Santos de Cuenca, 2º premio de Pintura Puy du Fou: «Quiero unirme a la tradición artística de la ciudad»

Entrevista a Santos de Cuenca, el joven artista reconocido con el segundo puesto en el Premio Pintura de Puy du Fou.

Sorprendido por saber cómo se ha sabido de él, el conquense David Santos afirma a Voces de Cuenca que es la primera vez que da a conocer sus obras. En realidad, su nombre artístico es Santos de Cuenca, que es cómo quiere que se le conozca, y ha conseguido el segundo premio en el concurso de pintura organizado por el parque temático Puy du Fou en Toledo con «El emperador Carlos V e Isabel de Portugal visitan la Mezquita-Catedral de Córdoba, 1526». Gracias a este reconocimiento, se descubre a un joven artista de 24 años que era un prodigioso estudiante de Historia del Arte y ha decidido dejar atrás el ámbito educativo para dedicarse exclusivamente a la pintura abriendo su propio estudio en la capital conquense. El lápiz ha sido su compañero de vida desde pequeño para dibujar «lo oculto de la vida», aunque actualmente su técnica se basa en el óleo. Ahora, este premio le ha abierto las puertas al mundo al que siempre se ha querido dedicar.

¿De qué trata la pintura con la que has conseguido este segundo premio?

El nombre… corto no es la verdad. El concurso es de pintura histórica, estuve barajando muchos episodios históricos que a mí me interesaban porque nunca se hubieran retratado, nunca se hubieran pintado, a mí me interesaba hacer alguna novedad, no lo típico.
Al final lo que acabo destacando fue un recuerdo que yo tenía de la universidad, de una anécdota que me contaron de Carlos V visitando la mezquita de Córdoba y dije «creo que ésta es la oportunidad perfecta». Porque, al fin y al cabo, es una historia en la que Carlos V se queda asombrado de la belleza de la mezquita que está en plenas obras para convertirse en la catedral renacentista que es ahora, que al final es un mix entre la catedral andalusí y la arquitectura renacentista y se queda fascinado con lo que ve allí.

Yo quería que las personas que vieran mi cuadro realmente empatizaran con ese sentimiento. No solo porque uno reacciona así a día de hoy cuando sigue yendo a la mezquita, sino porque el cuadro expresara esa admiración por las cosas grandes y estéticamente placenteras,
y sobre todo trascendentales para la historia. Porque al final ha construido la cultura andalusí, la cultura renacentista, vamos, el mix de España ha construido nuestra historia y nuestra cultura y eso tiene una riqueza enorme. Entonces pensé que era una idea
muy guay y que si se llevaba bien a cabo podría crear cierta impresión. Luego la gente después del concurso me dijo que efectivamente les había impactado bastante porque era muy distinto, no era una batalla, no era ningún momento épico, era un momento de concentración y tal. Entonces, bueno, trabajé durante dos meses aproximadamente, noche y día, y es un cuadro al óleo, que es mi técnica.

««El emperador Carlos V e Isabel de Portugal visitan la Mezquita-Catedral de Córdoba, 1526», Santos de Cuenca

Con este premio obtienes un reconocimiento económico, ¿no?

Sí, el premio tiene un dotación de 3.000 euros para el segundo. Pero si te soy realmente sincero, lo que a mí me supo haber ganado fue toda la gente que conocí después, se me acercaron muchos que habían ido allí a la gala de entrega a felicitarme, que fue este pasado sábado. Al final, este ha sido mi primer cuadro grande que he presentado, porque realmente yo no he abierto las puertas de mi estudio en Cuenca nunca. Tengo muchos cuadros que nadie ha visto y esta vez ha sido la primera oportunidad de mostrar algo. Lo que te digo, el premio fue conocer gente, pues galeristas, coleccionistas, gente muy interesada en el mundo del arte, que me dieron su feedback y para mí eso vale muchísimo más que 3.000 euros y los 10.000 que son el primero.

¿Has estudiado Bellas Artes o Historia? Por la vinculación de la pintura con el tema

Yo estudié Historia del Arte en Madrid. Me gradué en 2024 y realmente me fue muy bien. Tuve muchas matrículas de honor, porque soy un chico bastante aplicado. Y la universidad, que fue la Complutense, me dijo que si me quería quedar haciendo un máster y doctorado. Pero yo renuncié a todo, que esto le sorprende bastante a la gente, y dejé el mundo académico y Madrid para dedicarme a la pintura 100% y abrí mi estudio en Cuenca.

Nadie sabía que yo pintaba, y nunca enseñé un cuadro mío en ninguna parte. No he estudiado Bellas Artes ni tampoco en ninguna academia ni nada. Ha sido todo por mi cuenta. Aunque estudiar Historia del Arte ayuda bastante, porque al final estudias a los pintores, a todo el mundo de manera super extensa y yo creo que eso es lo que me ha valido. Yo siempre cuento que en la carrera realmente yo lo que hacía era leer y dibujar en clase, nada más, esperando a que se terminara el grado para poder hacer lo que yo quería hacer.

¿Empezaste a dibujar como hobby antes de la carrera entonces?

Yo llevo dibujando toda la vida, desde que tengo recuerdo. Es verdad que a pintar comencé mucho después, a lo mejor con 13 o 14 años, pero en serio y profesionalmente empecé en 2024, pero pintar siempre pintaba y dibujaba, que al final era lo que me hacía librar la mente, lo que realmente me ocupaba todos mis pensamientos y lo que siempre me ha gustado hacer.

¿Por qué decidiste dejar de lado el tema académico cuando te lo ofrecieron?

Porque la sensación que yo tenía después de haber estudiado cuatro años es que la empatía con los artistas era muchísimo más grande que la empatía con los historiadores. Me sigo considerando historiador, al final me he graduado y he aprendido todos los recursos, pero sé que los voy a utilizar de una manera muy distinta a la de mis compañeros, porque yo investigo para poder crear. Yo reflexiono y pienso y al final cuando estoy leyendo libros de otros autores, de otros artistas, me veo como entre amigos, aunque suene con mucha soberbia, como que aprenden la manera que tienen de pensar y sé que no es tan común en clase. Yo no tomaba apuntes escribiendo, yo dibujaba. Lo que veía lo dibujaba. ¿Me ha ido bien académicamente? Sí, pero sabía que yo no me podía quedar de brazos cruzados estudiando toda la vida en un escritorio, en un ordenador, escribiendo artículos. ¿Me gusta? Sí, me gusta leer también. Pero realmente la práctica artística era lo que me estaba llamando a gritos.

He visto en tus redes que dibujas mucho a carboncillo y a lápiz, aunque me has dicho que tu técnica es el óleo. ¿Combinas ambas cosas?

La cuestión es que para hacer un cuadro siempre necesito dibujar antes. Para hacer un óleo, son procesos muy distintos y que son fines en sí mismo, pero por ejemplo, si yo quiero hacer un óleo, siempre voy a hacer un montón de dibujos antes. Estudios, bocetos, siempre es muy necesario. Hay gente que no lo hace, gente que pinta directamente. Yo lo necesito no solo porque lo disfruto, sino porque es una manera de pensar.

Para mí dibujar, ya sea con el lápiz o sea con el carbón, yo soy más de lápiz, es una manera de reflexionar y de estudiar. Es una manera de entender lo que ves. Tengo libretas y libretas llenas de dibujos que no se verán nunca probablemente, pero que a mí me han servido no sólo como formación sino para aprender a vivir de esta manera. Digamos que los cuadros en sí siempre van a ser óleo, pero detrás de los cuadros hay mucho lápiz. A uno de los coleccionistas que conocí aquella noche, el sábado, le confesaba que muchas veces mis cuadros tienen un dibujo subyacente debajo y me da mucha pena pintar por encima porque me da miedo, porque dices» a lo mejor no queda tan guay como podría quedar el dibujo en sí mismo».

Te voy a hacer una pregunta muy típica que se le hace a los artistas, pero ¿cuál es tu mayor inspiración? Al final has estudiado historia y es tu única fuente, o también la vida cotidiana.

La verdad que es una pregunta complicada, pero yo diría que lo que está oculto. O sea, sería como la mezcla de las dos. La realidad cotidiana, para mí, no interesa tanto superficialmente sino los significados y los simbolismos que hay detrás. Y esos simbolismos pueden ser de muchísimas índoles. Puede ser antropológica, puede ser histórica, puede ser religiosa, puede ser de cualquier cosa… No sé, es muy complicada. La realidad es muy complicada y siempre me gusta no quedarme con las apariencias, sino con lo que hay detrás. Si yo estoy en la calle y hago algún apunte, algún boceto, es de algo que a mí me ha llamado la atención porque sé que tiene varios significados, tiene muchas cosas por detrás, no es solo lo que se ve.

Entonces, bueno, la historia a mí me gusta porque al fin y al cabo son realidades que no viví y realidades que tienen muchos significados a lo largo de ella, pues tienen muchas lecturas, cada uno le da una distinta, pero también mi actualidad a mí me interesa en tanto en cuanto uno puede ver un montón de cosas distintas simplemente con mirar a un punto. Entonces, sé que hay muchos pintores, otros artistas que se quedan con la belleza superficial, pero yo encuentro la belleza en las cosas profundas, en lo que hay detrás, en la multiplicidad de significados. Creo que eso es lo que hace a nuestro mundo complejo, bello e impresionantemente.

Santos de Cuenca

Te has venido a vivir a una ciudad cuna de artistas. ¿Quieres seguir ese legado?

Sí, tú lo has dicho totalmente. Yo no miento cuando digo que mi museo preferido es el Museo Abstracto de Cuenca, no solo de cara a lo tradicionalmente cercano, sino de cara al mercado internacional, el arte que se desarrolló en Cuenca, pero no solo digamos en el siglo XX, sino que somos una ciudad Patrimonio de la Humanidad, las simples calles medievales ya son un alegato con una presencia internacional, y yo quiero hacerme continuador de esa belleza. Yo estoy muy orgulloso y, por ejemplo, la noche del sábado, sé que fue una baza muy a mi favor, porque yo intentaba mencionar Cuenca constantemente, a los que allí me preguntaban y la gente siempre reaccionaba como: «Cuenca, la ciudad de Zóbel, el Museo Abstracto, es increíble, es impresionante». Pues yo me quiero unir a esa tradición. Obviamente estamos hablando de maestros, muy maestros, a mí me queda muchísimo tiempo, si Dios quiere, pero sí es obvio, quiero conectar con eso, hay que reivindicarlo y hay que continuar el legado.

¿Cómo te está yendo con tu reciente estudio?

Pues en el estudio trabajo con muchas cosas a la vez. Ahora mismo estoy haciendo bastantes pruebas relacionadas con las tallas de Semana Santa, también porque hay mucha gente que me lo pide, que pinte su paso. Al final, yo lo digo, pero yo no he tenido mucho acceso a modelos en vivo, a personas que puedan venir a mi estudio. Es algo complicado, sobre todo es algo caro, porque a los modelos hay que pagarles, obviamente, por el trabajo que hacen. Entonces, yo desde muy pronto vi que nuestra tradición estética en Cuenca me ofrecía la oportunidad de darme verdaderas obras de arte en volumen, que son las tallas de Semana Santa. Yo las estoy aprovechando ahora mismo para formarme todo lo que pueda. La última serie que estoy haciendo son distintos pasos, pero ya te digo, tengo muchos cuadros a la vez.

Nunca he abierto el estudio, pero a partir de este premio y de conocer a gente van a venir distintas personas a hacer visitas.

¿Aquí en Cuenca tienes algún encargo ya?

Tengo encargo, no puedo adelantarlos, pero no son de Cuenca, son de otras ciudades. La oportunidad del sábado fue conocer gente que no es de aquí, que pertenece a otros círculos, siempre del arte o del coleccionismo, y ya tengo varios encargos, pero no son locales. No te puedo decir más.