Miguel Contreras Martínez (56) dirige desde el mes de noviembre el Museo de Cuenca. Es arqueólogo y natural de la localidad conquense de Valeria. Con su llegada al puesto que se ha llevado vacante desde la primavera del año 2019 tras la jubilación de Magdalena Barril, espera ser el revulsivo que el espacio provincial necesita. Situado en un lugar emblemático de la capital, en el interior de sus muros se recogen colecciones que detallan la historia y la evolución del patrimonio de la provincia de Cuenca. Dar una nueva identidad y a acercar la institución a los vecinos de la capital son algunos de los retos que ha asumido Contreras tras su nombramiento al frente de la dirección.
En el mes de noviembre la Junta de Comunidades le nombró como director del Museo de Cuenca y cumple apenas dos meses en el cargo, ¿Qué legado se ha encontrado y cuáles son los puntos fuertes de su nueva hoja de ruta?
En principio me he encontrado un museo bastante poco dotado. Se trata de un museo que tuvo su momento álgido en los años noventa, pero cuenta con unas colecciones impresionantes, que es lo que me llevó a solicitar el cargo, pero durante los últimos años ha tenido un declive. Sobre todo, en lo que se refiere a personal, que es la parte más importante de un museo. Contamos con biblioteca, que además estuvo en web hasta el año 2014, tuvo un departamento de restauración, que la persona que estaba al cargo se jubiló y está cerrado. También tenemos un departamento de fotografía y algunos más, pero al final contamos con poco personal para mucho trabajo. Pese a que parezca que los museos son elementos estáticos cuando las exposiciones no se renuevan, hay mucha gestión. Somos los gestores de todas las colecciones arqueológicas de la provincia y somos los que gestionamos las investigaciones de esas colecciones. A parte de toda las actividades que conlleva de divulgación, para ello contamos con un departamento de difusión, que es un convenio con la Delegación de Educación y Cultura y hemos conseguido poner en marcha un proyecto muy bonito basado en tres pilares: talleres, dar a conocer el patrimonio en los centros educativos de la provincia y el tercero basado en visitas del alumnado a los diferentes yacimientos arqueológicos completadas con una visita al Museo de Cuenca para que completen su conocimiento sobre lo que existe en el territorio.
¿Está infrafinandiado el Museo de Cuenca?, ¿Solicitará a la Junta una mayor solvencia?
Sí, en principio estos museos provinciales no tienen financiación propia, es decir, no cuentan con una partida presupuestaria al año dedicada al museo. Hemos solicitado, y creo que lo hice incluso antes de que me nombraran como director, un aumento de personal e intentar ampliar la dotación y los recursos del museo, que son fundamentales. Nosotros planteamos una serie de necesidades, hay veces que se cubren y otras no. Este museo además se encuentra ya desde hace tiempo en un proceso de ampliación y estamos en esa línea, pera ello necesitamos recursos porque contamos con unas colecciones envidiables.
El Consorcio anunció que destinará unos 500.000 euros a la rehabilitación y ampliación de las instalaciones, ¿Qué novedades hay, en qué consistirán?
Hasta ahora mismo lo que hay es una licitación de la redacción del anteproyecto y la dirección de obra. En realidad, todavía no hay ninguna novedad sobre la rehabilitación y ampliación de las instalaciones del museo, las tres administraciones lo que nos transmiten es que hay intención de desbloquear la situación y a partir las administraciones implicadas intente poner solución a la ampliación. No hay plazos todavía, de hecho, la licitación está recurrida, hay un proceso administrativo que estamos esperando a que se resuelva lo antes posible, pero será a largo plazo. La idea es ampliar físicamente el museo, actualmente ocupa una tercera parte de la manzana y lo que se quiere es ampliar toda la manzana, es decir ocupar el antiguo Museo Municipal y el edificio colindante. Y a partir de ahí establecer una nueva museografía, una nueva museología y unos nuevos recorridos.
La ciudad de Cuenca destaca por su amplia oferta de museos, ¿Cómo va la afluencia de visitas en este museo?
Tenemos muy poca visita para la ubicación que tiene. Últimamente nos hemos visto eclipsados por el Museo Paleontológico o el Museo de las Ciencias, que basan su oferta museográfica en la didáctica, en que los visitantes hagan actividades. Aquí no tenemos esa posibilidad de momento, pero estamos trabajando en ello. Necesitamos personal y darle una vuelta a todo esto. Eso hace que las visitas no sean tan frecuentes como otras. Sí es cierto que tenemos mucha actividad de escolares a través del convenio que tenemos con Educación. Todo el mundo cuando lo redescubre se da cuenta de que tienen muchas posibilidades y una colección que no todos los museos pueden decir que tienen. Pero hay que darle una nueva identidad al museo para que el público se sienta orgulloso de su patrimonio y de contar con unos de los conjuntos más interesantes del interior peninsular.
¿Cuál es el perfil de los visitantes al museo?
Generalmente son turistas y de un conocimiento medio que busca una oferta cultural diferente. No vienen solamente a ver lo que es, vienen a conocer el patrimonio. Hay otra gente que viene de los yacimientos después de haber conocido Noheda o Segóbriga y quiere conocer qué tenemos aquí. Por lo general son de una edad próxima a los cuarenta años.
¿Los conquenses suelen visitarlo?
Yo echo de menos en el museo la visita de la ciudadanía conquense y sobre todo de familias con hijos. Es el reto, creo que si la gente de la ciudad no se siente orgullosa de su patrimonio, será muy difícil vendérselo a la gente de fuera. Resulta raro que una Ciudad Patrimonio de la Humanidad, el museo que se dedica al patrimonio no esté entre los más visitados. Los museos a día de hoy ya no son templos de piezas, si no que tienen que ser focos de identidad. Para que la gente se sienta orgullosa de lo que tiene y que conozcan lo que tienen. Cuando hablo con la gente de aquí hay gente que recuerda haber conocido el museo, pero hay otra que ni ha venido. El ejemplo más claro es que aún le siguen llamando ‘Arqueológico’, cuando no solo es un museo arqueológico, es un museo provincial que también cuenta con una colección impresionante de Bellas Artes, a quienes le damos mucho juego en la sala de exposiciones situada en Princesa Zaida. La sala está dedicada a los Bellas Artes. Es verdad que en el museo no contamos con suficiente espacio y lo que tenemos expuesto es arqueología. Pero el museo es de Bellas Artes y Etnografía. En esa parte quizá sea la que más comunica con la comunidad directamente y no tanto con los visitantes, que por lo general quieren ver piezas espectaculares. La arqueología de Cuenca, de la protohistoria sobre todo, fue pionera en la investigación arqueológica e histórica del centro de la península y todavía lo seguimos viviendo. Por eso hay que cambiar un poco el mensaje y yo vengo con muchas ganas e ilusión porque conozco muy bien el patrimonio. Soy de Valeria y me formé aquí y me parece que hay que darle a Cuenca lo que se merece.
Hablemos un poco de actualidad, ¿Le preocupa que ataquen el arte bajo consignas activistas?
Me preocupa utilicen el arte para dar voz a las reivindicaciones porque al final lo que se intenta es secuestrar algo que es patrimonio de todos. Es lo que intenta hacer los activistas, lo que ocurre es que la ciudadanía no tiene tan claro esa manera de proceder. Pero me preocupa porque al final se está poniendo el foco en utilizar o degradar el patrimonio para un fin que no es. Se puede utilizar otros recursos sin afectar al patrimonio, porque cualquier afección que se le haga al patrimonio se puede ver como una pérdida. Incluso pegarse al marco. Los marcos tienen su historia también y son parte de la obra. Yo no comparto ese punto de vista y me preocupa que se extienda. Hasta ahora no hemos tenido ningún proceso de estas características y no veo que aquí el activismo intente reclamar a través del arte. Cuenca tiene muy arraigado todo el movimiento cultural que tiene.
En el mes de octubre se descubrieron unas pinturas rupestres en Minglanilla, ¿Serán expuestas en el Museo de Cuenca?
Actualmente se encuentran en un proceso de investigación que se inició tras su excavación. Se están estudiando e investigando por la Universidad de Castilla-La Mancha y forma parte de un proceso que lleva su tiempo. Cuando los investigadores acaben con el correspondiente análisis el objetivo es exponerlo porque son piezas únicas. Nos han dicho que no tardarán mucho y la idea es que cuando vengan aquí estén debidamente protegidas y conservadas para que pueda ser expuestas al público lo antes posible.
¿Cree que hay una asignatura pendiente en los museos locales para atraer al público más joven?
Claro, por eso la didáctica es fundamental. Además, es un acierto porque está dirigida al público académico. Los jóvenes son los que tienen que tomar el relevo y tienen que hacer suyo el patrimonio. Jóvenes desde el colegio, desde primaria, porque es la base para que comprendan el patrimonio y a respetarlo.
Antes ha estado en el Museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid, allí ha trabajado con muchas colecciones.
Entré en 2002 en el Museo Arqueológico y Paleontológico regional para coordinar científica y técnicamente la exposición permanente. La exposición se inauguró en 2003. Un año más tarde me quedé encargado de colecciones, pero también he coordinado publicaciones, he comisariado alguna exposición temporal en estos veinte años y creo que es la base. Los procesos no cambian mucho, son la misma forma de trabajar. Hay que darles solución a los almacenes, a los préstamos temporales, atender a las instituciones, la tarea de conservación… los recursos no son iguales pero la tarea básicamente es la misma.
Porqué al ser humano le fascina tanto conocer tanto sus orígenes.
No sabría decirte a qué se debe exactamente. Quizá es por dirigirse a lo desconocido, a la creatividad, a pensar en cómo vivíamos y cómo hemos evolucionado. Poco a poco nos hemos ido adaptando al medio y es un juego muy atractivo. Nos hace ver cómo somos ante diversas situaciones, al ser humano le gusta conocerse a sí mismo, es un rasgo de la propia humanidad. Tener conciencia de ti mismo, de saber cómo has llegado y tomar conciencia del grupo. Cómo hemos sido capaces de formar grupos para cazar, cómo hemos sido capaces de formar comunidades para pintar cuevas, crear abrigos… es el gusto por lo desconocido. Hay muchos datos que todavía se nos escapan.
¿Cuál es la pieza del museo que más le llama la atención?
Personalmente es imposible elegir una. Hay muchas piezas que para mí tienen un significado especial porque las he excavado yo en Segóbriga y por lo tanto tienen un valor sentimental para mí. De todas formas, creo que las colecciones de protohistoria de este museo son muy interesantes. A mí es la parte que más me fascina, la parte prerromana. Pero cualquier etapa de la historia es buena. Tenemos mucho de todo: alto medieval, hipanovisigodo, pinturas de arte esquemático, de arte levantino… hablar de una pieza es imposible.
Usted es arqueólogo, ¿Cree que los yacimientos arqueológicos que hay repartidos por la provincia nos ofrecerá alguna novedad en 2023?
Siempre. Hace tiempo que fui dejando la arqueología de campo pero no hace mucho tiempo estuve en una conferencia sobre la necrópolis de Segóbriga, que están excavando ahora, y son conjuntos maravillosos. Siembre aportan algo novedoso. En los yacimientos que tenemos consagrados en la provincia, lo que está descubierto sólo es el diez por ciento de lo que hay. La Arqueología es una ciencia que necesita mucho tiempo para obtener información.
¿Se marca un objetivo de visitas para el museo de aquí a unos años?
Me gustaría, pero no tenemos medios. Quiero hacer identidad del museo. Me voy a volcar fundamentalmente en la comunidad a través de actividades. Me gustaría darle una relevancia en plataformas sociales porque es una manera de visibilizar nuestra labor.