Belén Estival. Musicóloga e intérprete
Hiro Kurosaki e Ignacio Prego fueron los intérpretes escogidos por la SMR para clausurar su edición 62. En una nublada y fría mañana de Domingo de Pascua, Kurosaki y Prego ofrecieron una travesía simbólica por el dolor, la muerte y la resurrección, a través de una selección de sonatas para violín y clave de Johann Sebastian Bach (1685-1750), Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704) y Johann Kuhnau (1660-1722).
Tal como recogieron las notas al programa, elaboradas por Ignacio Prego, el concierto se vertebró en torno a Bach y sus sonatas creadas en el periodo de Köthen (1717-1723). El recital comenzó con la Sonata no. 4 en do menor BWV 1017, muy apropiada para el momento, pues contiene la melodía del aria para contralto Erbarme dich, mein Gott (Ten piedad de mí, Dios mío…) de su Pasión según san Mateo BWV 244. Una joya del contrapunto y toda una declaración de intenciones sobre lo que nos quedaba por escuchar. Lejos de ser el típico dúo en dos roles, solista y acompañante, nos encontramos ante dos actores que compartían su protagonismo, en total sintonía, en el marco de un festival contrapuntístico.
Muchos de los coetáneos de Bach consideraron la escritura instrumental como un campo para la narración, tal como detallaron Kurosaki y Prego en sus intervenciones habladas. Es el caso de las Sonatas del Rosario del compositor de Salzburgo Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704). También se las conoce como Sonatas del Misterio y constituyen uno de los conjuntos más característicos de su producción. De esta colección de quince piezas se seleccionó La Resurrección, obra que dio nombre al concierto. Fue interpretada con un virtuosismo tan sólido que Kurosaki parecía un improvisador sin partitura, movido por la potencia armónica del clave y la exuberancia de las notas.
Su interpretación implicó un cambio de la afinación del violín, modificando la posición de las cuerdas centrales que se unieron en forma de aspa en el cordal. Naturalmente, la sonoridad del instrumento varió, aspecto que el violinista japonés usó para resaltar su dominio instrumental y la belleza melódica de la obra.
Hemos de añadir que las Sonatas del Rosario forman parte de la historia y el legado de la SMR. En la edición del año 2003 (XLII), el conjunto italiano La Risonanza presentó la obra completa en tres conciertos y con tres violinistas diferentes: Olivia Centurioni, David Plantier y Riccardo Minasi. En aquel momento, estas sonatas eran poco conocidas y fueron recibidas, por el público y la crítica, como un verdadero hallazgo.
Otra pieza de carácter programático completó el programa, la Sonata no. 4 para clave solo de Johann Kuhnau (1660-1722), quien fue cantor en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, precediendo a Bach en este cargo. Esta composición forma parte de sus Seis Sonatas Bíblicas, compuestas en Leipzig en 1700. La pieza contiene tres movimientos, titulados con los versos del relato de Ezequías, recogido en el capítulo 38 del libro del profeta Isaías. En consonancia con el programa, es la narración del sufrimiento ante la muerte y la sanación final, de emociones con sombras y luces. El clavecinista madrileño, Ignacio Prego, interpretó su lenguaje retórico con expresividad, haciendo sentir al público los diferentes afectos que transitaron de la melancolía a la alegría. Las melodías fluyeron, siendo capaces de imitar las lágrimas, gracias a la capacidad de Prego para matizar el sonido del clave y el uso de registros diferentes.
Finalmente, tras la muerte, llegó la resurrección. A modo de círculo, el programa concluyó como había empezado, con la música de J. S. Bach. Su Sonata no. 6 en Sol Mayor, BWV 1019, fue la elegida para transmitir el afecto del júbilo ante la nueva vida.
Un recital espiritual e innovador, diseñado a través de una serie de sonatas completamente adelantadas a su tiempo. En el Espacio Torner, los intérpretes hicieron con ellas música desde el alma. In via terminó con un concierto magnífico, lleno de momentos especiales, a la altura de lo escuchado a lo largo de la Semana. Miramos con ilusión la próxima edición.