La Catedral de Cuenca ha sido la principal protagonista de este simulacro de emergencia, organizado por la Dirección General de Protección Ciudadana, en colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad y el Obispado. La hipótesis del ejercicio ha consistido en un incendio iniciado en los baños del templo, que evoluciona y se propaga a las inmediaciones del archivo catedralicio, amenazando valiosos documentos y obras de arte, y provocando el derrumbe de parte de la techumbre cercana al mencionado archivo, lo que deja a varias personas atrapadas entre los escombros.
El hipotético incendio, tras propagarse por la Catedral, se extiende al exterior del templo y prende en la vegetación de la Hoz del Huécar. Las llamas van evolucionando en dirección al castillo. Para hacer frente a los acontecimientos, la dirección de emergencias lleva a cabo un análisis de la situación en el vehículo de coordinación, que opera como Puesto de Mando Avanzado, y se activa el Plan Territorial de Emergencias de Castilla-La Mancha (PLATECAM), en fase de emergencia nivel 1.
La situación obliga también a montar un Hospital de Campaña para hacer el triaje a los heridos y a instalar un albergue de Cruz Roja para atender a los clientes y al personal de la Posada San José, que han sido evacuados del edificio al verse afectado por el incendio.
Más de 200 participantes
El consejero ha pedido disculpas a los vecinos y vecinas que hayan podido verse afectados por las molestias, pero se ha mostrado convencido de que son conscientes de la necesidad e importancia de realizar este tipo de ejercicios, al tiempo que ha mostrado su agradecimiento a todas las instituciones que han colaborado en el desarrollo de este simulacro, que ha movilizado a más de 200 personas. De ellas, alrededor de 150 forman parte de los grupos intervinientes: Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos municipales, Bomberos forestales, Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, Servicio de Protección Civil, agrupaciones de Protección Civil de Cuenca, Tarancón, Minglanilla, Valle de Altomira, Horcajo de Santiago y Cañete; Cruz Roja Española y personal técnico de la Delegación de la Junta en Cuenca y del Servicio de Emergencias 1-1-2, además de trabajadores de los servicios de Protección Ciudadana y de Patrimonio y Arqueología de la Junta.
Efectivos los que hay que sumar a 50 figurantes del instituto ‘Fernando Zóbel’, estudiantes de los Ciclos Formativos de Grado Medio en Emergencias Sanitarias y Emergencias y Protección Civil y de Grado Superior en Coordinación de Emergencias y Protección Civil.
Un total de 26 simulacros y 33 activaciones de planes de emergencia
El titular de Hacienda y Administraciones Públicas ha incidido en que se trata del primer simulacro organizado por el Gobierno regional en un bien patrimonial de estas características, el segundo llevado a cabo en Castilla-La Mancha este año desde el 1-1-2 y el número 26 desde 2016.
Además, en estos últimos seis años, el Servicio de Emergencias ha participado en más de 800 simulacros organizados por otros organismos e instituciones y desde 2015 se han activado los distintos planes de emergencia en 33 ocasiones, como sucedió con la borrasca Filomena, que supuso movilizar más de 13.000 efectivos entre todas las administraciones y más de 1.700 medios materiales.
Los simulacros son una herramienta fundamental para ejercitar los sistemas preventivos y de actuación en emergencia, imprescindibles para garantizar la seguridad de las personas, de los bienes y del medio ambiente ante una situación de este tipo.
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