Excelente Haydn en Sábado Santo

La Orquesta Barroca de Sevilla y el Coro de la Comunidad de Madrid consiguieron una versión impactante, brillante y con una diversidad de colores enriquecedora

Manuel Millán de las Heras

Tras el concierto de la mañana de Viernes Santo, la tarde del Sábado Santo nos deparó el segundo integral del gran compositor austriaco Franz Joseph Haydn (1732-1809). La obra seleccionada fue el oratorio La Creación, una obra de madurez de un artista que triunfó en vida, tuvo reconocimiento internacional, dinero y gloria. El origen de la composición fue su viaje a Londres, en donde pudo comprobar en varios conciertos la grandiosidad y maestría de los oratorios de Haendel, como El Mesías o Israel en Egipto. De regreso a Viena –ya fallecido su admirado y querido Wolfgang Amadeus Mozart— su figura creció hasta la veneración.

La Creación había sido interpretada en las SMR en seis ocasiones: 1973, 1980, 1983, 1988, 1995 y 2003 (datos tomados del libro de Marco Antonio de la Ossa “La Semana de Música Religiosa de Cuenca 1962-2021: análisis, claves y contexto”). Veintiún años después ha regresado una partitura de absoluta madurez y de dominio total de las técnicas compositivas. Una página magistral del final del llamado periodo clásico.

En esta ocasión han regresado dos de las agrupaciones más habituales en las SMR: La Orquesta Barroca de Sevilla y el Coro de la Comunidad de Madrid. Los andaluces son, hoy por hoy, la principal orquesta española de gran tamaño especializada en interpretación historicista con instrumentos originales. Los madrileños son un coro sin fisuras, para grandes producciones, profesional, de gran potencia y plasticidad.

Una de las cosas que más me ha gustado de esta producción es el peculiar y descarnado color conseguido por la orquesta. La cada vez más profusa utilización de estos instrumentos consigue que cada versión suene diferente y en este caso, el poder de la partitura se consiguió no desde un sonido especialmente redondo, sino incisivo y casi violento. Eso no impidió un empaste perfecto con la formación vocal dirigida por Josep Vila. Consiguieron una versión impactante, brillante y con una diversidad de colores enriquecedora.

Muy bien estuvieron los tres solistas vocales, Arantza Ezenarro, Jorge Navarro y José Antonio López, en una producción solvente y encomiable. El trabajo del director Andreas Spering tuvo el merecido reconocimiento del público.