El universo lorquiano conquista Casas de Haro

El grupo de teatro local La Ventica representa La Casa de Bernarda Alba durante las fiestas en honor a Santa María Magdalena

Cuando los astros se unen y el pasado vuela raudo hacia el presente, García Lorca, en el culmen de su capacidad creativa fundió la libertad, el drama, la mujer y el pueblo y compuso el culmen de todas las obras teatrales, el vademécum de todo lo que habría que escribirse. En lengua hispana todavía no ha habido posteriormente, en mi humilde entender, un escritor que haya llegado a su sincrónico quehacer del costumbrismo, de nuestras raíces, de nuestros más nocturnos pensamientos.

El grupo de teatro La Ventica, de Casas de Haro, se ha atrevido a adentrarse en el universo lorquiano, ese que no dice lo que quiere decir, y que sabe más por lo que calla que por lo que cuenta. Y se ha atrevido salvando dignamente a un genial Lorca y reinterpretando esta tragedia universal. La Casa de Bernarda Alba se ha representado con notable éxito en el pueblo de Casas de Haro el pasado viernes y sábado.

Durante las fiestas en honor a Santa María Magdalena, en el pueblo de Casas de Haro, ya se echaba de menos una obra de teatro de este grupo que lleva a sus espaldas notables estrenos, desde hace más de 10 años. Se adivinaban los nervios, ilusión y trabajo para montar tal espectáculo y no ha desmerecido verlos actuar.

Siempre he pensado que la tragedia de La Casa de Bernarda Alba se sustentaba en triángulos que encarnan sus personajes: la pasión, el de subyugación, la envidia, las convenciones sociales, etc. En esta ocasión he visto sobre las tablas veteranía y buen hacer, y esa especie de línea invisible entre personajes de esos triángulos de los que hacía gala Lorca. He visto respeto hacia la obra del artista. He visto humildad al adentrarse en esta obra, aparentemente fácil, pero muy densa de representar.

Me encantaría ver a este Grupo de Teatro en escenarios únicos como Segóbriga o en el Auditorio de Cuenca. Ojalá iniciaran una gira por los pueblos y como La Barraca del siglo XXI pudiera democratizarse de nuevo El Teatro, aquel en mayúsculas. Podemos presumir que hemos disfrutado de una obra de primer nivel a la altura de grandes capitales y grandes actores.

Magistral la interpretación de la abuela, muy correctas las demás, sólo me cabe felicitarlas en su desempeño deseándole muchos éxitos futuros. Seguramente García Lorca estaría orgulloso que su voz resonara en pueblos tan pequeños.