La Catedral de Cuenca tiene previsto afrontar la restauración de una copia de El Descendimiento de Caravaggio que ‘dormía’ en la capilla del Espíritu Santo y que se halla rodeada de incógnitas en relación a su procedencia, autoría…Sin embargo, la elevada calidad del trabajo ha hecho posible su rehabilitación gracias a las aportaciones de los Amigos de la Catedral. No se descarta que las labores de restauración, que correrán a cargo de Mª Luz Bahíllo, contribuyan a despejar algunos de los enigmas.
Michelangelo Merisi da Caravaggio ha saltado a la primera línea de la actualidad recientemente tras suspender el Ministerio de Cultura una subasta de la casa Ansorena en Madrid ante la sospecha de que pudiese tratarse de una obra auténtica del pintor italiano, maestro del Barroco. El oleo sobre lienzo iba a salir al mercado por apenas 1.500 euros.
Miguel Ángel Albares, director de la Catedral de Cuenca, ha asegurado en relación a la copia de El Descendimiento que «no sabemos demasiado de este cuadro. Estuvo siempre en la capilla de los Marqueses de Cañete, que es la capilla del Espíritu Santo. Lo que no sabemos, como otras muchas cosas, es cómo llegó a parar a esta capilla. No sabemos si fue una obra que los Hurtado de Mendoza, los marqueses de Cañete, adquirieron para la Catedral; no sabemos si es un encargo a un copista…». Sin embargo, lo que sí está claro es la elevada calidad del trabajo y su ‘proximidad’ con la obra original. «El caso es que es una copia de época y de muy buena mano. En el siglo XVI o principios de XVII, que es la época a la que puede corresponder este lienzo, no existía la fotografía. Hoy puedes hacer una buena copia de Las Meninas si tienes una buena fotografía delante. Pero estas obras se solían hacer copiándolas teniendo delante del original. Se trata de una muy buena copia, podría ser pintada al lado del original de Caravaggio porque es la única forma de copiar con fidelidad y exactitud, en aquella época, con sus colores, etcétera…Las dimensiones son las mismas que el original. Es una copia exacta hasta en las mismas dimensiones»
El responsable de la seo conquense no duda en afirmar que «es una gran obra y merecía la pena restaurarla. El propio proceso de restauración a lo mejor nos puede aportar algo más de información sobre la pieza. No es nada habitual pero podría aparecer la firma del copista. No es lo habitual porque, normalmente, hacían un trabajo a cambio de dinero y no ponían su nombre. Es más, había grandes pintores en el XVI que no firmaban. Yáñez de Almedina no firmaba ni una sola obra suya. Conocemos que son suyos por el encargo, por el tasador, por lo que se le paga…que aparece en las actas capitulares pero por los daos que ofrece la propia obra no sabríamos que una obra es de Almedina o de Martín Gómez el Viejo…»
Copias habituales
Estas mismas fuentes han indicado que no se trata de la única copia que posee la Catedral. «Tenemos muchísimas copias. Ahora está en exposición en el Museo de la Semana Santa como préstamo un Ecce Hommo que es copia de un Van Dyck que está en El Prado que una pintura sobre tabla preciosa también. Y también tenemos un San Jerónimo de un holandés que también está en El Prado, una Virgen de la Leche que también está en El Prado….Antes se hacían muchas copias que decoraban luego otros espacios».
Albares ha puesto de relieve la aportación realizada por los Amigos de la catedral para poder llevar a cabo estas actuaciones. «Tienes una buena copia de un Caravaggio, que es una obra sensacional. Lo miras y te despierta los mismos sentimientos que el original. Es una copa tan bonita, tan perfecta, tan bien pintada, con los claroscuros habituales de Caravaggio…que dices, ¿Cómo no voy a restaurar esto, por el poco dinero que cuesta restaurarlo? Y ello es posible, en su mayor medida, por los Amigos de la Catedral. Somos ya 269 Amigos de la Catedral con una media de 35 euros anuales de cada uno ya son 9.000 euros anuales que se destinan, íntegramente, a restauraciones. Gracias a tener 269 Amigos de la catedral que hacen como un micromecenazgo tenemos esa cantidad, que antes no teníamos, y que se dedica a restauraciones. Antes no podíamos restaurar nada ya hora llevamos un programa de restauraciones que todos los años salen de ahí dos, tres o cuatro obras restauradas».
Original en los Museos Vaticanos
El auténtico Descendimiento de Caravaggio se encuentra en los Museos Vaticanos. Según la propia descripción que realiza la pinacoteca «fue encargada por Girolamo Vittrice para la capilla de familia en Santa María en Vallicella (Iglesia Nueva) en Roma. En 1797 fue incluida en el grupo de obras trasladadas a París por el Tratado de Tolentino y entró a formar parte de la Pinacoteca de Pío VII tras ser devuelta en 1817».
Caravaggio no representa en realidad la Sepultura ni el Descendimiento de la manera tradicional, «ya que el Cristo no está descrito al ser bajado a la tumba, sino cuando, en presencia de mujeres devotas, es colocado por Nicodemo y Juan sobre la Piedra de la Unción, es decir, la piedra tumbal con la que se cerrará el sepulcro. Alrededor del cuerpo de Cristo se colocan la Virgen, María Magdalena, Juan, Nicodemo y María de Cleofa, quien alza los brazos y los ojos al cielo en un gesto de altísima tensión dramática. Caravaggio, que llegó a Roma en 1592, fue el protagonista de una verdadera revolución artística en lo que se refiere a la manera de tratar temas, al uso del color y de la luz y, sin duda alguna, fue la personalidad más importante de la corriente «realista» de la pintura del siglo XV».