“Estamos muy contentos con el cartel que hemos completado, pero necesitamos que el público responda”

Entrevista del domingo con Marco Antonio de la Ossa, organizador de Estival Cuenca

Falta poco más de un mes para que comience una nueva edición de Estival. Un mes, el plazo de tiempo en el que Marco Antonio de la Ossa, su fundador y organizador, le entran los sudores fríos preguntándose si el festival será o no un éxito. En sus propias palabras, ese es el momento en el que la ansiedad le invade, pero la realidad es que Estival alcanza este año su decimotercera edición con buena salud y una propuesta original y de calidad, una auténtica barbaridad para una iniciativa de este calado en nuestra ciudad. Echamos la vista atrás y conversamos con Marco sobre la historia del festival y, por supuesto, sobre la edición de este año, en la que de la Ossa ha dado una nueva vuelta de tuerca para ver si Estival Cuenca puede mirar al futuro con mayores aspiraciones que hasta ahora.

La de 2024 va a ser la decimotercera edición de Estival y me gustaría empezar la entrevista echando la vista atrás. ¿Qué recuerdos tienes de aquella primera edición del festival y cómo se te ocurrió organizarlo?
Yo hice un máster de gestión cultural en la Universidad de Alcalá de Henares y mi proyecto fin de master fue un proyecto de festival en Cuenca que aprovechara los espacios espectaculares que tiene la ciudad, buscando estilos que no fueran los habituales e intentando involucrar a cuantos más agentes conquenses mejor. Ahí comenzamos y ahí seguimos en 2024. Hemos crecido de manera exponencial, haciendo caso de lo que nos ha ido marcando el público y siguiendo con el gusto que nosotros tenemos pero adecuándolo también a lo que nos dicen los espectadores.

O sea, que te planteaste la idea de organizar un festival incluso antes de saber que podías organizarlo.
Sí, la idea era esa, un proyecto para un máster que luego decidí abordar y hacerlo realidad.

¿Y cuando ves cómo es ahora mismo Estival es el festival que imaginabas en ese momento o ha cambiado mucho con respecto a la idea primigenia?
Es hasta mayor de lo que me podía imaginar en un primer momento. Ha ido creciendo, adaptándose a la realidad de Cuenca, porque al principio pensábamos más en jazz, pero en Cuenca cuesta muchísimo programar ese estilo. Está también el flamenco, que lo hemos ido subrayando, y luego atrayendo otras propuestas de otros estilos que hemos ido introduciendo. Pero en líneas generales este es el festival que yo tenía en la cabeza desde el principio.

¿Lo que se programa en el festival responde a tus gustos musicales?
En parte son mis gustos musicales y en otra parte no tanto, pero sí que hay un nicho de público que responde a determinadas propuestas y esa experiencia nos sirve para cerrar la programación de cada año. Jugamos con todo, mis gustos personales y lo que puede funcionar bien.

¿Ha habido algún momento a lo largo de estos trece años en los que hayas dicho hasta aquí hemos llegado, se acaba Estival y cierro?
Unas cuantas veces, incluso este año. Cuando queda un mes o así para el festival son momentos de bastante inquietud, porque nuestro patrocinador principal es el público que viene y paga su entrada, que para nosotros es importantísimo y al que respetamos muchísimo. Eso nos hace tener momentos de mucha ansiedad porque cada año tenemos que ver cómo responde el público para que Estival pueda sobrevivir.

“Jugamos con todo, mis gustos personales y lo que puede funcionar bien”

Porque económicamente vais siempre justos.
Completamente. Cuando hablamos del presupuesto, que este año está en torno a los 120.000 euros, no contamos con ello. Partimos de una pequeña base a la que se suman las aportaciones de las instituciones públicas y privadas que nos apoyan, pero la gente tiene que venir, si no palmamos dinero como cualquier empresario. Además, muchas veces tenemos que adelantar el dinero porque muchos músicos cobran antes de subir al escenario y las instituciones pagan bastante después, hay que justificar que se ha pagado todo y esperar en ocasiones un año o más para cobrar esas aportaciones. 

Vamos, que esto no es sólo programar actuaciones sino que hay que hacer ingeniería financiera.
Sí, sí, este año además hemos dado un salto adelante a ver si podemos ir más allá o plantarnos donde estamos o más abajo. Queremos ver si responde la gente y si podemos ser un poco más ambiciosos para las ediciones venideras. Estamos muy contentos con el cartel que hemos completado, pero sin público que lo apoye es tontería.

Me hablas de unos 120.000 euros de presupuesto de un festival que tiene más de una veintena de actuaciones, cuando en el contexto actual, en el que los artistas viven casi en exclusiva de las actuaciones, los cachés han subido mucho.
Sí, nosotros negociamos con los artistas explicándoles cómo es el festival, cuál es nuestra propuesta e intentamos rebajar al máximo sus cachés, pero al final hay artistas que no bajan de unas cantidades y hay que amoldarse a ellas.

¿Después de trece años sigues con la misma ilusión del primero?
Mi pareja y mi madre están con la ilusión de que me canse algún año, porque Estival lleva mucho trabajo y mucha incertidumbre, pero yo sigo con mucha ilusión de que salga todo bien y que los conciertos sean fantásticos.

Porque tú no vives de esto.
No, no, de ninguna manera. Yo vivo de mis clases y de mis investigaciones, que no se piense nadie que yo gano dinero con esto porque no es así, más bien pierdo.

Y sobre todo el tiempo que le dedicas.
Sí, mucho, pero eso se asume sin ningún problema.

¿Cuándo empiezas a preparar cada edición?
Cuando acaba la anterior hacemos balance económico y vemos por dónde podemos ir. También nos van llegando algunas propuestas de algunos grupos a los que no puedes decirles que no.

¿Se contrata a los artistas con mucha antelación?
Sí, generalmente sí, nosotros contactamos con bastante tiempo porque al final todos jugamos por los mismos sitios y o cierras a los artistas pronto o se van con quien pague más, lógicamente.

¿El esqueleto del cartel cuando lo tienes cerrado?
Más o menos en noviembre, siempre falta alguna pincelada, pero más o menos por ahí.

Para cerrar esta parte de la entrevista en la que nos hemos acordado del bagaje del festival hasta ahora quiero que me elijas los que para ti han sido los tres mejores conciertos de la historia de Estival.
Qué difícil, qué difícil. Rocío Márquez me ha encantado siempre que ha venido. Mª José Llergo cuando vino en 2021 me encantó también y el tercero sería el que dio Alfredo Rodríguez, el pianista cubano que viene este año también. Pero es muy complicado porque me estoy dejando conciertos magníficos. Y una mención especial a Zas Candil Folk, que son unos todoterreno.

Vamos a hablar de la edición de este año. Como siempre, un festival muy ecléctico. Ya sabes que a mí me falta la etiqueta del Estival Pop, pero bueno, hay urbano y mestizo, hay fusión, hay flamenco, hay jazz, hay canción de autor… Hay hasta un ganador del Festival de Eurovisión. Hay un poco de todo porque imagino que organizar un festival tan largo como este centrándote en un solo estilo musical sería muy complicado.
Sería muy complejo porque el público de Cuenca es el que es, somos pocos habitantes y hay otras propuestas que atraen a mucho público. Hay que estudiar muy bien la programación y con un único estilo sería imposible atraer a la cantidad de público que atraemos. En cuanto al pop, las opciones que hemos tenido no han funcionado, por una cosa u otra. Además, siempre que hemos programado algo de este estilo nos han llovido, es una curiosidad pero es así. Así que este año lo vamos a dejar descansar y el año que viene veremos. A mí me gusta, pero por lo que sea siempre nos pasa algo.

“Hay que estudiar muy bien la programación y con un único estilo sería imposible atraer a la cantidad de público que atraemos”

El festival es del 30 de junio al 6 de julio.
Bueno el día 29 tenemos un concierto gratuito en el entorno de la Plaza Mayor, concretamente en Plazería, donde vamos a tener dos grupos de Cuenca y unos dj’s en otro punto para todo el público de Cuenca y para que los asistentes a una concentración motera muy potente que va a haber esos días en la ciudad puedan disfrutar. Acabando a las once, eso sí, porque el Ayuntamiento nos ha puesto esa hora como tope y no hay ningún problema.

Vamos a ir desgranando el programa por orden cronológico. Comienza el abono el día 30 de junio con lo que llamáis Estival Clásico.  
Afortunadamente el Cabildo de la Catedral nos aprobó poder hacer conciertos de música clásica en el Patio de la Limosna y en esta caso traemos a una chica navarra, Isabel Villanueva, que toca una viola de 1680 y es una violista fantástica que va a tocar acompañada de un pianista francés con una propuesta muy diversa. Un concierto muy tranquilo al atardecer en un espacio absolutamente maravilloso.

El lunes 1 de julio le toca el turno al jazz, que es un estilo que siempre está presente en el festival, aunque sea complicado.
Sí, al público de Cuenca le cuesta mucho acudir al jazz. Viene Alfredo Rodríguez, un músico cubano producido nada menos que por Quincy Jones, que es buenísimo, y un grupo de Cuenca que debuta, el UCLM Combo Jazz. Alfredo ya vino hace unos años al festival y el concierto, que lo grabó CMMedia, es uno de los mejores que hemos tenido.

Martes 2 de julio Estival Canción de Autor. 
En este caso proponemos primero a Laura Moreno, que es una cantautora de 23 años de San Clemente que es la cuarta edición que está con nosotros y que está progresando mucho, y luego nos hemos ido a Galicia con Andrés Suárez, que es un cantautor muy conocido en estos momentos y que esperamos que tenga una muy buena respuesta del público.

El miércoles 3 de julio uno de los platos fuertes del festival, con un nombre muy conocido que recientemente ha estado también en la feria del libro, Rayden, y en el mismo cartel Pavana Dingo, que repite presencia el festival tras su éxito del pasado año.
El año pasado el concierto de Pavana fue uno de los más valorados del festival y nos encanta que repita. Y luego está Rayden, era su gira de despedida, nos escribieron de su agencia porque quería actuar en Cuenca y nosotros encantados de que parara en el festival. Para este concierto vamos a poner poquitas sillas para que haya más espacio para bailar porque el público lo pide también.

El día 4, jueves, María José Llergo, que cuando vino aquí por primera vez no era muy conocida pero que ha dado un salto enorme desde entonces.
Una propuesta muy potente escénicamente hablando. Antes los Zas Candil Folk, que son fijos en el festival y que tienen una propuesta muy buena que nos encanta. María José ha tenido una progresión enorme e inauguramos este año el premio José Luis Perales a las artistas jóvenes. De todos los conciertos espero mucho, pero de este especialmente porque las necesidades técnicas que nos ha pedido Mª José Llergo son muy potentes y eso es un indicio de que la propuesta es espectacular.

El segundo fin de semana del festival comienza el viernes 5 con más flamenco, que siempre ha tenido mucha presencia en el festival y con buena respuesta del público.
Sí, la verdad es que tenemos buena fortuna en ese sentido. Fuimos impulsores del flamenco por aquí, que antes no se programaba mucho. Este año tenemos al toledano Israel Fernández, que ha sacado un disco tremendo y queríamos que regresara al festival. Le acompaña en el cartel del día un grupo de Cuenca, Pasión flamenca, que debuta en Estival y que siempre está bien contar con grupos conquenses que están haciendo cosas interesantes.

“De todos los conciertos espero mucho, pero de este especialmente porque las necesidades técnicas que nos ha pedido Mª José Llergo son muy potentes y eso es un indicio de que la propuesta es espectacular”

El fin de fiesta, sábado 6 de julio, llega con lo que habéis llamado Estival Internacional, con Salvador Sobral, un tipo curioso que ha ganado el Festival de Eurovisión pero que ha tenido la suficiente personalidad para seguir cultivando estilos no demasiado mayoritarios pero que son en los que se siente cómodo.
Es una propuesta que casa mucho con lo que es Estival, también la personalidad de Salvador casa muy bien con la del festival y era la idea de dar un salto y traer a un artista con más nombre y más conocido internacionalmente.

¿Ha sido difícil contratarlo?
Ha costado un poquito, pero somos insistentes, vendemos muy bien la ciudad y para nosotros es como si vinieran a nuestra casa, intentamos tratar a los artistas lo mejor posible para que se sientan muy a gusto desde que llegan a Cuenca y disfruten con la ciudad.

Me imagino que fliparán con la ciudad y con el escenario donde actúan, con la Hoz del Huécar de fondo.
Sí, cuesta hacerles ver que el escenario es así porque muchos quieren poner pantallas, luces, etc…, pero el escenario es como es y no se puede poner vela porque el fondo es el que es y no puede ser más bello. Con los técnicos también cuesta, pero cuando vienen aquí y lo ven dicen que teníamos razón, caen rendidos ante la evidencia y juegan con el escenario y con la sonoridad de la Hoz a la hora de tocar. Intentaremos que las Casas Colgadas se iluminen con colores de algún país para que se sientan especialmente a gusto y que todo el mundo disfrute.

Hay bastantes artistas que ya han estado antes en Estival, lo que es un dato a vuestro favor porque es una evidencia de que a los artistas les gusta actuar aquí.
Esa es la idea, fidelizar a los artistas, que aunque vayan creciendo suelen adaptar su caché para actuar en Estival. También estamos muy atentos a los nuevos artistas del panorama para traerlos antes de que su caché lo haga imposible.

¿Hay muchos artistas con los que contactáis y que finalmente tenéis que renunciar a que vengan por un tema económico o de otro tipo?
La economía pesa mucho. Hay oficinas de artistas que te marcan un mínimo y de ahí no bajan, eso nos obligaría a poner las entradas a unos precios muy altos con lo que supone de riesgo de que el público no venga. Hay que saber hasta dónde podemos llegar, porque si no perderíamos mucho dinero. También sube muchísimo el equipo técnico, que un día fuerte se te puede ir a cerca de 4.000 euros. Súmale los seguros y otros gastos y que nuestros ingresos son exclusivamente las entradas y los patrocinios.

Los abonos están ya a la venta. Dile a la gente por qué tiene que comprar su abono de Estival.
Pues porque, aunque no conozcan a algunos artistas, simplemente disfrutar de esta programación en un espacio tan increíble como la Hoz del Huécar, con los pinchos del Parador y una cerveza fresquita, ya merece la pena. Y luego este es un festival muy cómodo, muy tranquilo, donde el público está muy a gusto. 

Para terminar, ¿tienes algún artista ya cerrado para la edición de 2025?
No, pero le doy el tostón todos los años al manager de Jorge Drexler para que venga y Silvia Pérez Costa nos da calabazas también todos los años. Alguno los conseguiré.