Emilio Ferrer Caja es un conquense que lleva 25 años afincado en Estados Unidos. Casado con una norteamericana es padre de dos hijas que han nacido en aquel país. Tras vivir en los estados de Oregón y Virginia ha fijado su residencia en Davis, donde es Catedrático de Psicología Cuantitativa en el campus de esa ciudad de la Universidad de California, ejerciendo como docente e investigador. A pesar de que los residentes en USA no pueden todavía entrar libremente en nuestro país Emilio ha podido regresar a Cuenca durante unos días por motivos familiares y ha concedido una entrevista a Voces de Cuenca para relatarnos su experiencia durante estos meses de pandemia en Estados Unidos, un país donde los datos de contagios y fallecidos son cada vez más preocupantes, y cómo ha visto su evolución en España desde la distancia.
– ¿Cuéntame cómo habéis vivido allí la pandemia?
Allí se ha vivido de distinta forma según el lugar, por ejemplo en la zona de Nueva York ha afectado mucho, y también en algunas zonas de Nueva Inglaterra, porque llegaron varios focos y porque además es una zona de población más concentrada y hay más movimiento. Donde yo vivo mucho menos, en las zonas rurales se ha hecho sentir menos. Yo vivo más o menos a una hora al nordeste de San Francisco, donde hay más concentración de gente y hubo también problemas aunque no como en Nueva York, y es un sitio muy pequeñito donde no ha habido apenas casos. Lo que ocurre es que el confinamiento allí ha sido hecho de manera muy leve y en términos muy ambiguos, por ejemplo yo he seguido lo que ha ocurrido en España, con un confinamiento muy estricto con criterios muy claros, y no ha tenido nada que ver, allí se ha podido salir a la calle y lo dejaban un poco a tu criterio, así que no ha habido un confinamiento como aquí, se ha parado un poco pero en realidad la gente ha hecho más o menos cada uno lo que quería. La gente que ha tenido conciencia se lo ha tomado más en serio y otros menos. Además se ha politizado mucho todo este asunto, todo promulgado y apoyado por Trump, que en primer lugar dijo que esto era algo que se habían inventado los demócratas, luego dijo que un día iba a desparecer como un milagro y se lo ha tomado a la ligera. En cuanto a tomar medidas como el uso de la mascarilla o el distanciamiento social él ha dicho que esto era un plot de los demócratas. El problema es que hay mucha gente que sigue a Trump y se lo cree, por tanto tienes un conflicto entre la gente que está tratando de seguir los criterios que dicen los expertos en epidemiología y en salud global y otros que no hacen gran cosa, así que el confinamiento no sirve para nada, o lo hacen todos o no lo hace nadie.
– ¿Se ha primado lo económico sobre lo sanitario?
Absolutamente, es más, Trump contradecía a los expertos en las ruedas de prensa afirmando cosas sin datos y a boleo, el problema es que hay muchas personas que le creen y piensan que esto no es tan importante. Nadie quiere que se cierre un país, eso está claro, pero no a expensas de la salud pública, lo que ocurre ahora es que en las dos o tres últimas semanas está habiendo una serie de brotes tremendos, sobre todo en estados donde no se ha tenido nada en cuenta, como Florida, Texas, Arizona, estados republicanos donde los gobernadores siguen las pautas de Trump y las consecuencias se están viendo ahora mismo.
– Estados Unidos es una república federal. ¿Las pautas de confinamiento las ha impuesto el gobierno federal o han sido los estados los que han impuesto cada uno las suyas?
Cada estado impone si se hace confinamiento o no y dentro de cada estado cada condado tiene también la autoridad de imponer una serie de pautas. El gobierno de cada estado puede imponer pautas que se lleven a cabo en todo el estado, pero los condados tienen cierta autonomía. Por ejemplo, California, el estado donde yo vivo, fue el primer estado que impuso el confinamiento, el 16 ó 17 de marzo, más o menos cuando España, y dentro del estado hubo condados que tenían un confinamiento más estricto o menos. No ha habido pautas federales, al principio Trump quería ponerlas pero decía que no había que hacer confinamiento y por ejemplo el gobernador de California, Gavin Newson, dijo desde el principio que cerraba, como también Andrew Cuomo, el gobernador del estado de Nueva York. Al principio estos esperaban unas directrices de Trump sobre todo de apoyo para temas como la provisión de mascarillas, respiradores y más cosas y Trump dijo que no, que estos eran los que le presionaban porque eran demócratas, o sea que todo se ha politizado.
“Lo que ocurre ahora es que en las dos o tres últimas semanas está habiendo una serie de brotes tremendos, sobre todo en estados donde no se ha tenido nada en cuenta, como Florida, Texas o Arizona”
– En España hemos tenido una psicosis colectiva muy fuerte, todo el mundo ha pasado mucho miedo, no sé si donde tú vives ha ocurrido lo mismo y en general en todo Estados Unidos.
Yo seguía lo que había ocurrido en Italia y lo que estaba ocurriendo en España así que tenía esa vía de información actualizada. Si eres una persona con una educación media sabes seguir la actualidad a través de los medios de información y te dabas cuenta de que esto no era una tontería ni un cuento, esto es algo peligroso, es algo importante y algo que hay que tener muy en cuenta. Yo tenía estas vías de información que convergían en lo mismo y estaba asustado y sabía que había que tomárselo en serio. No sé si el resto de las personas que vivían a mi lado se lo han tomado así, desde luego mi familia sí y otros amigos también, pero piensa que en todo Estados Unidos se podía salir a la calle y eso es muy diferente.
– ¿Los comercios y la hostelería estaban abiertos?
No, en mi estado estaban cerrados pero sí podíamos salir a pasear o al parque y eso es muy diferente a tener que estar encerrados en casa sin salir como ha ocurrido en España o salir en unas franjas horarias determinadas cuando empezó la desescalada. Allí podías salir cuando quisieses en todos los estados así que no es lo mismo, no tienes el sentido de ansiedad que se podía tener aquí, pero yo desde luego me lo he tomado muy en serio y si sigues los medios de información creíbles y las estadísticas de número de contagiados y de fallecidos está claro que no es ninguna tontería.
– Tú trabajas en una universidad, ¿cómo afrontasteis esta crisis en ese ámbito?
Yo lo que más conozco es mi universidad, que es la Universidad de California y todas las actividades presenciales se cerraron el día 16 de marzo, más o menos igual que en España, salvo algunas cosas muy concretas que no se podían hacer más que presencialmente, y hasta el momento no se han vuelto a reiniciar, incluso las clases para septiembre en la mayoría de los sitios van a ser online.
– ¿A ti personalmente te afectó mucho?
Claro, dar clase online no es lo mismo que hacerlo presencialmente.
– Una hija tuya estudia fuera de donde vivís.
Sí, estudia en el mismo estado pero en el sur, en San Diego, y el día 17 de marzo volvió a casa y ha pasado todo este tiempo con nosotros. Su universidad cerró, indicaron a todos los estudiantes de fuera que se fueran a casa si podían y para los que no podían los dormitorios permanecieron abiertos.
“Yo lo que más conozco es mi universidad, que es la Universidad de California y todas las actividades presenciales se cerraron el día 16 de marzo, más o menos igual que en España”
– Me has dicho que has estado siguiendo la actualidad española ¿Cómo has visto las cosas de España desde tantos miles de kilómetros de distancia?
He estado muy pendiente por mi familia y leyendo la prensa española.
– ¿Y qué impresión tenías, porque en España también ha habido mucha polémica sobre todo al principio cuando faltaron EPIS y el sistema de salud estaba colapsado?
Personalmente yo tenía miedo de lo que pasaba en España, sobre todo por la incertidumbre de cuánto iba a durar y el alcance que iba a tener la pandemia. Aunque lleve muchos años viviendo en Estados Unidos yo sigo siendo español y me preocupaba lo que pudiera pasar en mi país. Eso al principio, luego en la fase de desescalada me ha parecido que se han hecho las cosas bien, está claro que no todo el mundo estará de acuerdo con todo lo que se ha hecho pero en estas cosas hay que ver las consecuencias a largo plazo. En Estados Unidos al principio estábamos todos muy bien pero ahora está el virus disparado porque no hemos hecho las cosas bien mientras que aquí parece ser que, salvo algunos brotes localizados, parece que la situación está bastante controlada, de hecho en Cuenca mi impresión es que salvo las mascarillas esto parece más o menos una situación normal, los bares están abiertos, los comercios también, hay que llevar mascarillas pero no veo que hay una psicosis colectiva con esto ahora mismo.
– Lo que más polémica ha suscitado en España es la cifra oficial de fallecidos, que es inferior a la que muestran las estadísticas de mortalidad comparada con otros años, de hecho se habla de que los fallecidos podrían estar en torno a los 43.000 mil mientras que las cifras oficiales hablan de unos 28.400 muertos. ¿Ocurre algo parecido allí?
Sí, las cifras están también en discusión y los muertos oficiales no corresponden con el exceso de mortalidad que muestran las estadísticas. Son muchos menos los muertos reconocidos oficialmente que los que realmente parece que ha causado esta pandemia.
– ¿Hay mucha diferencia entre cómo se comporta la gente aquí ahora mismo y cómo se comportaba la gente en Estados Unidos hace una semana, que es cuando llegaste a España? ¿La gente allí utiliza mascarilla, guarda la distancia de seguridad, etc…?
Donde yo vivo la densidad de población es mucho menor por lo que es mucho más fácil mantener la distancia de seguridad, pero también hay muchísima arrogancia y parece que hay una parte de la sociedad estadounidense a la que no le puedes imponer, y ni siquiera sugerir, estas cuestiones porque hay argumentos como que la Constitución te protege y tienes derecho a no llevar mascarilla, que si estás en tu casa me parece muy bien pero si estás en un sitio público que puedes contagiar a otros no me lo parece tanto. Eso me parece que no existe aquí o si existe no es en el grado de allí.
– ¿Crees que hay más conciencia colectiva aquí y que allí prima más el concepto de la libertad individual?
Hay mucha más conciencia colectiva aquí, desde luego. Allí hay argumentos como que por encima de todo está mi libertad individual, o que mi iglesia no cierra porque Dios me protege del virus, o que el gobierno no me dice a mí lo que tengo que hacer, y eso me parece que aquí no ocurre, habrá alguna excepción pero no es lo común. Allí esa conciencia individual de tú no me vas a decir a mí qué hago o qué no hago está muy arraigada y además en este caso es que está apoyada y promovida por la política, así que esto se ha convertido un poco en una guerra entre demócratas y republicanos, los segundos no llevan mascarilla y los primeros sí.
– ¿Hasta ese punto llega?
Un poco sí, Trump desde el primer momento dijo que él no iba a llevar mascarilla, que es una tontería, que Estados Unidos es el país número 1 en tests, en menos fallecidos por millón de habitantes, etc…., cosas que no son ciertas, y todo esto le da argumentos a la gente que le apoya para no hacer caso de estas medidas de seguridad.
– Lo que nos ha llegado aquí en España es que toda esta crisis le estaba haciendo perder apoyos a Trump de cara a las elecciones presidenciales de noviembre y que las encuestas hablaban de que le podía costar la reelección. ¿Es así?
Depende a quien le preguntes, si le preguntas a sus seguidores Trump va a ganar seguro, si le preguntas a los que no lo apoyan te dicen que va a perder. Yo no tengo esa sensación, tengo la esperanza de que sea así porque esta es una situación muy peligrosa, pero no sólo en el sentido de la salud pública sino en otros muchos sentidos también, lo que pasa es que estas cosas son muy difíciles de predecir y lo sabemos por las elecciones pasadas, en las que poca gente pensaba que Trump podía ganar.
– ¿Has tenido gente cercana que hay pasado la enfermedad?
No, no conozco a nadie ni que haya fallecido ni que haya tenido la enfermedad en Estados Unidos, pero aquí, en una semana que llevo, empiezas a preguntar y conoces un montón de gente, familiares incluso. Donde yo vivo cuando salí hacia España había dos personas hospitalizadas solamente en una ciudad de sesenta mil habitantes y los casos han sido pocos, es un condado donde hay muy poca densidad de población, lo que ayuda pero no protege completamente.
“No conozco a nadie ni que haya fallecido ni que haya tenido la enfermedad en Estados Unidos, pero aquí, en una semana que llevo, empiezas a preguntar y conoces un montón de gente, familiares incluso”
– El día 16 vuelves a Estados Unidos y allí parece que no se ha alcanzado el pico de la pandemia, vemos cómo cada día hay decenas de miles de contagios y centenares de fallecidos diarios. ¿Te vas con más miedo del que viniste?
Me voy con más miedo del que me vine, claro, porque en Estados Unidos se han disparado las cifras en los últimos diez días. En mi familia cuando salimos lo hacemos todos con mascarilla y tomamos muchas precauciones pero nunca se sabe.
– ¿Hacéis vida social?
Allí está todo cerrado, los cines, los restaurantes, todo eso está cerrado, no hemos entrado en una desescalada como la de aquí. Únicamente hay servicio a domicilio. No hemos hecho vida social, sólo hemos visto amigos de paseo o en el jardín de casa con cierta distancia, pero no hemos ido a casa de nadie. Nosotros sí nos hemos tomado las medidas en serio, no todo el mundo lo ha hecho pero nosotros sí.
– Antes de terminar no me resisto a preguntarte por un tema que no tiene que ver con el coronavirus pero sí que está de gran actualidad como es lo ocurrido tras la brutal muerte de George Floyd a manos de un policía blanco y todo el movimiento «Black Lives Matter» que se ha generado. Todos estamos de acuerdo en que hay que acabar con brutalidades de este tipo y con la evidente discriminación que sufren algunas minorías étnicas no sólo en Estados Unidos sino en otros muchos países del mundo, pero hablando concretamente de España sí que ha llamado la atención cómo este movimiento ha desembocado en una especie de iconoclastia que ha llevado a atacar e incluso a derribar estatuas de personajes españoles como Cristóbal Colón, Fray Bartolomé de las Casas o Fray Junípero Serra, algo que no entendemos muy bien porque se trata de personas que vivieron hace muchos siglos en un contexto totalmente distinto al actual. ¿Qué te parece todo esto que está ocurriendo?
Lo que veo es que la muerte de Floyd, y de otros, ha llevado a reconocer que se han cometido injusticias no sólo contra los negros sino también contra los nativos u otras minorías raciales. Esas figuras de las que me hablas no entran dentro de los racistas contra los negros pero sí que hay gente que considera que pueden entrar en esos otros grupos y en el colonialismo. Hay que preguntarse si esto tiene sentido ahora dado que hay que entender el momento de la historia y el contexto en el que vivieron todos estos personajes y ahí hablamos de cosas que son difíciles de analizar sobre lo que ocurrió en aquellas épocas. En esto, como en otras cosas, van a pagar justos por pecadores y se va abrir una red muy grande en la que van a entrar muchos sin demasiada justificación. Como español comparto la extrañeza pero otras personas piensan de manera distinta. Además estoy seguro de que muchos de los que atacan esas estatuas no saben quién es ni siquiera el personaje en cuestión. Es difícil juzgar y ser objetivo con estas cosas.