La Junta de Cofradías de Semana Santa y Manos Unidas han reactivado la décima edición del Rastrillo Nazareno, que se debería haber desarrollado durante los dos primeros fines de semana del mes de marzo y encuadrado como es habitual en la actividad cuaresmal de la capital conquense.
La declaración del Estado de Alarma a causa de la pandemia y, con ella, el cierre del Museo de Semana Santa, tuvieron como consecuencia que el Rastrillo solo abriera el primero de los dos fines de semana previstos, quedando todavía muchos objetos – donados por empresas y hermandades de la ciudad – sin vender.
Una vez finalizado el confinamiento y con el objetivo de continuar recaudando fondos para cooperación, Manos Unidas y la JdC vuelven a poner en marcha el Rastrillo en el Museo de Semana Santa, con el material que quedó en marzo y al que se suma el CD grabado por la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca y presentado esta Cuaresma, cuya recaudación también es para Manos Unidad de Cuenca. El Rastrillo Nazareno se podrá visitar los sábados 4 y 11 de julio, en horario de 11:30 a 14 horas.
Las hermandades de Semana Santa han colaborado entregando diversos productos propios (DVD, libros, cerámicas, CD, etc.), mientras que los comercios e instituciones participan con los propios de los establecimientos de diversa índole (alimentación, joyería, perfumería, infantil, parafarmacia…), aumentando progresivamente su colaboración en número y cantidad.
La recaudación va dirigida a financiar los proyectos que Manos Unidas de desarrollo agrícola, sanitario, educativo, social y de promoción de la mujer, con el objetivo de ayudar al desarrollo integral de las personas en los países del Tercer Mundo; dichos proyectos nacen de las necesidades que siente la población de los países más empobrecidos, y son una herramienta para favorecer el desarrollo de los pueblos, su educación, alimentación, atención sanitaria, etc. En definitiva, contribuyen a la erradicación de la pobreza.
Los donativos de esta décima edición van destinados a un programa de desarrollo integral para niños de la calle y mujeres en el barrio de Laharta (Varanasi, India) que sirve de refugio a miles de trabajadores migrantes dedicados en su mayoría a trabajos ínfimos, que viven en chabolas hechas de sacos, plásticos y hojalata, de una sola habitación de apenas 10 m2.