El Museo de la Semana Santa de Cuenca ha inaugurado este viernes la exposición ‘Misterivum Pietatis’, con nueve obras que profundizan sobre la idea espiritual de la piedad.
Está compuesta por siete pinturas y dos esculturas creadas entre los siglos XV y XX, en una conjunción de clasicismo y modernidad que podrá visitarse en el horario de apertura del Museo hasta el próximo 14 de abril.
Las obras proceden de la Catedral Primada de Toledo, la SIB Catedral de Cuenca, los conventos de las MM. Carmelitas Descalzas de Cuenca (Convento de San José) y Toledo (Monasterio de San José), el Convento de Ntra. Sra. de los Ángeles de las MM. Trinitarias de San Clemente, la Capilla de los Alarcón en la Parroquia de la Asunción de Palomares del Campo, Colección Unicaja Banca (que ha cedido una obra de Antonio Saura), la colección privada del mecenas Roberto Polo y un cuadro cedido por un particular. Este último es una copia del Descendimiento de Rogier van der Weyden realizada por Luis barón, artista y copista autorizado por el Museo del Prado.
Entre ellas están el Ecce Homo de la Catedral de Cuenca, pieza del siglo XVII atribuida a Felipe Ribas; el cuadro Cristo varón de dolores, del círculo de la familia Bouts (ca. 1452-60 – 1549), una pieza muy simbólica, ya que se llevaba a las celdas de las religiosas cuando estaban próximas a la muerte; la pintura Sudario de Antonio Saura (1963); una impresionante escultura anónima de Cristo crucificado, del siglo XVIII, cedida por convento de San José de Cuenca; y la pintura Rostro de Cristo (c. 1911), de Emil Nolde, procedente de la Colección Roberto Polo.
La muestra está organizada por la Junta de Cofradías de Cuenca, el Patronato de la Fundación del Museo de Semana Santa y la Fundación Antonio Pérez. Está comisariada por Miguel Jiménez Monteserín y José Manuel Martínez Cenzano.
«Ésta es la tercera exposición de estas características que acogemos en el Museo de Semana Santa, lo que demuestra que en la Fundación estamos comprometidos con la difusión del patrimonio cultural y la promoción cultural de nuestra ciudad y para todos», ha afirmado Jorge Sánchez Albendea, presidente de la Junta de Cofradías, añadiendo que es posible gracias a la colaboración público-privada.
Por su parte, los comisarios de la exposición han destacado la importancia de las obras seleccionadas y el profundo significado de la muestra. «Ha sido un trabajo eficaz» ha afirmado Martínez Cenzano, para quien el diálogo piadoso entre la Virgen María y el diálogo entre tradición y vanguardia han sido «el hilo conductor necesario
para que el resultado de la muestra sea el que se ha conseguido».
Miguel Jiménez Monteserín considera que «siempre, en una exposición, hay que contar una historia. Misterivm Pietatis compendia el sentido que puede tener la concepción de una exposición basada en el descubrimiento de algo tan profundo como es el pago, la deuda, el diálogo de amor, que en definitiva es lo que quiere decir piedad. En un concepto teológico, se trata de ahondar en el concepto paulino del escándalo, el ridículo y el fracaso en definitiva que supone la crucifixión».