«Planeta me contactó por redes sociales porque les encajaba mi perfil y me preguntó si tenía algo escrito»

La conquense Silvia Dela explora "el punto medio" de las relaciones amorosas en su recién publicada novela romántica "El par perfecto".

Su periplo empezó en 2022. Por aquel entonces la conquense Silvia Dela no podía imaginar que con 435 páginas y dos tramas amorosas iba a tener suficientes motivos para presentar su libro a un público tan numeroso casi tres años después. En «El par perfecto», que edita Matchstories, sello editorial del Grupo Planeta, presenta de un modo divertido y romántico la forma de llegar al equilibrio en una relación sana de pareja, uniendo sus dos pasiones: la novela de romance y el golf que siempre ha practicado.

¿Se podría decir que el tema principal del libro es el golf?

Sí y no. Para la trama lo más importante es la historia de amor. Es una comedia romántica y lo que más peso tiene es el romance. Pero sí que es cierto que transcurre en un campo de golf, sobre todo porque una de las protagonistas es golfista profesional y por eso hay mucho golf en el libro.

¿Sería entonces una excusa para contar la historia?

Efectivamente.

¿Por qué has elegido esta pareja? ¿Qué tiene de especial?

Simplemente sabía que quería ambientarla en un campo de golf porque yo misma juego al golf, pero nunca había leído un libro que juntase mis dos pasiones: la novela romántica y el golf. Me decidí a escribirla yo, y los personajes vinieron sobre la marcha. Quería, por supuesto, alguien que jugase al golf, y así llegaron tanto la protagonista femenina que se llama Macarena, como el chico que es el nuevo caddie, quien le lleva los palos. Se llevan un poco mal porque ella siempre dice lo que está bien y lo que está mal. Tienen su tensión y a la vez están obligados a trabajar juntos porque ahora son un equipo. Es un tira y afloja.

Además, hay otros dos personajes protagonistas, son cuatro en total, que son la mejor amiga de ella y el mejor amigo de él. No tienen tanto que ver con el golf porque son empresarios, pero a él sobre todo le gusta jugar y hacer negocios en el campo.

Quizá sea una osadía ponerse a escribir una historia romántica como esta en los tiempos que corren, pero contado así apetece mucho leerla, ¿cierto?

Esa es la idea, que a la gente le llame la atención. Es una novela de pasar un buen rato y hacer reír. Me gusta lo que me dices porque es lo que quiero precisamente, una historia para desconectar un poco de los problemas de la vida.

¿Siempre se te ha dado bien escribir o ha sido una vocación reciente?

No era muy lectora hasta la adolescencia. No es que me gustara mucho escribir, pero sí lo disfrutaba porque participaba en concursos del instituto y he tenido en casa a mi hermana como referente porque siempre ha sabido que quería ser escritora. Imagino que habrá influido, pero no sabía antes de ponerme a escribir si esto iba a salir bien, la verdad, primero si sería capaz de terminar una novela porque no es lo mismo un concurso que una novela entera y tampoco cómo iba a ser el resultado, pero bueno, ¡salió bien la cosa! (Risas).

¿Cómo lo hiciste? ¿Llamaste a la puerta de diferentes editoriales?

No, en este caso fue al revés. Planeta me escribió por redes sociales porque les encajaba en la editorial mi perfil y me preguntó si tenía algo escrito para que se lo mandara y lo valorara. En este caso es bastante importante el movimiento bookstagrammer dentro de la red Instagram, una comunidad de escritores, lectores y editores muy relevante.

Respecto al argumento, ¿quieres transmitir algún valor a través de la relación de pareja?

La idea principal no tiene pretensión de historia de amor. Son los propios personajes los que van creándola y ciertos valores que se pueden aprender. Tanto ella como él, la primera pareja que juega al golf, tienen que darse cuenta de que, aunque su visión del golf es adecuada, no es universal, ambos se tienen que adaptar un poco a la visión del otro que es totalmente opuesta. Encuentran el punto medio para trabajar juntos, para entenderse y los dos dan su brazo a torcer. Ni el golf es tan divertido y maravilloso como lo ve ella, ni tan serio o tan estricto como lo ve él. Tienen la evolución de decir «esto era lo que yo pensaba, pero a lo mejor no llevaba tanta razón». Puede haber otras opciones muy válidas, en este caso respecto al golf, pero se puede extrapolar a cualquier cosa de la vida.

En la otra pareja de empresarios, ella es una mujer muy fuerte y empoderada con la convicción de que sabe lo que quiere y no se va a dejar despistar y, al contrario, él es un ligón de manual que le tira a todo lo que se mueve. Es otro tira y afloja porque para conseguir un trato laboral como empresarios deciden fingir una relación. Eso siempre sale mal, es un cliché muy conocido en el mundo de la romántica, conocido como el «fake date» en inglés, pero el caso es que fingen los dos para conseguir un beneficio laboral. También tienen su viaje, él pasa de ser un hombre al que le gustan todas y prefiere no comprometerse con nadie sino pasar un buen rato y ya está, a convertirse en alguien que está enamorado de ella hasta las trancas. Y, aunque le da pánico, al final se da cuenta de que también puede ser bonito estar con una sola persona y dedicarle a ella todo tu amor. Ella, por otra parte, que quiere heredar la empresa de su padre y ha luchado toda su vida para ello se da cuenta de algo…, pero no puedo hacer más espóiler para no estropear el libro.

Se nota que el golf te ha marcado, ¿competías profesionalmente?

Nunca llegué a categoría profesional como tal porque lleva muchas horas y entrenamiento, pero sí competí a nivel amateur. Una vez te federas como jugador de golf en Castilla-La Mancha puedes jugar torneos, no tienes que ser profesional para jugar. Una vez llegué a competir una final en Almería, pero nada más. Siempre hay categorías, los buenos buenísimos son profesionales y a partir de ahí hay muchas categorías según handicap, un concepto más específico para la agrupación por niveles. Puedo competir a nivel nacional en mi nivel, que no es el profesional.

¿Lo has dejado?

No es que lo haya dejado, ahora estoy jugando menos porque llevo muchas cosas entre manos, con la promoción del libro no me queda tiempo para otra cosa. Pero cuando quiera puedo volver a jugar, aunque llevo tiempo sin hacerlo. En Cuenca está el campo de golf de Villar de Olalla.

Cuando te pones a escribir, ¿te sale todo rodado o te tienes que parar mucho a pensar? Hay autores que se atascan y lo pasan fatal… ¿Cómo ha sido tu proceso?

En este proceso tardé un año, porque empecé en verano del 22 y ese mismo verano me fui de voluntaria a Alemania, viajé y en septiembre hice dos másteres a la vez que no es algo que recomiende a nadie (risas). Me consumió todo el tiempo del mundo porque uno era presencial en Albacete y el otro online, pero fueron demasiadas horas no dedicadas a la escritura, me metí en muchos líos. Al final la novela salió adelante y la terminé en el verano de 2023, justo un año después.

Cuando me siento a escribir delante del ordenador pueden pasar dos cosas: o bien me sale todo fluido porque más o menos tengo en mi cabeza lo que quiero contar y al releer los capítulos anteriores veo lo que viene después claramente, o bien me atasco y no sé por dónde seguir.

¿Desde 2023 a 2025 ha estado latente?

Me escribieron desde Planeta en octubre de 2023 para leer la novela y valorarla, y el «sí» me lo dieron en febrero de 2024, o sea que ha pasado un año desde que me dijeron que se publicaba hasta que finalmente ha salido. Los procesos editoriales son largos, sobre todo pasa al principio con editoriales grandes y cuando eres más desconocido.

¿Estás contenta con el resultado?

Sí, ha quedado muy bien. Estoy muy contenta tanto con el resultado final del libro como tal como con el proceso editorial que ha sido bonito. La cubierta me parece maravillosa, todo ha ido muy rodado y la gente en redes lo está acogiendo con mucho cariño incluso antes de salir. Me he dedicado con bastantes ganas a la promoción en Instagram y está teniendo buena respuesta. Lo he vivido todo con mucha ilusión.