiraba a fundar un convento de frailes franciscanos. En 1577, se documenta que Matarana ya estaba en Cuenca, donde permaneció hasta 1597 realizando trabajos para la catedral conquense y para numerosos pueblos del obispado de Cuenca. Pinta los frescos para la capilla Real de Santa María de la Huerta h. 1580. Posteriormente se traslada a Valencia para llevar a cabo los frescos del Colegio del Patriarca.
Su destreza abarcó diversas formas artísticas, desde retablos hasta frescos, vidriería y ornamentación exclusiva. Pocas son las obras conservadas de este pintor ya que su inmensa mayoría se han perdido, lo que hace de la presente tabla una interesante aportación al catálogo del pintor.