La Plaza Mayor de Cuenca transmutó este sábado en el Teatro Real de Madrid. La carroza que replica este emblemático recinto cultural se trasladó al corazón del Casco Antiguo conquense para albergar un concierto de ópera y zarzuela que vieron, escucharon y vivieron más de un millar de espectadores. Una noche lírica y mágica, en la que se demostró que la música culta también puede ser popular.
En el escenario brillaron el pianista Samuel Martín y los cantantes Sonia Suárez (soprano), Alejandra Acuña (mezzosoprano) -quien comentó que su familia adoptiva es de la localidad conquense de Garcinarro, en el Valle de Altomira- y Román Bordón (barítono). Todos ellos se han formado en diferentes ediciones del programa ‘Crescendo. Creamos ópera’ de la Fundación Amigos del Teatro Real “cuyo objetivo es ofrecer formación y oportunidades profesionales a jóvenes promesas dentro del ámbito de la creación operística”.
Desgranaron un repertorio compuesto por obras de Chopin, Puccini, Saint-Saëns, Mozart, Léo Delibes, Gounod, Bizet, Offenbach, Chapí y Lehár. De bis sonó el ‘O sole mio’ de Giovanni Capurro y melodía de Eduardo di Capua, que supuso uno de los momentos de mayor comunión entre escenario y público, ya que el auditorio sumó sus voces a la de los intérpretes.
El espectáculo era de acceso libre y gratuito y se habían colocado unas 1.000 sillas en la Plaza Mayor, que quedó cortada al tráfico al igual que un elevado porcentaje de la parte alta. La iniciativa fue organizada por el Teatro Real, la Fundación de
Amigos del Teatro Real y la entidad Impulse Tech Transfer Fund, con la colaboración del Consistorio conquense.
Al concierto acudieron, entre otros, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz; el vicepresidente de la Junta de Comunidades, José Luis Martínez Guijarro; el consejero de Educación y Cultura, Amador Pastor; así como concejales de los distintos grupos representados en el Consistorio conquense como el segundo teniente de alcalde, Isidoro Gómez Cavero.
Fotos de la galería: Juan Albendea
