La ciudad de Cuenca suma cuatro establecimientos a los Soletes de Barrio que ha creado la Guía Repsol: La Ponderosa, El Bodegón, Mesón María Morena y La Bodeguilla. De este forma, se pretende «buscar la capilaridad, llegar a todos los rincones y poner el foco en lugares que merecen una visita. Esos lugares apetecibles donde tomar algo o comer a un precio asequible «.
En palabras de María Ritter, directora de Guía Repsol, los Soletes de Barrio son «sitios maravillosos con una historia muy humana», capitaneados por gente que está trabajando muchísimo . Además, brindan la posibilidad de descubrir zonas de diferentes de tu ciudad y huir de la «masificación del centro de la ciudad».
“Ya teníamos ganas de localizar Soletes en los barrios más periféricos. Hay vida más allá del centro de las ciudades. Lo saben bien quienes viven ahí, que tienen sus lugares de referencia perfectamente identificados. Guía Repsol, que busca democratizar la gastronomía y detectar lugares interesantes en todos los rincones de España, ha querido poner el foco en los distritos más periféricos, que están atrayendo talento gracias a los jóvenes vecinos que se instalan cada día”, explica Ritter.
Los locales elegidos en la capital conquense son ya una referencia gastronómica y reconocidos por la labor desarrollada, cada uno con sus pfopias especialidades y orientaciones:
- La Ponderosa (C/ San Francisco, n20). Un clásico de la hostelería conquense con la calidad del producto por bandera: boletus, percebes, chuletas de cabrito, quesos,…Éxito asegurado.
- El Bodegón (C/ Cerro San Cristóbal, A41) «Local tradicional donde disfrutar de guisos como el codillo o el rabo de toro, además de platos manchegos como los zarajos a la plancha. Hay sitios que definen el concepto de mesón, y éste es uno».
- Mesón María Morena (C/Larga,31). «Impresionantes vistas en la parte alta de Cuenca con una propuesta basada en la caza, en los asados y el cordero, incluyendo platos manchegos y una correcta carta de vinos».
- La Bodeguilla (Avenida Virgen de las Angustias,2). «Croquetas, calamares a la plancha y platos típicos conquenses como los zarajos y el morteruelo en un bar de toda la vida, frecuentado por el público local sobre todo para el aperitivo».