«El público perdona los errores. Lo que no perdona es el aburrimiento»

El mago Jorge Blass abrirá el día 30 la temporada de otoño en el Teatro-Auditorio. Apuesta por la innovación para regenerar el género del ilusionismo y por la participación activa del público en el espectáculo

Jorge Blass (Foto: Andrés León)

Jorge Blass es un innovador. La magia y el ilusionismo es el terreno artístico en el que se desenvuelve con el objetivo de sorprender y cautivar al público. Su espectáculo llega cargado de novedades en el fondo y en la forma. Desde la utilización de drones y nuevas tecnologías hasta una apuesta decidida por la interacción con el público. El espectador no asiste a su espectáculo sino que forma parte de él y es protagonista. La salida progresiva de la pandemia ha permitido recuperar la actividad cultural y, con ella, los momentos para la sorpresa y la emoción.

Serás el encargado de abrir la programación de otoño en el Teatro Auditorio «José Luis Perales» de Cuenca ¿Satisfecho de volver a los escenarios?

Muy contento de poder reunir de nuevo al público en el teatro y poder sorprenderles con magia que va a ser inédita y nunca vista antes. Hace ya muchos años tuve la suerte de actuar en el Auditorio de Cuenca con un espectáculo muy diferente. Ahora voy con novedades como una magia con un dron que sucede en el escenario, un montón de sorpresas interactivas que el público va a poder hacer desde su butaca…Cumpliendo, por supuesto, con todas las medidas de seguridad. El público que venga, no importa la edad, va a poder disfrutar con la magia en directo.

Parece que ya se va normalizando la actividad cultural que tantas limitaciones ha tenido durante la crisis sanitaria…

Así es. Además, hoy es más necesaria que nunca la magia para poder ilusionar al público. Puedo asegurar que quien venga a pasar la tarde conmigo va a salir mucho más ilusionado y alegre que como entró. Los niños van disfrutar mucho, los adultos se convertirán en niños y van a gozar. Lo bueno de la magia es que aúna a toda la familia y a la gente, desde aquellos a quienes les gusta ir a pillar el truco hasta quienes disfrutan dejándose llevar. Lo importante es que tanto los escépticos como quienes creen en la magia puedan disfrutar de ella en directo.

¿Qué se va a encontrar el público que acuda al primer espectáculo de la temporada en el Auditorio?

Durante la hora y veinte que dura el espectáculo podrá asistir a mis mejores ilusiones de los útimos años. Voy a hacer un montón de efectos interactivos donde todo el mundo podrá hacer magia desde la butaca. Y habrá efectos más espectaculares que suceden en el escenario como la tormenta de nieve que es un efecto visual espectacular. Tambien podrá subir el público al escenario y aquel que quiera podrá hacerlo. Voy a utilizar tecnología como teléfonos móviles del público, vamos a hablar de inteligencia artificial en la magia, habrá también un dron…sobre todo una magia distinta a lo que estamos acostumbrados. Un espectáculo que es mi visión de la magia en el siglo XXI que es mucho más interactiva, haciendo partícipe al público y con ilusiones muy renovadas.

(Foto: Andrés León)

Parece que no te conformas con adivinar una carta y sacar un conejo de la chistera…

La magia se ha transformado de una manera increíble y este espectáculo es buena muestra de ello. Lo mejor de todo es la sorpresa. Que veas algo que nunca antes has visto y que te deje alucinado.

Decías que la magia es más necesaria que nunca. No viene mal que nos inyecten una buena dosis de ilusion y que hagan desaparecer experiencias poco gratas…

Creo que sí. Creo que ahora lo necesitamos más que nunca y en directo es donde mejor se vive. Se produce un fenómeno muy curioso y es que un padre, un hijo, la madre…tienen la misma cara de inocencia ante la magia. Todo el mundo se queda desarmado y con esa sensación de haber visto algo imposible. Y eso es algo muy positivo porque te renueva de alguna manera la ilusión y te hace vivir la vida de otra forma. Podemos hacer que el espectador que salga del teatro se vaya mucho más contento de como ha entrado. En eso consiste la magia.

¿Cómo fue tu experiencia en la ocasión anterior en la que estuviste en el Auditorio?

Fue hace ya muchos años. No recuerdo el año concreto. Fue con uno de mis primeros espectáculos y todavía no había recorrido tantos países, ni había hecho tantos shows…pero guardo mucho cariño del Auditorio. Me ilusiona mucho volver y más después de lo que hemos pasado.

¿Que tal has pasado la pandemia? ¿Cuál ha sido tu experiencia?

No he parado, la verdad. Estuve unas semanas más tranquilo pero enseguida me puse a hacer shows online, cosas desde mi estudio, muchas redes sociales…Me ha servido, de alguna forma, para reinventar la magia en algunos terrenos. Estamos haciendo muchos espectáculos en remoto. Desde luego ha sido un parón para el sector, con teatros cerrados y giras canceladas, pero soy poco de lamentarme y lo que he hecho es moverme y adaptarme a la situación. No ha sido fácil pero ahora estamos resurgiendo lo cual, no sólo por mi sino por todos mis compañeros, estamos muy agradecidos. El público tiene ganas de venir a disfrutar. Las entradas se agotan y es una gran noticia: que volvamos a vislumbrar la normalidad.

¿Cuánto tiempo llevas con este espectáculo sobre los escenarios?

Foto: Rafa Gallar

Unos tres años. Está muy bien trabajado ya pero el show va cambiando. No tiene nada que ver el espectaculo que presenté hace tres años con el de ahora. Se han incorporado nuevas ilusiones, se han hecho reformas…cada día cambio cosas, efectos y dependiendo del teatro añado cosas más espectaculares. Es un espectaculo vivo, que no está siempre igual.

¿Qué resulta más complicado, hacer magia tradicional o incorporar nuevas tecnologías con el margen de incertidumbre que pueden llevar aparejado?

Trabajar con tecnología supone un riesgo increíble. Pueden surgir mil problemas pero es verdad que a base de trabajar y minimizar los errores pues se puede superar. El público perdona los errores. Lo que no perdona es el aburrimiento. Una vez que el público está contigo le gusta que lo que vea sea real. A veces ocurren cosas, lógicamente. Como cuando en una obra de teatro se funde una lámpara o un cantante desafina un poco en un concierto. De todas formas, el show siempre continúa y los espectacdores tampoco perciben esos fallos. Nosotros también tenemos planes de emergencia y recursos para salir y continuar. No recuerdo desde hace muchos años un desastre que obligase a cortar el espectáculo. Sólo me pasó una vez, en el año 2010. Me lesione en el escenario, en el Teatro Nuevo Apolo en Madrid, y me rompí el tendón de Aquiles en directo. Esa vez sí fue un problema pero, aún así, terminamos el show.