El pintor y ceramista Daniel Zuloaga, uno de los renovadores del arte ceramista en España, realizó una serie de azulejos con motivos conquenses. Una de esas realizaciones, una procesión, ha sido el tema escogido por el historiador del Arte y correspondiente de
la Real Academia de la Historia Abraham Rubio Celada como punto de inicio de la charla –“Una procesión en Cuenca fuente de inspiración para unos murales cerámicos de Daniel Zuloaga”– con la que este martes 12 de marzo cerrarán su programa por este curso los Martes de la Real Academia Conquense de Artes y Letras. Será, como es habitual, a partir de las ocho de la tarde en el salón de actos de la corporación en la última planta del edificio de las Antiguas Escuelas de San Antón, con, también como siempre, entrada libre y
gratuita.
Un ceramista innovador
El hacer ceramista de Daniel Zuloaga –que si bien trabajó principalmente desde sus talleres en Madrid y Segovia vio extenderse su obra no sólo por toda la geografía de nuestra nación sino que su participación en distintas exposiciones universales hizo que piezas suyas puedan encontrase en diferentes país europeos– se caracterizó por la recuperación de antiguas técnicas ceramísticas, como la cuerda seca, la de cuenca o arista y el reflejo metálico, introduciendo los estilos de moda en Europa como el neorrenacentismo y el modernismo. De esa obra forman parte los murales de azulejos que a principios del siglo XX realizó en el taller de San Juan de los Caballeros, que había montado en una iglesia románica desamortizada segoviana donde también tuvo su estudio su sobrino el pintor Ignacio Zuloaga.
Daniel Zuloaga viajó a Cuenca en 1914 para admirar la ciudad, de la que pensó hacer algunos apuntes en color, y tomó una serie de fotografías de sus Casas Colgadas, fotografías conservadas en el Archivo del Museo Zuloaga de Segovia, que le sirvieron como fuente de inspiración para hacer algunos de sus murales. El tema en concreto de “La procesión en Cuenca” tuvo mucho éxito y realizó varios
murales con él así como también hizo al menos otro con una vista de la Hoz del Huécar que estuvo en posesión del escritor Benito Pérez Galdós.
El conferenciante
Doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense, académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce de Segovia, Abraham Rubio Celada, historiador, investigador y ceramólogo y reconocido experto precisamente en la obra de Daniel Zuloaga, es vocal y secretario de la Junta de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid, miembro de la Asociación de Ceramología con sede en el Museo del Azulejo de Onda (Castellón), de la Academia Internacional de Cerámica con sede en Ginebra, presidente de la Asociación para el desarrollo y la cultura del turismo en la conquense Tébar y presidente de la Fundación Marqués de Castrillón.
Actualmente trabaja en el Departamento de Patrimonio del Congreso de los Diputados como conservador de sus colecciones artísticas. Asimismo ha sido comisario de las exposiciones dedicadas a los Zuloaga en el Torreón de Lozoya de Segovia y en el Museo Casa Lis de Salamanca. A más de numerosos artículos y textos en obras colectivas, es autor de libros como “Los Zuloaga: artistas de la cerámica”, “De
la tradición a la modernidad: los Zuloaga ceramistas”, “Don Marcelino Menéndez Pelayo en la Real Academia de la Historia”, “Fernando Chueca Goitia, arquitecto y humanista” o, junto a Francisco Javier López Precioso, “El pavimento cerámico del camarín de la Virgen del Rosario de Hellín” y “La loza esmaltada hellinera: una gran desconocida en la cerámica española”.