Cuenca comulga un año más con el Corpus Christi en su recorrido por las calles de la ciudad

Una treintena de niños y niñas ataviados con sus trajes de la Primera Comunión han precedido a la Custodia, que se ha parado en un total de siete altares

Como si de un Domingo de Ramos se tratase, la luz del sol calentaba la Plaza Mayor, a la que cada vez se iba acercando más gente ataviada con ropa fresca, colorida y elegante. Pero ni es Semana Santa ni es por la mañana, es la procesión del Corpus Christi, que ha recorrido esta tarde de domingo las calles de Cuenca.

Para asombro de los turistas que se encontraban en las terrazas de la Plaza, la Banda de Trompetas y Tambores ha formado bajo los arcos del Ayuntamiento y, tras ellos, una oleada de estandartes, guiones y cetros ha salido de la Catedral tras la misa oficiada por Monseñor José María Yanguas. Después han salido a la calle casi una treintena de niñas y niños vestidos con su ropa de la Primera Comunión, y al fin, la Custodia, el centro de la festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Ha sido recibida primero con el himno de España, que tan bien se saben en la Banda de Música de Cuenca, y luego con gritos de «¡Viva Jesús Sacramentado!» y «¡Viva el rey de reyes!». Y, con el sonido de las campanillas, ha comenzado su descenso.

Hasta en siete ocasiones se ha parado la Custodia frente a un altar. Pues, aunque por parte de las hermandades de la Junta de Cofradías se han montado seis, en la Casa de los Clemente de Aróstegui se ha montado uno más sin adscripción alguna.

Así, han sido la Muy Ilustre y Venerable Hermandad del Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo bajo los arcos del Ayuntamiento; el ya mencionado altar en la Casa de los Clemente de Aróstegui; la V. H. de Ntro. Señor Jesucristo Resucitado y María Stma. del Amparo hará altar en la calle del Peso; la V. H. y C. de Nazarenos de San Juan Apóstol Evangelista en la puerta de la iglesia de El Salvador; la V. H. del Santísimo Cristo de la Luz en la puerta de su sede; la R. I. V. Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias en su sede; y la M. I. V. H. Penitencial del Stmo. Cristo de la Vera Cruz en Aguirre.

En cada una de ellas, la Custodia con el Santísimo ha parado, el obispo de Cuenca la ha bendecido con incienso desde el reclinatorio mientras el Coro de la Capilla de Música de la Catedral cantaba, y después monseñor Yanguas realizaba un breve rezo.

Justamente, el Coro de la Capilla de Música de la Catedral ha sido el impulsor de varios de dos de los momentos más emotivos de la procesión. Uno de ellos en la calle Alfonso VIII, cuando la Banda de Música ha comenzado a tocar ‘Cantemos al amor de los amores’ y los integrantes del Coro se han unido, poniendo letra al estribillo de este popular cántico.

Algo similar ha sucedido en la calle del Peso. Después de que la Banda de Trompetas y Tambores de la JdC dejase en silencio esta estrecha calle, el Coro ha comenzado a cantar ‘Pescador de Hombres’, a la que se han unido las decenas de fieles que había presentes.

Otro de los momentos más emotivos, como no podía ser de otra forma, ha sido la llegada de la Custodia al convento de la Concepción Franciscana de la Puerta de Valencia, parándose en señal de respeto a las monjas de clausura, que aún conviven con las secuelas del incendio.

Poco después, casi dos horas y media después de finalizar la procesión, el Santísimo ha entrado en San Esteban, finalizando la procesión del Corpus un año más.