El Caribefunk, una banda colombiana cuyo disco ‘Energía para regalar’ estuvo nominado en 2020 a Mejor álbum contemporáneo/fusión tropical en los Grammys latinos, actuará el próximo 1 de agosto en la Plaza de la Merced de Cuenca en el marco de ‘Cultura a cielo abierto’. Es decir, del festival heredero de ‘Veranos de Cuenca’ que organiza anualmente el Ayuntamiento y que se conforma de actuaciones de distintas disciplinas artísticas en las noches estivales tanto en el Casco Antiguo como en otros puntos de la ciudad. Se extiende principalmente en el calendario por la segunda quincena de julio y la primera de agosto.
La programación completa se dará a conocer en los próximos días, pero Voces de Cuenca ya puede adelantar varias de las propuestas del cartel, como la de este grupo que fusiona en sus temas el funk, el rock y la música de raíz del Caribe. A Cuenca llegarán inmersos en una gira que les habrá llevado por Francia, el festival La Mar de Músicas de Cartagena, la Sala Clamores de Madrid y la Sidecars de Barcelona. Tras su concierto conquense seguirán de ruta por hitos como Gandía (festival Polisonie) y varias ciudades de su país de origen.
Del Caribe a Castilla. Otro de los conciertos ya adjudicados para este festival es el de Vihuela, veterana agrupación especializada en la recuperación, difusión e interpretación de los ritmos y canciones tradicionales de las provincias castellanas que suma ocho trabajos discográfico y ha actuado en alguno de los principales festivales del panorama folk internacional como el WOMAD del Reino Unido o el Forde de Noruega.
Habrá también ocasión de escuchar y ver al vallisoletano Dulzaro, quien en la estela de otros creadores como el asturiano Rodrigo Cuevas, apuesta por unir la música tradicional (en su caso, principalmente, de Castilla y de León) con ritmos electrónicos y una rompedora puesta en escena. Panderos y sintetizadores. Ya estuvo en la primera jornada del último Festival de Otoño, cuando ofrecieron un concierto en la Fuente del Oro, y regresa a Cuenca apenas unos meses después.
Y es que este año Cuenca Cultura A Cielo Abierto dedicará especial atención a propuestas que revisan y renuevan la llamada música de raíz. También estará el Hirahi Alfonso, un timplista poco convencional que no abjura de su origen canario, cuya raíz nunca ha abandonado, pero que la fusiona con voces y propuestas más mediterráneas de la Barcelona en la que creció musicalmente y las influencias hispanoamericanas. Estará el 6 de agosto en la capital conquense.
En una línea creativa similar podría encuadrarse a María de la Flor, cantante y violinista madrileña que hace apenas un más de meses protagonizó uno de Los Conciertos de Radio 3. Su disco más reciente, Resalada, es una apuesta por la poderosa sencillez de la música íntima, entre melismas y ritmos que recuerdan a músicas tradicionales latinoamericanas y al folklore patrio.
La música de la limítrofe Comunidad Valenciana se hace hueco también en la programación veraniega. Duna Esemble, la agrupación que lidera el multiinstrumentista Eduard Navarro, ofrecerá un concierto el 16 de agosto. En su repertorio hay piezas tradicionales de su tierra, pero también de otras zonas de Europa como los Pirineos aragoneses, Cataluña, Castilla, la Occitania, Italia, Bulgaria, Bretaña y Bulgaria, así como temas del repertorio sefardí.
El 19 de julio actuará el murciano Juan José Robles, quien en 2019 fue reconocido con el premio al mejor disco europeo de música folk 2019 a su álbum Inquie-tud por la revista Word Music Central. Es un músico con una dilatada trayectoria de experiencias en torno a las músicas populares, tradicionales y algún pequeño guiño con la música clásica y el flamenco. Ecos de Irlanda y de La Huerta.